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‘En el camino’: las curvas de la vida

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Antes de los hippies, los beats. Antes del rock psicodélico, el bebop. Antes de la revolución sexual, la desinhibición sexual. Antes del LSD, la marihuana. Antes de Ken Kesey, Bob Dylan o Jim Morrison, Jack Kerouac. Antes de ‘Easy Rider’ (1969), ‘En el camino’ (1957).

Pocas veces una novela ha sido tan profética y un autor tan lúcido como para que su voz se amplificara formando el eco del movimiento que estaba por llegar: la contracultura estadounidense. La road movie de espíritu libertario, la música como frenesí liberador, el autostop como medio de trasporte, las drogas como experiencia mística, el amor libre o la búsqueda de modos de vida alternativos estaban ya presentes, casi 10 años antes, en la novela autobiográfica de Kerouac. Un libro que desde los años 50 ha inyectado gasolina en el motor de generaciones de lectores deseosos de convertirse en “gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, que arde, arde, arde…”.

Ahora que está a punto de estrenarse su adaptación al cine (19 de octubre); ahora que la desorientación existencial se apodera de muchos; ahora que el derrumbe del sistema nos ha dado de lleno en toda la boca; ahora, es un buen momento para volver -o conocer por primera vez- a ‘En el camino’ (Anagrama). Un buen momento para hacer autostop con Sal Paradise (Jack Kerouac), viajar de copiloto con Dean Moriarty (Neal Cassady), recorrer las calles con Carlo Marx (Allen Ginsberg) o escuchar en su cátedra a Old Bull Lee (William S. Burroughs). Un buen momento para dejarse atrapar por la prosa frenética y “espontánea” de Kerouac, y dejarse inspirar por la crónica de sus viajes por Norteamérica, desde el Este de su juventud hacia el Oeste de su futuro.

La mejor manera de hacerlo es conseguir su última edición, retitulada ‘En la carretera’ (Anagrama). Una nueva traducción de la versión íntegra, sin censurar, sacada del rollo mecanografiado original (Kerouac la escribió de un tirón en un rollo de papel de teletipo sin márgenes ni párrafos diferenciados).

¿Mejora en algo esta nueva edición a la antigua? Sí. Lo primero que llama la atención es la utilización de los nombres reales de los protagonistas. La eliminación de los pseudónimos provoca un cambio de sentido: de ficción “basada en hechos reales” a autobiografía o libro de memorias. Un cuaderno de viaje a lo largo y ancho de los Estados Unidos y parte de México.

Otro cambio substancial es la recuperación de algunos pasajes censurados por su contenido sexual. Esta inclusión aporta autenticidad, añade capas de significado a la caracterización de los personajes y contribuye a re-situar la novela en su contexto histórico y editorial.

Por último, la publicación del texto “en crudo”, sin las intervenciones y correcciones gramaticales del editor, acelera el ritmo de la novela hasta tal punto que parece “conducida” por Neal Cassady. Un nuevo impulso que la rejuvenece, la limpia del polvo de la leyenda, y nos ayuda a entender mucho mejor el legendario método de escritura que Kerouac bautizó como kickwriting.

Además, como complemento a esta nueva edición, nada mejor que la recientemente publicada correspondencia entre Kerouac y el poeta Allen Ginsberg (cuya vida se llevó hace poco al cine en un notable biopic). La lectura de ‘Cartas’ (Anagrama) permite conocer la gestación de la literatura beat, el proceso creativo de sus más notables obras, a la vez que descubrimos la relación de profunda amistad, emocional y espiritual, entre los dos iconos del movimiento cultural y artístico que definió a toda una generación.

¿Y la película? El camino ha sido largo. Los rumores sobre la adaptación de ‘On the Road’ han sido una constante desde que en 1957 Kerouac le escribiera una carta a Marlon Brando sugiriéndole que interpretara a Dean Moriarty. Más tarde, desde que en 1979 Francis Ford Coppola comprara los derechos, se han hecho varios intentos, incluido uno con Ethan Hawke y Brad Pitt de protagonistas. Pero no fructificaron.

Cuando en 2005 Coppola vio ‘Diarios de motocicleta’, la adaptación de los diarios de viaje de Che Guevara realizada por Walter Salles, volvió a retomar el proyecto. El brasileño, famoso por su ‘Estación central de Brasil’ (1998), era el director ideal. Y Sam Riley (Sal Paradise), Garrett Hedlund (Dean Moriarty) y Kristen Stewart (Marylou) el atractivo trío protagonista (junto a Viggo Mortensen y Amy Adams como Old Bull Lee y Jane).

Presentada en Cannes, el recibimiento no ha sido muy entusiasta. En general, se ha criticado la falta de profundidad de la adaptación y su fallido intento de capturar el espíritu de la novela. Sin embargo, han destacado la belleza de su estilo visual y a sus dos protagonistas masculinos.

A la espera de verla, recordar cómo se imaginaba el propio Kerouac la adaptación: «con la cámara colocada en el asiento delantero del coche mostrando la carretera (día y noche)». ¿Se imaginó Kerouac el prólogo de ‘Gerry’ (2002)? ¿No hubiera sido Gus Van Sant el director ideal para esta adaptación?

Dcode 2012: sábado

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Para el fresquito que haría por la noche, el sol era verdaderamente de justicia frente al escenario principal durante la actuación de Fira Fem. Además de los (sobre todo las) fans teenagers que ya estaban cogiendo sitio en las primeras filas para ver a The Killers unas cuantas horas después, había unos cuantos curiosos presenciando el directo de los madrileños, quienes siguen presentando ‘Aedificatoria’, un notable debut que vio la luz hace unos meses. Como unos Tortoise con la mira más puesta en el pop que en la complejidad, nos hicieron bailar y flotar con sus etéreas melodías, pero también prestar atención a los detalles de canciones como ‘Old Man Jacket’ o ‘Cine Azteca’. Una estupenda manera de ponerse en situación de cara al resto de la jornada.

El rock con mayúsculas vino de la mano de los argentinos Cápsula (Lüger también repartieron leña, pero ellos salieron a escena antes). Aún con ‘The Land Of Silver Souls’ como coartada para girar, hicieron sonar su engrasada máquina, tan garajera como psicodélica, en temas como ‘Hit ‘n’ Miss’, ‘Into My Skull’ o ‘Wild Fascination’. No había un gran número de asistentes, pero los que estuvieron disfrutaron a lo grande y es que ver a un frontman como Martín Guevara es ya un espectáculo de por sí. Con guitarra y micrófono inalámbricos y supurando estilo y actitud por los cuatro costados, el argentino se movía por el escenario a placer, bajando al foso o incluso tocando su instrumento con el micro en alguna ocasión. No menos imponente es la sección rítmica que conforman Coni (quien también cantaba) e Ignacio, un brutal colchón que amortiguaba todas las piruetas de Guevara, con la botella de agua incluida.

Aún de día, Django Django se enfrentaron al sol del escenario principal muy poco después de haberse encontrado con la nominación al Mercury, premio para el que parten como favoritos después de Alt-J. Todos sus miembros salieron al escenario con la misma camisa estampada de lunares (los pantalones sí eran distintos), quizá como metáfora de los mundos coloridos y caleidoscópicos a que te trasladan sus canciones. Es fascinante lo lejos que puede llevarte el cuarteto sólo con bajo, batería y guitarra, y los matices funk y country, entre otros, de sus canciones son su clarísima gran baza. ‘Default’ llegó decidida, nada decepcionante, justo cuando empezabas a pensar que quizá les faltaba algo de repertorio. La banda cerró su gira europea con un cálido agradecimiento hacia el público y ‘Wor’.

Como Triángulo de amor bizarro el día anterior, Lüger sonaron trepidantes y potentes en el Escenario Heineken, consolidados como una de las mejores bandas nacionales en vivo del momento. Si el disco del quinteto, ‘Concrete Light’, podía carecer de cierta definición entre el kraut, el post-rock y un probable pasado jevi, sobre las tablas ese batiburrillo se convierte en su tabla de salvación, haciendo vibrar al público con una impresionante sección rítmica y temazos tan abrasivos como ‘Monkeys Everywhere’. Ganazas de saber hacia dónde irán en el futuro.

Todo lo contrario que Supersubmarina. Una amiga nos preguntaba nada más llegar si lo suyo era un concierto de versiones, cuando sus riffs se aproximaban a Two Door Cinema Club y sus canciones a las mil veces escuchadas en el pop alternativo más cercano a la radiofórmula de los últimos 20 años. Estridencias como ‘Santacruz’ estresan. Otras veces simplemente aburren. A su favor hay que destacar, por supuesto, su buena conexión con el público y su habilidad para desenvolverse en un escenario gigante frente a miles de personas. Algo que ya quisieran muchos grupos con mejores críticas. Y ya.

Los dos últimos conciertos del escenario grande vieron más público que ningún otro del festival. Sigur Rós se acercaron el viernes, pero la masa que estaba viendo a The Kooks (probablemente también cogiendo sitio para la gran actuación de la noche) era de órdago, con una ingente cantidad de asistentes a lo largo y ancho de la explanada frente al escenario principal. Los chicos de Brighton, con un Luke Pritchard muy animado, lo pasaron bien y nos lo hicieron pasar bien con ‘Junk Of The Heart (Happy)’, ‘Do You Wanna’ o ‘Shine On’, algunas de las cuales se pueden considerar ya como pequeños himnos indies. La sorpresa de la noche vino dada por la aparición (justo un año después) de Mark de Foster The People, para versionar ‘Pumped Up Kicks’ junto a sus anfitriones, quienes venían tocando la canción desde hace un tiempo. Toda una fiesta que fue preludio (y buen presagio) de lo que estaba por venir.

Si el viernes el sorpresón de la noche venía de la mano de The Shoes, que daban un concierto memorable, Capital Cities no quisieron ser menos, y se revelaron como uno de los conciertos imprescindibles de la jornada. Los californianos dejaron a un lado los complejos por ser probablemente uno de los grupos más desconocidos del cartel y desplegaron un torrente de energía, motivación y buena música que generó conversaciones del tipo «¿qué es ese fiestón en el escenario de al lado?», que terminó atrayendo a buena parte del respetable, que aguantó estoicamente incluso a pesar de que la hora para ver a The Killers se iba acercando peligrosamente. Se disfrutó sobremanera con su trallazo ‘Safe And Sound’, pero lo que verdaderamente movió a muchos a saltar desde la barrera fue esa versión del ‘Holiday’ de Madonna con la que cerraron su show.

A poco más que dos canciones de su nuevo disco se limitó el show de The Killers, y eso que formó parte de lo que ellos mismos llaman «Battle Born Tour», es decir, la gira de presentación del álbum que saldrá mañana. Claro, que no es de extrañar teniendo en cuenta dos cosas: la primera que, aunque el disco se haya filtrado, todavía no se encuentra oficialmente en tiendas. Y la segunda, que en general el nuevo trabajo de la banda es un poco «meh». Quizá por eso los de Brandon Flowers decidieron presentar una cuidada (y equilibrada) selección de temazos de sus tres discos anteriores con los que enamoraron a su público y sirvieron en bandeja de plata un concierto de 10. Flowers estaba perfecto como frontman: no habló en exceso, chapurreó todo el español que pudo y se dedicó a hacer las dos cosas que mejor sabe hacer: la primera, cantar. La segunda, poner posturitas, saberse guapo y provocar lipotimias y enamoramientos en el público. No se puede ser más adorable que este tipo.

Así, la actuación comenzó con un sonoro ‘Runaways’, que parece que ha calado más de lo que reflejan las listas de éxitos entre el público. Para las siguientes, cuatro trallazos en toda la frente: ‘Somebody Told Me’, ‘Smile Like You Mean It’ y ‘Spaceman’. No se dejaron en el tintero tampoco un homenaje a Alphaville (‘Forever Young’) ni una segunda referencia a ‘Battle Born’, con una ‘Miss Atomic Bomb’ que tiene todas las papeletas de convertirse en uno de los exitazos del futuro trabajo de los de Las Vegas. Eso sí, la locura total vino de la mano de ‘Human’, una de las canciones que el público esperaba con más ahínco junto con ‘Mr. Brightside’. Para entonces, Flowers tenía al público tan metido en el bolsillo, tan absolutamente a sus pies, que nadie movió ni una pestaña durante el tiempo que separó la última canción del set principal (‘All These Things That I’ve Done’) de los bises, con ‘Jenny Was a Friend of Mine’ y una arrebatadora ‘When You Were Young’, que parece una de las preferidas de los fans y que puso el punto final a un memorable concierto que, en parte gracias al buen hacer de The Killers y en parte a toda la parafernalia propia de un gran show de una diva (cohetes, papelitos, pirotecnia, bengalas…) quedará en la memoria de todos los asistentes durante bastante tiempo.

Si el día anterior Justice nos mató y no pudimos quedarnos a ver a Joan Luna pinchar a pesar de la curiosidad que teníamos por escuchar su selección musical, el sábado restaban muchas ganas de fiesta tras el conciertazo de los Killers. La sesión de Eme DJ fue una diversión absoluta, con el público universitario y de todas las edades y tipos bien entregado, manos arriba, en un fiestón colectivo con sabor a carpa pop en el FIB. A este festival recordó también esa manera de pedir a la gente que se vaya a casa con una simpática cinta. Después, en el after party del Ochoymedio, donde se entraba gratis con la pulsera, no cabía ni un alfiler. quietmansmiling, Farala, Sebas.

Fotos: Killers (Surfer Rosa). Resto (quietmansmiling)

Francis Alun Bell / Agustin

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Cuando escuché por primera vez a Francis Alun Bell pensé, instintivamente, en Vini Reilly, pero enseguida me lo quité de la cabeza. El artífice de The Durutti Column es un consagrado guitarrista y, según iba escuchando las canciones, me iba quedando claro que Alun Bell es, ante todo, un pianista.

Por eso, cuando me topé con la estupenda reseña de Ricardo Aldarondo en El Diario Vasco, me hizo especial ilusión que lo identificara como «el Durutti Column de Moonpalace». La agradable coincidencia, aparte de envalentonarme, me animó a reafirmarme en que -instrumentos aparte- hay algo en la melancolía un tanto distante -lejana, ambiental- de ambos artistas que los acaba relacionando.

Es de suponer que el trabajo de Alun Bell ha debido de evocar esas y muchas más sensaciones en Juanra Moonpalace, ya que pocas veces se ha visto una apuesta tan decidida por un músico tan desconocido. Porque, desde luego, no es normal debutar con una preciosa caja de 2 álbumes y 1 ep, que parece ser que es todo lo que el músico portugués le hizo llegar al sello donostiarra. Un total de 28 canciones que convierten al lanzamiento en uno y trino: bajo la referencia de ‘Agustín’ se esconden 3 discos sin ningún orden en particular: ‘At Any Given Time’, ‘All the Girls’ y ‘All of You’.

‘At Any Given Time’ es el disco más pop. 10 canciones entre las que destaca su maravillosa versión de ‘Rainbowarriors’ de Cocorosie, a la que captura la esencia para transformarla en un fantasmagórico vals. Pero no es el único gancho: el comienzo más cinematográfico con ‘Marcenda’ o el acercamiento a Tiersen en ‘Monsaraz’ brillan tanto como los únicos temas con voz de todo ‘Agustin’ (‘Scotish Drums’ y ‘Klezmer Drums’, con un corte más cercano a la canción pop). Además, ‘Mariah is Pregnant’ o ‘Rosetta’ lo aproximan al sonido del sello 4AD.

‘All the Girls’ es un recoleto EP de 5 temas instrumentales con nombre de chica (algo bastante habitual en toda su producción) que orbitan alrededor de melodías bastante emotivas. Es un buen punto de entrada a ‘Agustin’ ya que todas las canciones son tan breves como bonitas. En cualquier caso, ‘Catherine’ suena especialmente decidida y ‘Rita’ se apoya en la mandolina para resultar particularmente ensoñadora.

‘All of You’ es, sin embargo, un disco mucho más difícil. Pese a contar con los mismos elementos que los dos anteriores, se trata de una selección de 13 canciones más ambientales y abstractas. ‘André’, por ejemplo, alarga su melodía hasta 8 minutos mientras que ‘Daniela’ experimenta con el sonido de una manera más arriesgada. No obstante, el problema de ‘All of You’ no reside en esas canciones sino en otras intentonas menos afortunadas, como ‘Anne-Laure’, más cercanas al new age y un tanto edulcoradas.

Se puede llegar a pensar, por lo tanto, que si ‘Agustin’ fuera un único disco con una selección de, pongamos, 12 o 14 temas, estaríamos ante una obra imprescindible. Y sería verdad. Sin embargo, esta pasión sin ataduras -casi kamikaze- por la música más allá de modas y lógicas está haciendo de Moonpalace (que también han editado este año el debut de House of Wolves) uno de los sellos referenciales en este 2012.

Calificación: 7,6/10

Lo mejor: ‘Rainbowarriors’, ‘Catherine’, ‘Rita’, ‘Monsaraz’, ‘Scottish Drums’
Te gustará si te gustan
: Gnac, Rachel’s, The Durutti Column, el primer Yann Tiersen
Escúchalo: ‘At Any Given Time‘, ‘All the Girls‘ y ‘All of You

Dcode 2012: viernes

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El Dcode arrancaba ayer en Madrid su segunda edición, a falta de conocer los datos oficiales, con aparente gran éxito de público también en su nuevo emplazamiento en los últimos días de verano. El recinto presenta ligeros cambios con respecto al año pasado, prescindiendo como se había anunciado del tercer pequeño escenario, y destacando una mayor oferta culinaria que en 2011. Para los que vais hoy por primera vez, recomendamos llevar pantalón largo y chaqueta: en la explanada de la Ciudad Universitaria corre bastante el aire de madrugada, todo lo contrario que a primera hora.

En beneficio de todos, el sol iba dejando de agobiar según avanzaba la tarde, momento perfecto para disfrutar de la actuación de Napoleón Solo. Alonso Díaz y sus chicos, quienes han estado presentes en otros festivales veraniegos como el Sonorama, lograron que el público frente al escenario Heineken fuera aumentando canción tras canción, guitarrazo tras guitarrazo. Recordando sus dos álbumes, dejaron caer temas como ‘Perdiendo el tiempo’, ‘Antes de que ocurriera’, ‘Sospecho sospecho’ o la siempre divertida ‘Lolaila Carmona’.

Poco antes de que Dorian recojan sus bártulos para volver al estudio, ofrecieron en el Dcode el penúltimo concierto de la dilatada gira de ‘La Ciudad Subterránea’, su último álbum. A Marc se le veía un poco despistado sobre el escenario en ocasiones y podía ser, como nos comentaba, por la falta de costumbre de tocar con la luz del sol en sus caras, pero aun así nos hicieron bailar y disfrutar con ‘Simulacro De Emergencia’, ‘Verte Amanecer’, ‘Cualquier Otra Parte’ o ‘La Tormenta De Arena’, que provocó la locura colectiva al final de su show. Por supuesto, hay que destacar la pausa que hicieron a mitad de éste para leer un manifiesto en contra de la subida del IVA en el mundo de la cultura, mostrando una pancarta que rezaba “La cultura no es un lujo, NO a la subida del IVA”, contando con la evidente aprobación del público, pues esto nos afecta a todos.

Otros que han estado girando este verano son Dinero. El trío afincado en Madrid está gozando de un éxito que, justificado o no, trae consigo bastantes seguidores a sus conciertos, tal y como sucedió anoche. Tal vez sea su efectivo directo lo que les haga destacar, porque ver al batería Ekain Elorza aporrear su instrumento es toda una gozada. Contundentes canciones como ‘Lo Mismo’ fueron de las que más gustaron al respetable, haciendo sudar tanto a banda como a público.

Disfrutar de Kings Of Convenience será siempre más apropiado en un teatro, para sentarse y flotar con sus preciosas composiciones, pero si vienen a actuar a tu ciudad has de ir a verlos, porque siempre regalarán más de un momento mágico. Así ocurrió en la primera jornada del Dcode cuando Erlend y Eirik salían a escena y el sol se iba poniendo. Ni los gritos y conversaciones de según qué asistentes pudieron evitar que los pelos se nos pusieran de punta a los que realmente teníamos interés en ver su concierto. Comenzaron ellos solos con ‘Me in You’, ’24-25′ o ‘Mrs. Cold’ y, adaptándose al formato festivalero (como en el Primavera), luego contaron con banda (guitarra eléctrica, bajo, batería) para temas como ‘Boat Behind’, sobre la cual improvisaron y acabaron dándole aires funk, conformando así la parte más divertida de su actuación, con un Erlend Øye en total estado de gracia, ya fuera bailando o pidiendo al público que coreara en plan pregunta-respuesta. Enlazaron ésta última con ‘Rule My World’ y más funk para finalizar con ‘I’d Rather Dance With You’, más que apropiada en esas circunstancias. Entretuvieron y emocionaron a partes iguales en un show sobresaliente.

Los franceses The Shoes ofrecieron el clásico concierto disfrutable por las masas festivaleras incluso para aquel que nunca hubiera oído hablar ni de ellos ni de su disco ‘Crack My Bones’. Con dos baterías que no terminaban de caer en el efecto Safri Duo (aunque a veces lo rozasen), la banda jugó con los sonidos tropicales y houseros, siempre sin perder de vista los ritmos trepidantes de LCD Soundsystem (y en menor medida Battles). «Sabemos que estáis en la mierda, como en mi país. Yo estoy con vosotros», dijo en castellano uno de sus miembros cuando faltaban 10 minutos para que cerraran el set. Un acierto programarles en un escenario como el Heineken, de tamaño mediano, y a eso de las 22.00, para tomar fuerzas para el resto de la noche.

Quienes no cabía duda que iban a arrasar eran dEUS. Pese a que la inicial ‘The Architect’ vio a Tom Barman un poco mosqueado con algún que otro problema técnico, nada pudo evitar que se comieran el escenario principal. Los belgas daban por terminada su gira en la capital y por ello lo dieron todo tanto en sus nuevas composiciones (la sensual ‘Quatre Mains’, ‘Girls Keep Drinking’ o ‘Sirens’, pertenecientes a su reciente ‘Following Sea’) como en sus hits más míticos (‘Suds & Soda’). Barman fue el centro de todas las miradas con sus movimientos y su puesta en escena, tan macarra como elegante, pero nada tienen que envidiarle sus compañeros, porque ya solo por el dominio de sus respectivos instrumentos dejan con la boca abierta. Al igual que la última vez que nos visitaron, las proyecciones que tenían preparadas para varios de los temas sumaban puntos a su imponencia sobre las tablas, aunque con su sola presencia ya impresionan suficientemente.

Kimbra saltó al escenario con vestido estrambótico colorido y sobre todo ganas de pasarlo bien y darlo todo. Sin embargo, toda la calma con que se toma su condición de artista de pop en su notable ‘Vows’ se desmoronó sobre el escenario, donde se convirtió más bien en una estrella chillona a lo Katy Perry. Con un sonido deficiente y completamente falto de matices sonaron canciones que, de otra forma, habrían formado un repertorio consistente para una debutante, como ‘Something’, ‘Two Way Street’ o, hacia el final, ‘Settle Down’ y ‘Cameo Lover’. Quizá hoy en las distancias cortas del Apolo, todo salga tan fino como es el disco.

Hace unos días Sigur Rós eran noticia por haber tenido que cambiar de horario en un festival (por una exigencia de Stevie Wonder), lo que llevó a que se vieran obligados a tocar de día, desembocando en una sucesión de desastres técnicos por los que tuvieron que terminar pidiendo disculpas a sus fans en su web oficial. Tras ver su show anoche como cabeza de cartel del Dcode, se entiende todo. De su set no hay que esperar las proyecciones más espectaculares, pero sí una elegante serie de efectos especiales de referencias naturales sobre sus propias imágenes en directo (o al menos lo parecen), que funcionan de la mejor manera posible en torno a la medianoche (ni antes, ni después, cuando su show se vería perjudicado por el agotamiento del público).

Con la intención de llegar a propios y ajenos, algo normal en un festival, el set de esta noche estaba compuesto por sus canciones más conocidas, como ‘Svefn-g-englar’, ‘Ný batterí’ o la majestuosa ‘Popplagið’, con la que acabaron su concierto. Sin querer olvidarse de los más fans, interpretaron un corte de su reciente y relajado ‘Valtari’ y como no podía ser de otro modo, el más enérgico: ‘Varúð’. Todo el show de los islandeses es un espléndido ejercicio de contención. Con un sonido y ecualización excelentes, tocaron sus canciones sin un aspaviento ni ningún exceso, con la voz de su líder como un instrumento más (afinado y perfecto pero nada sobreexplotado), y donde ni siquiera dejaron brillar por encima de lo soportable la preciosa ‘Hoppípolla’, a la postre su gran hit. Por si eso fuera poco, estuvieron acompañados de una sección de cuerda y viento que daba más empaque si cabe a cada momento de su actuación. Hasta para el bis Sigur Rós siguen siendo elegantes: no hubo, simplemente la decena de personas que conforma la banda salió para dar las gracias.

Triángulo de Amor Bizarro volvió a dar el espectáculo por el que amamos todos y cada uno de sus directos después de todos estos años. Los gallegos se subieron al escenario con la intención de revisar algunos de sus clásicos, desde ‘De la monarquía a la criptocracia’ hasta ‘El fantasma de la transición’, pasando por ‘Amigos del género humano’, ‘El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo’ e incluso ‘Isa vs. el partido humanista’, una de las pocas en las que hicieron introducción, afirmando que la cantaban «muy cabreados» y dedicándosela a la postre a la lideresa, a.k.a. Aguirre. Pero también tuvieron a bien guardarse un par de ases en la manga en forma de nuevas canciones que ya han tocado en algunos festivales durante todo el verano. De ellas, cabría decir que parecen (al menos en su directo) algo menos ruidosas que a las que nos tienen acostumbrados y que podrían sonar como una mezcla entre ‘Para los seres atados (a las condiciones terrenas)’ y el sonido, llevado a su terreno, de Alaska y los Pegamoides (‘Llegando hasta el final’, ‘Quiero salir’) o Parálisis Permanente. Atentos a la de «vamos a pudrirnos».

No somos precisamente unos fans de ‘Audio, Video, Disco’, el último trabajo de Justice, pero en su momento, poco a poco, sí entramos en el juego de su debut ‘†’, que incluso llegó a calar con algunas canciones que todavía bailamos y cantamos cuando llega el momento. Por eso, y porque eran uno de los claros cabezas del cartel del festival, su actuación en el Dcode era una fecha inamovible, marcada con amarillo fluorescente en nuestro calendario.

Algo similar debía de haber pasado con la infinidad de fans que los franceses consiguieron acumular en el recinto, todos ellos pertrechados con bien de merchandising de la banda, bien reconocible gracias al (ab)uso de esa cruz que ha hecho tan reconocible al dúo formado por Gaspar Augé y Xavier de Rosnay. Es por eso que, al empezar, aquello era prometedor: nosotros esperábamos ver bailar a todo pichichi hasta que se encendiesen las luces del escenario en cuestión, dando por finiquitado el concierto. Pues nada más lejos de la realidad: el show de Justice, lamentablemente, deja al descubierto algunas de las enormes carencias del dúo frente a… ¿los platos? Para empezar, estaban subidos a un escenario con ínfulas de Daft Punk en el que había un crucifijo iluminado en el centro. Tal era el peso de esta pieza de atrezzo, que alguno seguramente echó de menos a Madonna cantando ‘Live to Tell’. Pero al contrario que sus hermanos mayores, que se suben al escenario con sus cascos (ellos o sus dobles) y se dedican a hacer lo que tienen que hacer, el exceso de protagonismo de los Justice es excesivo. Un par de minutos de foco de luz y pose de Mesías precedieron a ‘We Are Your Friends’, que quedó absolutamente descafeinada en manos de estos dos; y ni siquiera el momento en el que el escenario se abre revelando un teclado dentro que sirve para dar un poquito más enjundia a ‘D.A.N.C.E.’ logra que el público sucumba al éxtasis, que les premió con una sonada espantá antes de que empezasen los bises. Es una pena todo esto y sus imperdonables problemas de sonido, porque ‘Genesis’ es LA canción para abrir un concierto. quietmansmiling, Sebas, Farala.

Fotos: Dcode, quietmansmiling.

‘We Are Never Ever Getting Back Together’, el veredicto

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«Sin ningún lugar a dudas, Taylor Swift ha dado en el clavo con ‘We Are Never Ever Getting Back Together’. Con el punto justo country para no decepcionar del todo a sus fans americanos, pero decididamente más pop que nada de lo que haya publicado antes, el nuevo sencillo de Swift contiene el que es, probablemente, el mejor estribillo del año, además de la melodía más pegadiza que se ha oído en mucho tiempo. Normal que siga inamovible del puesto de honor del Billboard. En serio, disfrutar del modo en que lo estoy haciendo de una canción de Taylor Swift es lo último que esperaba hacer en la vida, pero esto es un clásico al canto». JB.

«Sí, sí, es muy simpático eso de meter comentarios aparentemente casuales en la canción como «ese disco indie que es muuucho más guay que el mío» y tal. Y uuuuy, mira, hace con la guitarrica como el ‘Don’t Tell Me’, fíjate… Pero detrás de esas gracietas solo hay la enésima deglución perfecta para adolescentes con picores, de parte de la próxima Jackie O (por aquello de su noviazgo con Connor Kennedy). Así que no pienso escucharla más. Osssea, like ever». Raúl Guillén.

«Me repele mucho la belleza aburrida de Taylor Swift (no puedo verla ni en foto), y más todavía la producción chirriante de esta canción con desagradables voces dobladas y guitarras enlatadas. Sin embargo, no hay pero que se le pueda poner a esta melodía que se recuerda de pe a pa desde la primera escucha. La perfección pop, vamos. Con otra protagonista y estilo, y un final algo más imaginativo, sería la canción del año». Sebas.

«La primera vez oí esta canción podían haberme dicho que era Avril Lavigne y me habría quedado tan a gusto. Como medio mundo, supongo. Es cierto que no tiene ni de lejos el gancho que pueda tener ahora mismo ‘Call Me Maybe’, pero el tema tiene todos los ingredientes para enganchar: arpegio bonico, bridge, estribillo molón, uuuuuuhhs, paradas, estrofas habladas… Sólo por poder cantar con esta ñoñería (y a ser posible a voces) algo como » no, chati, que tú y yo no vamos a volver en la vida» ya habrá valido la pena». Angèle.

Calexico / Algiers

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La banda liderada por Joey Burns y John Convertino, con ese espíritu de eternos exploradores sonoros que han tenido desde el comienzo del proyecto, ha ido fusionando diversos estilos con la base de la que partieron, esa amalgama de folk-rock fronterizo, con el desierto dominando la atmósfera. El jazz, post-rock o diversas músicas latinas (mariachi, cumbia, etc.) se han visto las caras con el dúo de Tucson, quienes con oportunos colaboradores han sabido llevar a cabo cada experimento con éxito. Tras cuatro años de ausencia discográfica, dan continuación a ‘Carried to Dust‘ con ‘Algiers’, cuyo título no debe llevar a confusión: no, esta vez no se han aventurado a probar con sonidos africanos. El título de su nuevo álbum no viene dado por la capital de Argelia, sino por el distrito de Algiers en Nueva Orleans, que es donde grabaron las canciones que conforman este LP. Cualquier día podrían lanzarse a ello, a juzgar por lo que Joey nos contaba en la entrevista que mantuvimos con él y John, pero no por ahora.

Tampoco parece que vayan a volver por los derroteros de ‘Garden Ruin‘ (2006). Aquello fue un punto y aparte, su disco más abiertamente pop y en el que abandonaban parcialmente los sonidos que venían ofreciendo en favor de ambientes más convencionales. En el citado ‘Carried To Dust’ se desdijeron de todo aquello y volvieron por la senda que siempre habían recorrido y por la cual siguen caminando en su séptimo álbum. No obstante, aunque persisten en la misma fórmula, esta vez han relajado la marcha, recordando así a discos como su mítico ‘The Black Light’ (1998), algo que sin duda hemos de celebrar. Con esta premisa comienza ‘Epic’, primer corte, un susurro que va ganando en potencia según se van sucediendo los acordes. ‘Splitter’, con sus saltarines arreglos de viento, se salta un poco las reglas con las que han querido jugar aquí, pues es mucho más animada que el ambiente general, pero nadie ha dicho que el contraste y la variedad tenga algo de malo.

Una de las canciones más interesantes es ‘Sinner In The Sea’, dominada por un ritmo de son cubano que, órgano Farfisa mediante, se transforma en surfera hacia la mitad, donde asimismo la voz de Burns cobra una inesperada fuerza gospel, para acto seguido volver al ritmo inicial. En temas como ‘Fortune Teller’, ‘Maybe On Monday’, ‘Para’ y, especialmente en la instrumental que da título al álbum, hacen gala de su mayor baza: la deliciosa melancolía que evoca esos paisajes desérticos de los que tanto han hablado y esas historias de romances fallidos y soledad. Hacia la segunda mitad del disco nos encontramos con ‘Puerto’, latina y enérgica y con la voz de Burns juntándose con la de Jairo Zavala, quien además de volver a colaborar con Calexico como guitarrista, vuelve a aportar sus cualidades vocales. En la misma onda está ‘No Te Vayas’, otro tema muy destacable, escrito y cantado por Jacob Valenzuela a la voz principal y Zavala doblando voces de manera muy acertada. En ella podemos escuchar y compadecernos del final de una relación, perfectamente acompañada por vientos lastimeros, órgano y ritmo trotón.

La ausencia de relleno queda patente una vez hemos llegado al final, con las sosegadas ‘Hush’ y ‘The Vanishing Mind’, que cierran el disco mirando más al norte que al sur con su country folk aterciopelado que no hace sino poner los pelos de punta. Sí, es cierto que ‘Algiers’ es un disco continuista que en los cimientos sobre los que se asienta no ofrece nada que no conozcamos, pero cuando las canciones están tan bien hechas y encima las variantes que traen refuerzan esa calidad, los giros estilísticos salvajes se pueden ir al carajo y si no que se lo digan a POP ETC.

Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Epic’, ‘No Te Vayas’, ‘Hush’, ‘Para’, ‘Sinner In The Sea’, ‘The Vanishing Mind’.
Te gustará si te gustan
: Lambchop, Giant Sand
Escúchalo: Spotify

Portadón para Falete

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Picuetos nos hemos quedado al enterarnos de que Falete (de quien nos reconocemos ultra-fans, y a quien ya entrevistamos con motivo de la publicación de ‘¿Quién te crees tú?’) piensa publicar su próximo disco, ‘Sin censura’, con esta portada, que nos han confirmado desde su discográfica, EMI.

Como decían en nuestros foros, la sombra de ‘Homogenic’ es alargada. El ‘Sin censura’ que sale la semana que viene es la edición española de un álbum que ya se publicó en Estados Unidos el año pasado de manera digital. «Va a sorprender al público. Hay rancheras, boleros, arreglos sinfónicos… Todo orquestado», afirma Falete en la nota de prensa. «Es muy diferente a todo lo que he hecho antes, mi disco menos flamenco. Es un antes y un después porque aquí no hay fusión. Me he sentido muy bien y sigue sonando a Falete». El disco, primero para EMI Music, se ha grabado en Miami con Victor Daniel como productor y compositor de todas las canciones.

Dënver, en el desierto

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Ya habíamos comentado que Dënver están preparando su siguiente disco, ‘Fuera de campo‘, pero lo que no nos imaginábamos era que iban a sacar un vídeo para una canción ya conocida. ‘De explosiones y delitos’ fue editada para la Revista Plástica en 2011. Os dejamos con este viaje por el desierto del que el sello Discos FUP ya destaca ese misterioso plano del minuto 2.57.

Cameos de lujo para Alphabeat

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Los daneses Alphabeat presentan el segundo videoclip extraido de su nuevo disco. ‘Love Sea’ releva a ‘Vacation’ en tareas de promoción. El videoclip sigue la estela de buen rollo de todo lo que hacen. Esta vez en la forma de cámara que viaja por todo el mundo y con la que la gente se graba “compartiendo su amor”. Entre las celebridades que reciben la cámara hay que destacar las breves apariciones de Nile Rodgers, Jake Shears, Boy George y Sam Sparro. Incluye unos planos por nuestro país con la Sagrada Familia de fondo y termina en Copenhague con el grupo dando un concierto.

La mitad de Cat’s Eyes, en solitario

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Rachel Zeffira era aquella mujer mitad del proyecto paralelo de Faris Badwan de The Horrors, Cat’s Eyes. Zeffira lo intentará en solitario el próximo 10 de diciembre con un disco que se llamará ‘The Deserters’. El primer adelanto del mismo es este tema titulado ‘Break The Spell’, que continúa explorando las vías abiertas por su proyecto junto a Faris. Pop delicado y casi mágico, sobre todo apoyado en las cualidades vocales de Rachel y el trabajo de orquestación. Se puede descargar gratuitamente desde Soundcloud.

Además, el disco será la primera referencia de RAF Records, el sello que se han montado juntos la vocalista y el líder de The Horrors.

Rachel Zeffira – Break The Spell by rachelzeffira

La ‘Ofelia’ de Solletico

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Solletico han estrenado recientemente el vídeo de ‘Ofelia’, otra de las canciones contenidas en su último EP ‘Arre‘, aquella que hablaba sobre relojes biológicos y campos de amapollas.

La ‘Ofelia’ del director del vídeo Carlos Muñoz Romero, interpretada por Ayala Etxebarri, se debate entre la muerte y la gula. Otro acierto estético para la banda, que sucede al también notable ‘Trovadores‘.

Ciara, en la bañera…

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Ciara consiguió algunos éxitos importantes con su primer disco. Luego la cosa ha ido bajando en sucesivas entregas, hasta el punto de que el primer sencillo de su nuevo disco, el tema ‘Sweat’, ni siquiera llegó a entrar en listas americanas y tuvieron que calificarlo como “buzz single”, ese sinónimo que utilizan ahora las compañías discográficas para no hablar de fracaso.

La cantante lo intenta con la balada ‘Sorry’. El tema llega acompañado por un videoclip en el que esta mujer, que luce como una mezcla de Beyoncé y Mary J. Blige y suena como Brandy, hace extrañas coreografías en el salón de su casa mientras le canta a su chico que le pida perdón. Hay un par de planos de ella en la bañera mientras el maromo suponemos que hace sus necesidades en una esquina del baño, que son de lo mejor que recordamos. ‘One Woman Army’, nuevo disco de Ciara, sale a la venta el 4 de diciembre.

La complicada vida sentimental de Leona Lewis

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Obviamente, tratándose de un baladón, el videoclip para ‘Trouble’, segundo sencillo del nuevo disco de Leona Lewis, se esperaba cargado de drama. El tema, compuesto por Emeli Sandé, entre otros muchos, lleva la firma de Sandé por todos lados tanto en la melodía como en la producción.

El clip, protagonizado a medias con el actor Colton Haynes, retrata a una pareja que tiene muchos “problemas”. Es tal vez la mayor acumulación de planos con manos a la cabeza y lágrimas de pega que hemos visto últimamente, pero Leona luce beia y radiante. En la versión para el clip no queda ni rastro de Childish Gambino, por si alguien espera que aparezca por alguna esquina.

Florrie: «Ha llegado el momento de sacar el álbum»

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Florrie es uno de los nombres que más ha sonado en los últimos años en cuanto a pop femenino. Tras la edición de varios EP’s que han dejado ocultos numerosos hits, la cantante vuelve a visitarnos para actuar hoy 14 de septiembre en el Razz de Barcelona (entradas aquí) y mañana sábado 15 en el Nasti de Madrid (entradas aquí). Hablamos con ella sobre ese primer álbum largo que no termina(ba) de llegar.

Me ha sorprendido ver en tu Last.fm que ‘Begging Me’ y ‘Experimenting With Rugs’ no son las canciones que tus fans escuchan más. ¿Cuáles consideras tus mayores éxitos de momento?
Creo que las canciones más populares basadas en las visualizaciones de Youtube son ‘Left Too Late’, ‘Begging Me’ y ‘Shot You Down’. El remix que hice de ‘Call 911’ parece también bastante popular, lo cual mola un montón.

¿Cuáles crees que funcionan mejor en directo?
Creo que todas funcionan bien en directo. Me encanta tocar las más rápidas para que la gente se anime. Cuando empecé a tocar en directo, solía tener un sonido muy vivo, con batería, bajo, guitarra… así que las canciones siempre sonaban un poco diferente a lo que son en el disco. Pero ahora llevo una mezcla de instrumentos electrónicos y en directo que es mucho mejor. Mantiene los elementos electrónicos de mis canciones.

Llevas un tiempo por aquí y por allá, pero todavía no sabemos nada sobre un disco largo. ¿Hoy en día no es tan importante para ti sacar un «disco de verdad»? ¿Querías estar segura de hacer un álbum consistente?
Claro que planeo sacar un álbum. Sólo quería que fuera el momento adecuado. Tengo suerte de haber sido capaz de ser independiente durante los últimos tres años y siento que he aprendido mucho y he desarrollado mi sonido. Después de haber rechazado ofertas de multinacionales en el pasado, creo que ahora ha llegado el momento de firmar por una compañía grande y sacar el disco el año que viene.

¿Qué canciones del EP estarán en el álbum?
No puedo asegurarlo ahora mismo, pero sé que seguro quiero incluir algunas. Quizá 3 ó 4 y el resto serán completamente nuevas. Sí puedo decir que tengo el disco escrito al 75%.

¿Te gustó ser votada como una de las mujeres más sexys del mundo, o no es tan bueno para alguien que escribe canciones?
(risas) Bueno, creo que fui la número 92 de la lista, así que no estaba tan arriba… No presto mucha atención a este tipo de cosas, a decir verdad. Soy música y eso es todo lo que quiero ser. Me hago fotos como parte del trabajo, pero nunca dejaría que eso fuera lo único.

Hiciste un gran post en tu blog explicando que firmabas con un gran sello, ¿te preocupaba perder fans por ello?
La verdad es que no. Me gusta ser honesta y abierta con lo que hago. Y creo que la mayoría de mis fans se alegraron de que firmara por una gran compañía y de que finalmente pueda tener la oportunidad y el apoyo para sacar un álbum. Me han estado apoyando y observando desde el principio, así que muchos de ellos estaban tan emocionados como yo de que firmara.

¿Crees que la «honestidad» es tan importante cuando hablamos de música pop y música con la que pasarlo bien?
Es importante para mí porque quiero que mis fans se sientan parte de algo. No puedo hablar por todo el mundo, pero así es como hago las cosas.

No hay tantos baterías y cantantes. ¿Qué es lo mejor para ti de ser batería? ¿Te hace sentir libre, salvaje, fuerte… o simplemente te gusta cómo suena?
Me gusta el ritmo. Cualquier cosa con ritmo. Y me hace sentir feliz. Es como una liberación. Si estoy estresada o algo así, me voy a tocar y me siento relajada. Antes era una batería más alocada, en el estilo Keith Moon o algo así, y le pegaba bien fuerte. Pero ahora toco con más control y mesura.

¿Has sacado ya el vídeo de tus sueños o aún no?
Creo que todos los vídeos que he sacado de momento están muy bien y he tenido mucha suerte de haber trabajado con gente increíble que me ha apoyado en favor de hacer los mejores vídeos que se podía en cada momento. Aunque me apetece mucho hacer más y que cada vez sean mejores y mejores.

Te vi en directo hace un año en el festival de Berlín. Había un montón de gente en la banda contigo. ¿Aún es así?
Ahora mismo somos yo y otras tres personas. Annie, mi mejor amiga del colegio, a los teclados; Chris a la batería y Lee a la guitarra y al bajo. Ahora es algo más reducido pero creo que tengo el set perfecto ahora. ¡Y los adoro!

Has intentado diferentes cosas en tus EP’s, como la música latina. Aunque ‘She Always Gets…’ es divertida, la música latina no es tan popular en España entre los seguidores de la escena pop medio alternativa. ¿Crees que irás más por ahí?
Me gusta la buena música y las melodías pegadizas. Y hacer los EP’s fue tan divertido… Pude experimentar con un montón de música diferente y distintas ideas, pero creo que he encontrado mi estilo único y mi sonido ahora. Si tengo una idea y tiene un ritmo latino lo usaría, pero no diría que esté buscando un sonido latino…

Escucha ‘Your Body’ de Christina Aguilera

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El single de «comeback» de Christina Aguilera estaba anunciado para las 15.00 y por una vez se han cumplido los planes. Tras su difusión en una emisora de radio ha aparecido en Soundcloud. ‘Your Body’, el adelanto de su nuevo álbum, respeta bastante la maqueta filtrada hace unos días, y definitivamente parece basar todas sus esperanzas en los «oooh-oooh-oooh» a lo Katy Perry/sí misma, y en una pequeña hecatombe final. El álbum, ‘Lotus’, saldrá en noviembre.

Christina Aguilera – Your Body (Radio Edit) by gratefulgrapefruit

Placebo publican ‘B3’

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Placebo, que este verano pasaban por el Low Cost, han anunciado un nuevo EP llamado ‘B3’ para el próximo mes. Saldrá el 12 de octubre e incluirá estas cinco canciones. Al menos de la titular existe ya versión digna en directo en Youtube, y, con lo dedicados que son sus fans, la verdad, no nos extraña. A pesar de los teclados de los primeros momentos, 100% Placebo.

‘B3’
‘I Know You Want To Stop’
‘The Extra’
‘I.K.W.Y.L’
‘Time Is Money’

Fame, la película

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Al fin ha llegado. Ya está aquí el anuncio para el perfume de Lady Gaga, ‘Fame’, hecho cortometraje por la gracia de Steven Klein y Digital Domain, empresa de efectos especiales de James Cameron. Una fotografía espectacular, un diseño de producción apabullante, pero de ideas más bien justito.

A Michael Jackson le costó muchos discos y años de carrera creerse el Rey del Pop y crear aquella iconografía militar de estatuas gigantes en la era ‘HIStory’. Obviamente Gaga bebe de él, y no sólo de Jackson: las referencias son múltiples, como es costumbre en la Germanotta, aunque quizás el más evidente es el trabajo de pintores surrealistas como Dalí. Lo que más va a llamar la atención es la casi ausencia de música en los 5 minutos y medio que dura el clip, sólo ruidos, efectos de sonido y un fragmento de ‘Scheiße’.

En realidad se trata de un batiburrillo de ideas y conceptos arrojados sin vergüenza y del que rescatamos esa idea de Gaga disparando (y acabando) con Gaga. Y que por supuesto, aun no siendo la octava maravilla, se merienda con patatas a todos los clips de la era ‘Born This Way’.

Cientos y cientos de mensajes sobre el asunto, en nuestros foros.

Descarga gratis de Chateau Marmont

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Chateau Marmont es aquel cuarteto de París del que hablamos hace millones de años. Por aquella época ya nos encontrábamos maravillados por lo que habían publicado en diferentes EPs y por sus remixes para diferentes artistas. Ya era hora de que el grupo anunciase su disco de debut, y qué mejor manera que hacerlo que lanzando el primer single. El disco se llamará ‘The Maze’ y el single es este ‘Wargames’ que podemos disfrutar en forma de videoclip y descargar gratuitamente desde su web.

Escucha ‘Al Capone’ de Michael Jackson

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No todo podían ser malas noticias de la reedición de 25 aniversario de ‘Bad’ de Michael Jackson. Si lo de Pitbull ya lo calificamos como el Armagedón convertido en canción, ahora llegan mejores noticias. Uno de los temas inéditos que contendrá ‘Bad 25’ será este ‘Al Capone’, una versión demo inacabada de una canción que luego con el tiempo acabaría convirtiéndose en ‘Smooth Criminal’. Es una exclusiva de esta web, pero obviamente ya se ha expandido por Internet. ‘Bad 25’ sale a la venta el 25 de septiembre y aparte de un buen puñado de temas inéditos, y de lo de Pitbull, incluirá la remezcla que de ‘Speed Demon’ han hecho Nero.

TOY / TOY

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Los pobres TOY, de los que os hablábamos hace unos meses (‘Left Myself Behind’ ha quedado curiosamente fuera del disco) sirven como conejillo de indias para explicar el ansia de la prensa especializada por encontrar nuevos talentos (lo vemos en las nominaciones de los Mercury por ejemplo), mientras los grandes nuevos álbumes de Leonard Cohen, Patti Smith o Bob Dylan parecen no interesarle a nadie. El nuevo invento es esta banda surgida de las cenizas de Joe Lean & The Jing Jang Jong, un hypeado grupo circa 2008 que ni siquiera llegó a publicar su disco antes de separarse.

Ahora junto a la española Alejandra Díez a los sintetizadores, publican esta semana un cacareado debut en cuya promoción han tenido mucho que ver los Horrors, a los que recuerdan poderosamente (más que a Neu!, la verdad), pero quienes no tienen nada que temer por su llegada (a menos que sean mucho mejores en directo). Y es que nunca van más allá de recrear los ritmos típicos del kraut-rock con las brumas típicas del indie de los 80, titulando las canciones con nombres tan manidos para el género como ‘Dead & Gone’ y rimando «gone» con «strong». ¡Que alguien les regale una copia de ‘Año Santo‘!

Los defectos de ‘TOY’ no serían ningún problema si todas las canciones aquí contenidas fueran tan impactantes como ‘Reasons Why’ y su maravilloso teclado en forma de estribillo, y las largas y brutales -a pesar de los tópicos- ‘Dead & Gone’ y ‘Kopter’, que como pista final, deja con ganas de más. Lo cual tiene mucho mérito. Porque lo malo de verdad es que en medio encontramos cosas como ese sinsentido llamado ‘Omni’ o temas que no justifican lo excesivo del minutaje como ‘Make It Mine’ o ‘Walk Up To Me’. Aunque por ello no sobresaliente, un buen disco para jóvenes desarraigados que pasan el fin de semana escuchando vinilos en casa, aderezado con melodías atractivas y poperas como ‘Lose My Way’ y ‘My Heart Skips A Beat’, al que auguramos más futuro y proyección que a la hermana del cantante y guitarrista Tom Dougall, Rose Elinor Dougall de las Pipettes.

Calificación: 6,5/10
Temas destacados: ‘Kopter’, ‘Reasons Why’, ‘Dead & Gone’
Te gustará si : necesitas otros Horrors entre disco y disco de los Horrors
Escúchalo en: Spotify.

Kimbra / Vows

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El pop femenino nos ha dado tan pocas alegrías este año (sin Róisín Murphy ni Robyn ni Kelis) que la edición física tardía del álbum de Kimbra tiene que ser bienvenida. La mujer que hace coros en ‘Somebody That We Used To Know’, y que por cierto ha recibido mejores críticas con este ‘Vows’ que el mismo ‘Making Mirrorsde Gotye, publicó su debut el año pasado en Nueva Zelanda, pero hasta 2012 no ha llegado la edición internacional con nuevo tracklist y suculentas novedades con respecto al original.

‘Vows’ se abría con los experimentos vocales del single ‘Settle Down’, algo así como la versión comercial de tUnE-yArDs, cuyo trabajo, como el de Dirty Projectors, Kimbra suele elogiar. En la línea, su interpretación de ‘Plain Gold Ring’ sirve de punto central para un álbum que recorre la sensualidad de la música negra tanto en su forma R&B (‘Something In The Way You Are’), como en su forma Motown (‘Cameo Lover’), entre otras más próximas al africanismo, al rollo cantautor tipo Feist o al pop de moda. En momentos muy ajustados Kimbra suena tan cerca de Christina Aguilera como de Prince (‘Come Into My Head’), pero en general se cuida bastante de evitar los baladones y los excesos de todo tipo (ahí está la bonita ‘Two Way Street’).

No es de extrañar que para su próxima entrega, Kimbra planee algo con uno de los colaboradores de Björk, pues su sombra, muy tímida pero firmemente, aparece por canciones como ‘Old Flame’ o la que debía ser la última canción del disco, la intimista ‘The Build Up’. Si bien en sus canciones esta vez Greg Kurstin (Lily Allen) no está muy fino, ni siquiera en la gracieta anti-indie de ‘Posse’ con anti-citas a Joy Division y Morrissey, las composiciones de la joven muchacha junto a François Tétaz son sólidas y prometedoras. Máxime cuando consigue introducir en el álbum un bonus track tan funky como ‘Warrior’ (con A-Trak) sin desentonar demasiado.

Kimbra toca hoy en Dcode y mañana en Barcelona.

Calificación: 7,2/10
Temas destacados: ‘Settle Down’, ‘Cameo Lover’, ‘Something In The Way You Are’
Te gustará si : sueñas con una versión más comercial de Feist, Prince, Janelle Monáe
Escúchalo en: Spotify.

Pete Doherty y su romance con Charlotte Gainsbourg

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Pete Doherty reveló hace unos meses durante una entrevista al NME que había tenido un algo con Charlotte Gainsbourg durante el rodaje de su película conjunta ‘Confession Of A Child Of The Century’. Al parecer, ella dejó al actor Yvan Attal por él, pero enseguida volvió a Francia después de cuatro días porque «no podía soportar el estilo de vida» de Pete.

La noticia de hoy es que se arrepiente de haberlo contado. «Había bebido mucho ron ese día y tomado mucha cocaína. Ojalá no lo hubiera dicho. Ahora Charlotte no me va a hablar». Tras su paso por Cannes, ‘Confession Of A Child Of The Century’ se ha estrenado hace dos semanas en Francia. Las críticas han sido pésimas.

I ♡ Hot Chip

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Las nominaciones al Mercury Prize son una nueva ocasión, como cualquier otra, para ningunear a Hot Chip, un grupo británico de trayectoria impecable pero éxito moderado que por alguna razón no termina de calar como merece. Cuando el año pasado el debut de James Blake era favorito para ganar estos prestigiosos premios junto a ‘Let England Shake’ de PJ Harvey, podíamos elogiar su modernidad frente a los Grammy o su distanciamiento de la comercialidad con respecto a los Brits.

Pero un vistazo a los 12 nominados de este año nos deja claro que si algo se reconoce en los Mercury, salvo excepciones, es a los nuevos talentos, en este caso aunque construyan medianías y discos imperfectos como Lianne La Havas o Michael Kiwanuka. Nada malo que decir sobre ello, en un mundo en el que cuesta meses de esfuerzos promocionales terminar de hacer despegar a un nuevo artista, aunque sea Adele o Lana del Rey (que sigue sin sonar en radio). Sin embargo, no deja de ser curioso que Django Django, un grupo que ha aprendido una cosa o dos de la banda de Joe Goddard y Alexis Taylor y a la que de hecho están teloneando, aparezca nominada, y Hot Chip, no.

No es culpa de los Mercury Prize, que al menos llegaron a nominar a Hot Chip con su segundo disco, ‘The Warning‘, en 2006 (el primero, salvo para algunas voces discordantes, no lo merecía). Parece claro que el grupo tiene un extraño problema de conexión con la masa que resulta difícil averiguar a qué se debe. Sus discos logran buenas notas pero no las mejores, entran en las listas de ventas de algunos países pero duran poco, los pinchan en algunos clubs de Lisboa, Londres y Berlín pero no de toda Europa, nos visitan de gira de vez en cuando pero siempre en el marco de algún macrofestival y nunca por su cuenta… ¡Ni siquiera en nuestros foros tienen fans (elmejordelosmundos, ¿dónde estás?)! En definitiva, parece que se les niega el estatus de superestrellas que deberían tener hace tiempo.

Echemos un ojo a su discografía, sobre la que podríamos debatir horas y horas sobre cuál es mejor álbum de todos, si es que hay alguien dispuesto. Tras un debut llamado ‘Coming On Strong’ (2004) que sirvió como ensayo, del que hay que rescatar la gran ‘Playboy’, despuntaron con ‘The Warning’, disco gracias al cual se colocaron en la mayoría de listas de lo mejor del año 2006 y llegaron al top 40 de Reino Unido con sus dos trallazos claros: ‘Over and Over’ y ‘Boy From School’. Con el tercero terminaron de definir lo que para mí es el pop perfecto del siglo XXI con la metamusical e imposible ‘Shake a Fist’ y la redonda ‘Ready for The Floor’, todavía quizá su mejor canción y de hecho su único top 10 en listas internacionales. ‘One Life Stand’ (2010) corregía ya los defectos de tracklist y secuenciación de ‘Made In The Dark‘ (2008) y tanto el tema titular como ‘I Feel Better’ se convertían en «growers» históricos. Finalmente este año publicaban ‘In Our Heads‘, quinto disco ya en el que, lejos de decaer, incluían uno de los temas más divertidos de su carrera, ‘Night & Day‘, acompañado de baladas tan trabajadas como ‘Look At Where We Are’ (estribillo idóneo para hacer el ganso) o pistas tan bailables como la que abre el disco (magistral inicio instrumental de 2 minutos poniendo en situación).

Esta ristra de lo que yo consideraría obviedades redundantes con lo ya expresado varias veces en nuestro site, parece que no lo es tanto. A pesar de los vídeos excelentes que realizan de vez en cuando, de su simpatía hacia el mundo del pop (versiones de Shakira, reconocimientos de Rihanna), del buen nivel que han alcanzado sus conciertos (inolvidable FIB 2011), de sus divertidas letras, o de su querencia por las baladas de raíces soul, aún parecen para según qué gente una cara B de LCD Soundsystem. Todo ello a pesar de cinco discos excelentes que ya quisieran muchos de sus compatriotas o los grupos que coronan las listas del año para sí, y a pesar también de que supieron hacer una parodia de ‘We Found Love’ en ‘Shake A Fist’ cuatro años antes de que se publicara la canción («Before we go any further / I’d like to show you all a game I made up / This game is called ‘Sounds of the Studio’ / And it can be played with any record / Including this one. You may be surprised!»).

No es la primera vez que un grupo de pop no arrasa como debería (Denim, Sugar, Jack, Prefab Sprout, Saint Etienne, Cassino, Baxendale, Roísín Murphy, la última etapa de Pet Shop Boys), pero su caso es más doloroso porque están aquí para triunfar (sonoro cabreo se pillaron cuando ‘I Feel Better’ no fue pinchada en Radio One). ¿Tendremos que esperar a que se separen para reconocer lo buenos que eran? ¿Habrá que esperar 15 años para hacer un «tú sí que molabas» a Hot Chip?

Muere Mariano García de ‘Disco-Cross’

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Todos los que tengáis una edad recordaréis que en los 80 era muy habitual que hubiera programas de heavy en la radiofórmula. En aquella época cumplió un papel fundamental el programa ‘Disco-Cross’, del que era responsable Mario García. Lamentablemente su familia informa hoy de la muerte del periodista a causa de un fallo cardíaco según la web Mariskalrock.

El Economista destaca que entre quienes han lamentado su muerte y destacado su influencia están José Antonio Abellán y Pilar Rubio, pero seguro que son sólo unos pocos entre los miles de aficionados a la música heavy que tienen que agradecerle su explosión durante la mencionada década, así como el descubrimiento de muchas bandas tanto del panorama internacional como nacional. Además de trabajar en radio, Mariano García fue responsable de la programación de la Sala Canciller (conocida como «el Canci» en Madrid) y el sello Barrabás.