Nathy Peluso ha cumplido este año uno de sus sueños publicando un proyecto enteramente dedicado a la salsa, tras sus previos -y geniales- acercamientos a este género en canciones como ‘Mafiosa‘ o ‘La Presa’. ‘Malportada‘, un EP creado este verano en Puerto Rico, es el gran homenaje de Peluso a la salsa y una declaración de pertenencia y respeto absoluto hacia este universo musical.
El corte titular, una colaboración con Rawayana, ha sido una de las canciones destacadas de los últimos meses. Pero ‘Malportada’ se abre con tremenda salsaza también, ‘A Caballo’, la Canción Del Día para este último día de noviembre.
‘A Caballo’ es la declaración de principios de Peluso: ella ni «camina ni corre» como los mortales, sino que «galopa», existiendo en un plano superior, dueña de su destino. Ella cabalga sola, «sin jinete», viviendo bajo sus propias reglas y sin «concederle a nadie explicaciones». La referencia a Manhattan es especialmente graciosa y, además, conecta con ‘GRASA
‘ (2024); el rap «24 kilates en los dientes» remite a su colaboración con Bizarrap, y la letra recuerda que Peluso tiene calle: puede que vista con glamur, pero pasea «por los callejones» dejándose ver. Su melena huele «a cigarro y a jazmín».La composición de ‘A Caballo’ podría «tumbar» a cualquiera. Introducida por tremendo piano, pronto se anima con trompetazos, trombón, congas y percusiones diversas que replican el cabalgar de los caballos, construyendo una atmósfera casi cinematográfica. Vocalmente, Peluso ataca la letra con precisión absoluta -pronunciando claramente cada sílaba- y usa un tono nasal y seco que transmite una imagen de mujer fuerte pero distante, sin tiempo para tonterías.
Junto a Servando Primero y su colaborador habitual Manuel Lara, entre otros, Peluso entrega en ‘A Caballoo’ una salsa de primera categoría que referencia las emisoras de radio clásicas y hace honor a ‘Pedro Navaja‘, el clásico de Willie Colón y Rubén Blades de 1978, al cual Peluso alude de forma desafiante: ni siquiera el protagonista de aquella historia lograría hacerla desmontar.
La guinda del pastel de ‘A Caballo’ es el mambo con montuno final, un recurso clásico de la salsa que Peluso utiliza para contar la historia de la canción en tercera persona, ayudada por un coro masculino: «Ella se va, no camina, ella se va a caballo», canta el grupo. Peluso, mientras, sigue galopando sin permiso, «aplastando a toa’s las ratas», convertida en una «yegua divina».