La idea detrás de un título como ‘Un caso sin resolver’ es la del reconocimiento de los pecados y faltas cometidos por Christina Rosenvinge desde que comenzara su carrera como adolescente. «El nombre venía de este tipo de periodista malvado que te dice: “tú tienes un pasado”, como si fuera Mengele. ¿Pero por qué? ¿Porque hice ‘Chas’?», nos decía la cantante en una reciente entrevista. Sin embargo, desde hace unos años, y muy especialmente desde el lanzamiento de su obra maestra ‘Tu labio superior‘, después de haber pasado como el que más de su carrera como solista, cada vez tengo más claro que quienes tienen un problema sin resolver son los que se empeñan en seguir viendo en ella una cantautora pretenciosa, lánguida y excesivamente «arty», que se avergüenza o, si no, debería, de venir de donde viene (algo que ha negado con paciencia infinita en mil y una entrevistas).
Este recopilatorio, que Christina Rosenvinge ha accedido a publicar después de años de ruegos y sugerencias de amigos y sello, es la antítesis de todas esas compilaciones innecesarias que aglutinan canciones desordenadas que ya todo el mundo tiene. Quien más, quien menos, se ha perdido alguna de sus etapas y era de recibo poner todas estas composiciones en una misma caja para entender la carrera de la única artista que ha actuado en el Primavera Sound y en el Festival de la OTI, como se está diciendo durante la promoción.
La caja es de las hechas con mimo: se incluyen cuatro cd’s, un DVD y un libreto de más de 50 páginas con fotos perdidas de Alberto García Alix y Pablo Zamora, entre otros, y textos de Lee Ranaldo, Julio Ruiz, Jordi Bianciotto, Jesús Ordovás, Nacho Vegas, Tim Folhjan, Refree o David Bonilla. Pero lo mejor vuelve a ser ella misma. Su hilarante texto explicativo del porqué de este lanzamiento (y de su vida artística, en general), nos vuelve a recordar, por si aún queda alguien por enterarse, que sabe reírse de sí misma como pocos artistas han sabido. Sobre su trilogía neoyorquina escribe: «Intenté cambiar de nombre, borrar mi rastro para siempre, pero ante las dificultades que pusieron en el consulado solo cambié mi peinado. Me hice un moño y me puse una falda de tablas. Pensé en usar gafas de pasta, pero no pude ir tan lejos. La coquetería siempre ha sido mi perdición». ¿Después de esto alguien, en serio, volverá a ser capaz de intentar ridiculizar su pasado?
Si sí, peor para ellos, porque Christina tiene poco que esconder. ‘Chas y aparezco en tu lado’, que era una buena canción de pop que habría liderado las listas de Popjustice de haber sido editada en 2011 y producida por alguien que no fuera Nacho Cano, ni siquiera es la canción más destacable del CD4 de rarezas en el que se incluye. Al margen de ‘Verano fatal’, la colaboración de Jota y Luis Troquel, la versión en catalán de Refree o la de Leonard Cohen, estremecen la maqueta de ‘Mil pedazos’ o la de ‘Sábado’.
Poco queda por decir de los temas de sus dos últimos discos, que conforman el CD3, y entre los que incluso se llega a echar de menos alguno como ‘Animales vertebrados’. Es aquí donde se sitúa la cumbre de su carrera, aunque una escucha de los dos primeros cd’s da algo más que el hallazgo de unos curiosos precedentes. Han sobrevivido de su etapa americana en su repertorio canciones como ‘Tok Tok’ o ‘A Liar To Love’ y varias pistas son claros «growers» para quien aún no los conociera, como ‘Submission’, ‘German Heart’, ‘As The Wind Blows’, largo etcétera. ¿Y qué decir del DVD, con vídeos de Luis Cerveró o Darío Peña? Entre la delicatessen estética (‘La distancia adecuada’) y la divertida autoparodia (‘Anoche’), la mejor tarde de domingo que recuerdo de los últimos tiempos.
¿Son las pistas de ‘Cerrado’ tan impactantes como un ‘Nadie como tú’ o tan redondas como ‘Eva Enamorada’? ¿Están los coros de Alejo Estivel en ‘Ni una maldita florecita’ a la altura de los de Georgia de Yo La Tengo en ‘Canción del eco’? Pues no. Es fascinante debutar con tu obra maestra, pero tengo mis dudas de qué es mejor, si arrancar tu carrera con un ‘Horses’ o ir construyéndola poco a poco, dando pistas de tu talento por el camino, como en este caso sucede con ‘Alguien que cuide de mí’, una de las canciones viejas regrabadas, en directa conexión con la reciente ‘Un hombre formal’ y que perfectamente podría ser el primer single del próximo álbum de Christina Rosenvinge. Canciones como ‘Días grandes de Teresa’, ‘Glue’ o ‘Negro cinturón’ (mítico «ay, ay»), cada vez mejores, han ido consolidando a una cantautora que ha sabido encontrar su sonido, construyendo cada vez mejores letras, huyendo de lo rancio y también de lo cursi. Será la gran dama del pop español durante los años que vienen. Creo que a estas alturas, ya todos lo tenemos claro.
Calificación: 10/10
Lo mejor: ‘La distancia adecuada’, ‘Canción del eco’, ‘Alguien que cuide de mí’, ‘Nadie como tú’
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