Truñazo Obregonero

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Truñazo Obregonero

Obregon.jpgIndescriptible lo que pudimos ver ayer en Antena3 a las diez de la noche. La nueva serie de Ana Obregón es, sencillamente, nefasta. No es sólo que los actores sean pésimos, los guiones malos y que los chistes no hagan ni puñetera gracia, es que la serie no tiene el más mínimo interés. Ni siquiera sirve para echarte unas risas o para disfrutar de lo “kitsch” al más puro estilo Supermodelo2006. No, es que la serie no sirve ni para deconstruirla.

Empezaremos comentando que en la serie la bióloga encarna a una presidenta del gobierno (!), que anteriormente fue una rica condesa casada con un marido que le ponía los cuernos. Cuando se harta, decide montar en su propia casa un hotel para mujeres traicionadas por los hombres. En el elenco de actores -además de a Anita- tenemos a María Barranco en el enésimo papel malo de su vida; a Teté Delgado haciendo de pescadera gallega basta y a Beatriz Rico haciendo… haciendo el ridículo, para variar.

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Pero para ridículo monumental, el de las situaciones que se representan: Teté Delgado es engañada por su marido mecánico con su ayudante (otro hombre, se entiende), Beatriz Rico una periodista del corazón liada con un torero y María Barranco una monja metida a sexóloga (!!!). Lo más traumático fue ver cómo la secretaria decía “Señora presidenta, el expresidente Zapatero la está esperando”; no obstante a la zaga le iba la clase de sexo tántrico con el amigo maricón, la pillada al marido en el jacuzzi con la secretaria neumática, el «look-alike» de Bush, el brunch en el que sólo se habló de cirugía estética (como si la Obregón no tuviese ya suficiente con los millones que lleva) o Julio Iglesias Junior tirándose a Anita lleno de harina, aunque eso sólo pudimos verlo en el inefable e inenarrable ‘Así se hizo’ que pasaron después.

Es necesario comentar que la que fue calificada como “Barbie geriátrica” por Vicky Beckham sale desnuda en casi todas las escenas, no se sabe muy bien por qué. Además, lleva unos vestidos y peinados imposibles y tiene ensoñaciones en las que se tira a cualquier hombre presente en la secuencia. En definitiva, es una serie que parece más “soft porn” de una cadena local que otra cosa. Es un producto televisivo por y para ella, donde ella tiene todo el protagonismo, las mejores frases (si es que eso existe en este caso) y la mayor parte del tiempo en pantalla. Sin lugar a dudas, lo único que va a conseguir este despropósito es alimentar el ego de la Obregón, porque lo que se dice a las audiencias, habiendo hecho el día de su estreno un 16% de share después de toda esa promoción, pues tú me dirás. Igual no dura ni dos semanas. Pobre Obregón, que ya tiene escritos 91 capítulos. Porque sí, han oído bien: los guiones son suyos. -10.

  • ACTUALIZACIÓN: Antena 3 retira la serie de Ana Obregón por su escaso seguimiento.
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