El dúo británico formado por Steve y Laura-Mary, a la batería y a la guitarra respectivamente como no vamos a decir quién, llega hoy 10 de abril a Madrid tras actuar anoche en Barcelona. Blood Red Shoes han conseguido protagonizar su pequeño «hype» sin haber sido mencionados ni una vez en Pitchfork, lo cual tiene mucho mérito, aunque su propuesta es la típica que gusta al público indie por definición. ‘Don’t Ask’, el tema que abre este disco, recurre a las guitarras de Bloc Party; ‘Heartsink’ a las de los primeros Killers, los de ‘Somebody Told Me’, y ‘Light It Up’, tan noventera, recuerda tanto a Nirvana como a Hives, Vines y todo aquellos.
«Ya lo hemos oído 10.000 veces», dicen ellos mismos en uno de sus estribillos. Sin embargo, hay que reconocer que el grupo hace honor a su nombre, que viene de un musical de Ginger Rogers y Fred Astaire en el que Ginger llena sus zapatos de sangre de tanto bailar, y muchos de sus hits son tan incontestables que casi hay que decir que están infravalorados en las islas, donde en realidad no han conseguido ni un miserable top 40. Además, en este álbum Blood Red Shoes han depurado su técnica con una producción mejor, que brilla en la balada ‘When We Wake’, que poca cosa tiene que envidiar a las perpetradas por Karen O, o en el tema final ‘Colours Fade’, que dura 7 minutazos y tiene que ser por fuerza un completo «highlight» de sus shows en directo. Ah-ah-ah-ah. Ah-ah-ah-ah.
Calificación: 6,6/10
Lo mejor: ‘Don’t Ask’, ‘Colours Fade’, ‘When We Wake’
Te gustará si te gustan: Sons and Daughters, Bloc Party, Yeah Yeah Yeahs, The Kills
Escúchalo: en Spotify.