Tras su profesionalización, la banda de Madrid acentúa sus similitudes con Foals o Two Door Cinema Club, pero también los tics del peor AOR y unas letras casi autoparódicas.
El nuevo disco de Prince es apto para fans: su idiosincrática fusión de pop, R&B, rock, funk y hip-hop suena tan anacrónica y pasada de rosca como siempre, con la excepción de unos pocos temas.
Las letras honestas, epatantes, amargas y divertidas a la vez, siguen siendo el punto fuerte de un artista que, cada vez más, juega con los géneros sin que le tiemble el pulso y saliendo siempre airoso.
En esta suerte de 'Maison de mon rêve' de 2015 escuchamos a CocoRosie convirtiéndose en amapolas, personificando a ciervos, yuxtaponiendo coches y árboles o incluso "espiando caracoles que se masturban".