Tobias Jesso Jr. se ha hecho de oro gracias a sus colaboraciones con Adele, Harry Styles u Olivia Dean. Tanto que en los 10 años que han pasado desde ‘Goon‘ (2015) no ha publicado disco. Tan solicitados son sus servicios como compositor que el nombre de Tobias aparece en los créditos de una canción tan improbable y reciente como ‘La Yugular’ de Rosalía. ‘s h i n e’, su segundo disco, no tendría por qué existir.
Y, al escuchar ‘s h i n e’, esa pregunta se intensifica. ‘s h i n e’ no tiene ninguna pinta de ser un «álbum de estudio» de Tobias Jesso Jr., sino una simple y mera colección de maquetas escritas por Tobias para otros artistas, o quizá para sí mismo. Las letras hablan de «su madre, su hijo, una ruptura, su vida actual», pero nunca son lo suficientemente específicas como para volverse intransferibles.
Las grabaciones, por su lado, saben a proceso creativo. Suenan crudas y cantadas un poco de aquella manera (la final ‘Lullaby’), y el siseo de la grabadora -que podría ser la del iPhone- se ha conservado, quizá para transmitir una sensación de frescura e improvisación. El resultado no convence.
Para empezar, algunas canciones suenan directamente a lo que parecen sus primeras versiones, como ‘Black Magic’, que se basa en un arreglo de piano rítmico, funcionando como el esbozo de una canción completa. Después su frase «quererte es peor que hablar con atención al cliente», entiendo que no se la quisiera quedar nadie. Ni una persona con tanto sentido del humor como Adele la habría aprobado.
Muchos artistas -si no la mayoría- escriben sus canciones primero al piano y después las visten con producción. A esa idea o esqueleto suenan las canciones de ‘s h i n e’, que, incluso cuando presentan melodías tan bonitas como la de ‘Bridges’, transmiten la sensación de haber sido sacadas del horno demasiado pronto.
Luego está el tema de los artistas invitados, o más bien invisibles. Nunca adivinarías que Justin Vernon figura en ‘Green Eyes’, genérica en melodía y letra («la historia de mi vida, vivía de forma egoísta, hasta que llegaste y lo cambiaste todo»). Lo mismo aplica a ‘Everything May Soon Be Gone’, solo que esta vez es Danielle Haim quien presta su labor compositiva, aunque no se note.
Tobias ha trabajado con ambos en el pasado: con Bon Iver en ‘From’ y con HAIM en ‘Relationships’, además de colaborar con otros compositores acreditados en este disco, como Julian Bunetta, con quien firmó ‘Slow Hands’ de Niall Horan. Todo ello refuerza la sensación de que `s h i n e’ es un trabajo armado a partir de descartes manoseados.
La pieza más sorprendente de ‘s h i n e’ es el single de adelanto, ‘I Love You‘, otra balada llena de clichés («la vi llorar con alas rotas, ella sabe que volar significa arriesgarlo todo, caer duele»), pero que se resarce gracias a la irrupción de unas explosivas percusiones en su segunda parte, no aptas para corazones sensibles. En esa idea se nota un poquito el trabajo de Tobias con Dijon y Rosalía. El resto de pistas prometen, pero Tobias no les saca todo el «brillo».
