Entrevista a Low

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Entrevista a Low

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JNSP tuvo la suerte de poder hablar en conexión directa Madrid/Duluth (esta vez nada de mails) con el tímido pero amable Alan Sparhawk, cuerpo y alma de Low, para que nos despeje las brumas sobre su nuevo álbum, ‘Drums and guns’, uno de los lanzamientos destacados de la temporada. Además nos hablan de su próxima gira, lo feo que está el mundo y otras cosas de interés para los hombres de bien. Amén.

Algunos interpretamos ‘The Great Destroyer’, de alguna manera, como vuestro disco más pop, y esperábamos que siguierais la misma línea en vuestro nuevo álbum. Sin embargo, ‘Drums and guns’ más bien empieza donde terminaba ‘Trust’…
No tengo ni idea. No sé. Nunca había oído que ‘The Great Destroyer’ fuera nuestro disco más accesible. Con ‘The Great Destroyer’ quisimos cambiar, llevar las cosas al límite metiendo más distorsiones. Ahora hemos querido dar un paso más, ser más libres, explorar nuevas posibilidades…

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¿De qué va el álbum? La guerra parece uno de los temas principales.
No buscamos hacer un disco sobre la guerra. No lo sentimos como un álbum verdaderamente político, pero creo que todos, en los últimos tiempos, estamos pensando en la inestabilidad que nos rodea y de alguna manera sentimos la necesidad de hablar sobre ello en nuestras canciones. El disco tampoco habla tanto sobre la política de Bush como sobre el hecho de que nos estemos matando los unos a los otros, del daño que nos hacemos los unos a los otros como seres humanos. Cómo justificamos por qué nos matamos los unos a los otros no tiene mucho que ver con la política. Creo que tiene más que ver con cómo somos como seres humanos, con qué somos capaces de hacer y qué no.

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¿Siempre te han interesado los temas políticos o, con la edad y una familia, te preocupan más?
Toda mi vida he pensado en estos temas, pero creo que la mayoría de nuestra generación en América está empezando a preguntarse cosas ahora. Durante mucho tiempo los medios de comunicación han mantenido a la gente al margen de muchos temas, pero últimamente algunas cosas se han hecho demasiado evidentes…

‘Belarus’ y ‘Sandinista’ reflejan algunas de vuestras inquietudes políticas.
Claro. Me interesa mucho la historia detrás de Bielorrusia, toda la tensión que supone estar en medio del Este y del Oeste. En esa canción quería reflejar la sensación de «amenaza», de «tensión». En ‘Sandinista’ quería hablar de la relación entre Norteamérica y Sudamérica, sobre las políticas del gobierno estadounidense en Sudamérica, que la gente desconoce en muchos casos, y cuyo futuro me parece emocionante y terrorífico al mismo tiempo. La misma idea de tensión entre dos mundos es muy evidente en este tema. Además, me atrae la idea de entender la cultura y la religión de los que son nuestros vecinos, y en muchos casos es muy interesante y desconocida para nosotros.

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La religión ha sido siempre muy importante para el grupo y supongo que te ha ayudado en algunos de los momentos más difíciles de tu carrera, ¿no?
Espero que sí.

¿Alguna vez os habéis sentido incomprendidos por vuestros fans más indies, en ese sentido?
No, la verdad es que hemos hablado abiertamente de nuestra religión desde el principio, nunca la hemos escondido. Creo que la gente escucha la música y eso es todo. Nunca nadie nos ha dicho nada.

Nos gustaría felicitarte por tu honestidad al comunicar a tus fans durante la anterior gira que tenías que cancelarla porque no eras capaz de seguir adelante con ella, a través de una carta. ¿Ha influido lo mal que te sentías en aquella época en la oscuridad de este disco?
Nuestra música siempre ha sido oscura, desde el principio. Pero quizá sí es algo más obvio en este disco. De todas formas nosotros no creemos que sea tan «oscura». La percepción que la gente tiene de ella es algo que está totalmente fuera de nuestro alcance.

Por ejemplo, las imágenes que podemos ver en el libreto del disco incomodan, casi asustan. ¿Cómo llegasteis hasta ellas?
El disco se llama ‘Guns and drums’ y las fotos son sobre eso. Dejamos que fueran lo que era el título. No buscamos nada en especial. Nos ceñimos al título del disco.

¿Es cierto que odias la etiqueta «slowcore»?
No, no la odio.

Algunas veces has dicho que te desagrada.
Bueno, es extraña, un poco desafortunada, pero los sellos, la prensa, tienen que etiquetar cosas y tú no puedes luchar contra eso. Es mejor aceptarlo.

El título también contiene la palabra «drums» pero irónicamente tiene menos «baterías» que nunca. Ya habíais utilizado sintetizadores antes pero creo que es la primera vez que realmente dirigen algunas de las canciones. ¿Cómo llegasteis a ese sonido?
Queríamos experimentar. Teníamos algún sintetizador barato por casa, no sabíamos cómo usarlo y empezamos a probar diferentes sonidos. Queríamos ir más allá de guitarra, bajo y baterías y nos decidimos a añadir ese tipo de sonidos. No sabíamos cuál sería el resultado final, pero queríamos que fueran canciones muy sencillas.

El tema ‘Always fade’ definitivamente tiene ritmo, ¿no te da miedo que alguien se atreva a hacer una remezcla que os desagrade?
No (risas). De hecho hemos hecho algunos remixes de ‘Breaker’ y ‘Hatchet’ que se publicarán con las primeras copias del disco o se podrán conseguir en un 7 pulgadas.

‘Hatchet’ nos ha sorprendido mucho tanto por su música como por su letra. Es bastante divertida. ¿La hiciste en serio?
Es un tema que salió muy rápido, fue divertido de hacer. Es una canción pop simple y corta. Es sobre volver a empezar, cambiar de vida, seguir adelante, dejar de hacer la guerra.

¿Las referencias a los Rolling y a los Beatles eran el chiste fácil o realmente eres fan?
No, no, no, soy un gran fan.

Dave Fridmann ha producido vuestros últimos discos, pero no tienen su sonido típico. ¿Exactamente qué añade a vuestro sonido?
Confianza en lo que hacemos cuando la necesitamos, nos anima a aventurarnos cuando ve que queremos hacerlo, entiende e interpreta todas nuestras propuestas… Creo que la gente tiene una percepción errónea de lo que supone el trabajo de Dave Fridmann. Tiene un gran talento, que es llevar al artista justo donde quiere. No es tanto una cuestión de tecnología o un sonido específico.

¿Entonces ese toque Boards of Canada, Stereolab o Autechre que tenéis a veces en este disco no es cosa suya?
No, simplemente lleva más allá cosas que ya existían en nuestras maquetas. Nosotros tampoco pretendíamos hacer un disco en concreto de forma artificial. Me gustan Suicide, tomar loops y cosas así y él nos ha ayudado.

Ahora que habéis jugado algo con la electrónica, ¿veremos a Mimi en la gira detrás de un portátil en lugar de detrás de su batería?
No, nada de portátiles (risas). Tocará la batería, Matt el bajo y yo la guitarra. Intentaremos dar un giro a algunas de las canciones, siempre llevamos diferentes versiones de las canciones en el repertorio. Intentaremos algo nuevo. Llevaremos algunos samples y loops.

Habéis cambiado varias veces de bajista. ¿En el fondo Low no sois más bien Mimi y tú?
No, no es verdad. Matt (Livingston) ahora es un miembro más de la banda. Le conocíamos de antes y le pedí que se uniera a nosotros porque entiende exactamente lo que hacemos.

¿Cómo afrontas la gira después de la última cancelación?
Estamos totalmente preparados. Aquellos momentos fueron muy duros para mí. De verdad necesitaba un descanso que al fin me tomé y estamos contentos de salir de gira.

Muchos de nosotros recordamos vuestro concierto en un colegio mayor de Madrid, el San Juan Evangelista, como uno de los más mágicos de nuestra vida. ¿Recuerdas algo vagamente?
Recuerdo algunos conciertos de aquella época como muy especiales. Realmente cuando tocamos delante de más de mil personas es un poco raro para nosotros.

Por último, una pregunta un poco bizarra pero que nos llena de curiosidad, ¿es Duluth un buen sitio donde vivir?

Sí, es un sitio bonito. Tiene unos cien mil habitantes, es tranquilo. Suele nevar, la nieve se está derritiendo ahora. Hay un lago, pero la marea es muy tranquila. En los cuatro o cinco últimos años no ha nevado tanto como antes, lo cual me inquieta, pero aun así suele hacer mucho frío en invierno.

El frío puede ayudarnos a entender el sonido del grupo.
Sí, largos, largos inviernos. Caniche / iko / Supervago.

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