@elektrolu pues le invitaron a reinar en España (y sustituir a la inútil dinastía Borbónica) y se encontró con un país muy fiel al cuadro de Goya de "Duelo a garrotazos" y tras dos años intentando calmar la situación, se fue. Posiblemente haya sido el rey mejor formado y más progresista que haya reinado nunca en España...
Su carta de abdicación es GENIAL (cortipego de la wiki): Al Congreso: Grande fue la honra que merecí a la Nación española eligiéndome para ocupar su Trono; honra tanto más por mí apreciada, cuanto que se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros que lleva consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado. Alentado, sin embargo, por la resolución propia de mi raza, que antes busca que esquiva el peligro; decidido a inspirarme únicamente en el bien del país, y a colocarme por cima de todos los partidos; resuelto a cumplir religiosamente el juramento por mí prometido a las Cortes Constituyentes, y pronto a hacer todo linaje de sacrificios que dar a este valeroso pueblo la paz que necesita, la libertad que merece y la grandeza a que su gloriosa historia y la virtud y constancia de sus hijos le dan derecho, creía que la corta experiencia de mi vida en el arte de mandar sería suplida por la lealtad de mi carácter y que hallaría poderosa ayuda para conjurar los peligros y vencer las dificultades que no se ocultaban a mi vista en las simpatías de todos los españoles, amantes de su patria, deseosos ya de poner término a las sangrientas y estériles luchas que hace tanto tiempo desgarran sus entrañas. Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos largos años ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien prometió observarla. Nadie achacará a flaqueza de ánimo mi resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la Corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles; ni causó mella en mi ánimo el que corrió la vida de mi augusta esposa, que en este solemne momento manifiesta, como yo, el vivo deseo de que en su día se indulte a los autores de aquel atentado. Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e irrealizables mis propósitos. Éstas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional, haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores. Estad seguros de que al desprenderme de la Corona no me desprendo del amor a esta España tan noble como desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía. Amadeo. Palacio de Madrid a 11 de febrero de 1873.
esto sigue totalmente vigente: "todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males".
Posiblemente los mejores reyes que ha tenido España hayan sido José Bonaparte y Amadeo de Saboya, a los dos les dimos bien por culo defenestramos gracias a nuestra tozudez y falta de neuronas.
Sip. Pepe botella, que no era alcohólico, por cierto...
El hermanísimo aprobó un estatuto (de Bayona) que convertía España en una pseudo-Democracia con una monarquía constitucional y abolía el antiguo régimen. Pero nosotros preferimos echar a todos los ilustrados por "afrancesados", devolverle todo el poder a la iglesia y traernos al capullo de Fernando VII que lo rpimerito que hizo fue defenestrar las Cortes de Cádiz y mandar al paredón a todos los que oliesen a liberales.
Qué casualidad que los dos mejores reyes hayan sido extranjeros. Es que somos taaan tontos, pobrecitos los españoles. Así nos va, si es que no valemos pa ná. Solo pa la fiesta.
Bueno, si nos vamos a la edad media alguno decente hubo, pero luego los últimos austrias (muy españoles y mucho españoles tampoco...) y los borbones (que en Francia sí supieron quitarse de encima...), dejaron el listón fatalito.
Y nosporná, pero fuimos nos españoles los que echamos Isabel II para traernos a Amadeo porque la dinastía estaba siendo para llorar... Literalmente todos los partidos, incluidos varios monárquicos, vetaron que el sustituto fuese Borbón... Así de bien lo estaba haciendo.
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https://www.google.es/search?q=amadeo+de+saboya&client=firefox-b-ab&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjf4_CyjZnOAhWJbRQKHTDJDGsQ_AUICCgB&biw=1600&bih=767
Su carta de abdicación es GENIAL (cortipego de la wiki):
Al Congreso: Grande fue la honra que merecí a la Nación española eligiéndome para ocupar su Trono; honra tanto más por mí apreciada, cuanto que se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros que lleva consigo la empresa de gobernar un país tan hondamente perturbado. Alentado, sin embargo, por la resolución propia de mi raza, que antes busca que esquiva el peligro; decidido a inspirarme únicamente en el bien del país, y a colocarme por cima de todos los partidos; resuelto a cumplir religiosamente el juramento por mí prometido a las Cortes Constituyentes, y pronto a hacer todo linaje de sacrificios que dar a este valeroso pueblo la paz que necesita, la libertad que merece y la grandeza a que su gloriosa historia y la virtud y constancia de sus hijos le dan derecho, creía que la corta experiencia de mi vida en el arte de mandar sería suplida por la lealtad de mi carácter y que hallaría poderosa ayuda para conjurar los peligros y vencer las dificultades que no se ocultaban a mi vista en las simpatías de todos los españoles, amantes de su patria, deseosos ya de poner término a las sangrientas y estériles luchas que hace tanto tiempo desgarran sus entrañas. Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos largos años ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la Patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien prometió observarla. Nadie achacará a flaqueza de ánimo mi resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la Corona si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles; ni causó mella en mi ánimo el que corrió la vida de mi augusta esposa, que en este solemne momento manifiesta, como yo, el vivo deseo de que en su día se indulte a los autores de aquel atentado. Pero tengo hoy la firmísima convicción de que serían estériles mis esfuerzos e irrealizables mis propósitos. Éstas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la Nación, y en su nombre a vosotros, la Corona que me ofreció el voto nacional, haciendo de ella renuncia por mí, por mis hijos y sucesores. Estad seguros de que al desprenderme de la Corona no me desprendo del amor a esta España tan noble como desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía. Amadeo. Palacio de Madrid a 11 de febrero de 1873.
Y a pesar de que la echamos a base de insultos, siguió financiando obras caritativas en España enviando dinero bajo seudónimos hasta su muerte.
^^^jajajajajajjajajaja
Hasta luego
Ese texto lo tenía yo como posible en la PAU, que bonito
El hermanísimo aprobó un estatuto (de Bayona) que convertía España en una pseudo-Democracia con una monarquía constitucional y abolía el antiguo régimen. Pero nosotros preferimos echar a todos los ilustrados por "afrancesados", devolverle todo el poder a la iglesia y traernos al capullo de Fernando VII que lo rpimerito que hizo fue defenestrar las Cortes de Cádiz y mandar al paredón a todos los que oliesen a liberales.
camioneroaguador. Al menos entretenía.