Esta fábula con engañoso aspecto de cuento infantil no solo rememora las épocas acústicas y glam de sus Auteurs, sino que que simboliza la intachable honestidad artística del británico.
Por más que haya un productor detrás que trate de darle cohesión, el nuevo álbum de The Boss no pasa de un bienintencionado recopilatorio de descartes y versiones más o menos curiosas.
Descatalogado durante los 80, el disco enfrenta la depresión social mostrando la propia inseguridad como artista de Neil Young, que siempre lo miró reticente.