Nunca habríamos esperado ver a Pilar Bardem sentada en la primera fila de los Oscar dando picos a su hijo. Pero así fue. Javier Bardem, que no fue con Pe, sino con su madre, y tenía a su derecha al mismísimo Jack Nicholson, ganó la estatuilla al mejor actor secundario por ‘No es país para viejos‘, que también ganó los premios a mejor película, director y guión adaptado, quedando así saldada la deuda de la Academia con los hermanos Coen. Pe por su parte salió justo después de Nicole Kidman, ironías de la vida, a presentar el premio a la mejor película de habla no inglesa, aunque este año no había Peeeeedroooo que valiera y se las vio putas para decir el apellido del austríaco que ganó.

Daniel Day-Lewis ganó el premio al mejor actor y Diablo Cody, por su parte, recogió el obvio Oscar al guión original de ‘Juno‘ vestida con un traje de leopardo. La sorpresa la protagonizó Marion Cotillard, que se llevó el premio a la mejor actriz por su interpretación de Edith Piaf en la excelente ‘La Vie En Rose‘. Realmente no se lo esperaba porque se quedó sin habla y salió temblando del escenario. ¿Por qué los actores y actrices son siempre los que peor soportan estos momentos? La Academia también premió el maquillaje de esta película, en su obsesión por la caracterización de personajes. Aunque no siempre: Cate Blanchett se quedó sin Oscar por su interpretación de Bob Dylan en ‘I’m Not There’.

El Oscar a la mejor canción fue para los chicos de ‘Once‘. Y menos mal porque ‘Falling Slowly’ es lo único decente que sonó. Marketa Irglova, además, dio un discurso precioso aunque casi no la dejan: tuvo que volver a salir al escenario después de un descanso. Finalmente, de nuevo Alberto Iglesias se quedó sin premio. ¿Otra vez será?