A todos nos llega el momento en que en el metro, por la calle, en una tienda, alguien te dice «Perdone» o «Señor, ¿tiene usted hora, por favor?». Y duele. Tanto como cuando te enteras de que la chica que canta en ese disco que te gusta tanto y que llevas escuchando unos meses acaba de cumplir 18. Casi como Hannah Montana, vamos.
Aunque ya quisiera para sí la hija de Billy Ray el talento compositivo que se gasta Laura Marling, que ha tenido que soportar que no la dejaran entrar a una sala donde actuaba por ser menor de edad (¡y acabó haciendo el show en la calle!). Si atendemos a las canciones de su debut, ‘Alas I Cannot Swim’ (nominado este año al Mercury Music Prize) no es tan fácil percibir su postadolescencia, sino todo lo contrario. Lejos de Adeles, Duffies o Kates Nashes, más bien uno encuentra un folk-pop que conduce a comparaciones con Jenny Lewis o Beth Orton (¿será de hecho su digna sucesora?), sin que eso implique que sea una desfasada o una gafapasta aburrida: seguro que ya has bailado con su voz en uno de los hits de la temporada, el ‘Young Love’ de Mistery Jets.
Los treinta y ocho minutos de disco son precisos y directos, sin desperdicio, y la producción corre a cargo de Charlie Fink, de Noah And The Whale (banda a la que Laura perteneció y con la que sigue colaborando). Sus once canciones como soles están cantadas con una voz dulce, segura y madura que en canciones como ‘Tap At My Window’, ‘You’re No Good’, ‘The Captain And The Hourglass’ o ‘Shine’ recuerda a grandes Lauras, como la Veirs o la Cantrell. Pero, eso sí, pese a moverse por los estándares del género, a menudo demuestra inquietud y osadía para transgredir sus estructuras y rehuir convencionalismos (en el trío genial compuesto por ‘Ghosts’, ‘My Manic And I’ y ‘Cross Your Fingers’). Quizá debamos dar gracias por ello a su insultante juventud.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Cross Your Fingers’, ‘Ghosts’, ‘My Manic And I’
Te gustará si te gustan: Beth Orton, Jenny Lewis, Laura Veirs
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