Hace unas semanas, Regina Spektor visitaba Madrid por segunda vez presentando ‘What We Saw From The Cheap Seats‘, dando un concierto espectacular en el Circo Price que esperamos que se repita pronto. Ese mismo día pudimos citarnos con ella en un céntrico hotel, siendo la nuestra la única entrevista en persona que concedió en la ciudad. Pese a lo limitado del tiempo con el que contábamos y que Regina se extendía bastante en las respuestas, pudimos comentar su último trabajo, compararlo con otros de su discografía, conociendo así los detalles que esconde el modo de crear de la moscovita, entre otras cosas. Siempre agradable y con una sonrisa de oreja a oreja, esperamos poder transmitir lo gratificante que resultó nuestra charla.
Respecto a tu nuevo álbum como al resto de tu discografía, ‘Far’ parecía más sencillo, con menos aristas, más estándar. En tu nuevo trabajo te zambulles de nuevo en sonidos y atmósferas menos fáciles de digerir. ¿Has intentado con ello dar un paso atrás de lo propuesto en su predecesor?
«¿En serio? Tiene gracia, porque no lo veo así en absoluto. A mi modo de ver, ‘Far’ era un disco mucho más difícil de compartir con la gente, mientras que éste último resulta más fácil. Es complicado analizar tu propio trabajo… En cada disco incluyo canciones de diferentes etapas, tengo muchas canciones. No funciono en plan ‘ir a casa, escribir un disco, grabarlo, ir de gira, volver a casa y escribir otro disco’; hay canciones en éste disco que son más antiguas que las de ‘Far’ y en ‘Far’ hay canciones anteriores a ‘Begin To Hope’, está todo mezclado, así que en cada disco aparece lo que me va interesando en ese momento y luego voy experimentando en términos de producción. Mi proceso de experimentación no es tan diferente de disco en disco, sólo siento que cada vez aprendo más, me meto en distintos territorios. Si este disco es distinto es porque he podido interpretar las canciones más como yo quería, es más cercano.»
Cuando digo que ‘Far’ es más convencional, me refiero que en él no escuchas elementos desconcertantes que sí están presentes en ‘What We Saw From The Cheap Seats’, como esa especie de alarido que hay en la canción ‘Open’.
«Cierto, pero por ejemplo cuando salió ‘Far’ me preguntó un periodista sobre los sonidos de delfines que hay en él. La gente suele buscar cosas raras que yo encuentro de lo más natural, porque las he descubierto al experimentar con sonidos y no me parecen raras. En alguna ocasión me he llegado a arrepentir de alguna cosa que vi con el tiempo que no estaba bien o que no encajaba del todo, pero en el momento de hacer el disco, todo me parece normal. Es algo muy arbitrario, porque mientras el sonido de una flauta en un momento determinado de una canción le puede parecer maravilloso a una persona, a otra le puede incomodar. Siempre ha sido así y pienso que, al fin y al cabo, la gente que me sigue en cada nuevo viaje que emprendo descubre estas cosas conmigo y está abierta a todo lo nuevo que esté por venir, mientras que los que no están muy al tanto de lo que hago siempre están analizándome.»
De nuevo muestras tu habilidad con los idiomas en este álbum e incluso cantas un tema en ruso en uno de los bonus tracks [NDE: Hablamos de ‘The Prayer Of François Villon (Molitva)‘]. Obviamente siempre eliges el inglés como tu lengua principal, pero, ¿has considerado alguna vez cambiar de idioma para todo un LP?
«Ah sí, es una canción de uno de mis cantantes rusos favoritos, tienes que escucharlo. Ojalá pudieras entender las letras, pero su música es muy poética y tiene una voz preciosa, muy tranquila. Su nombre es Bulat Okudzhava y ésta canción es una historia triste de un hombre que va a un sastre para que le arregle su chaqueta, esperando así tener mejor suerte en la vida. Esto que le dice el hombre al sastre es de broma, pero el sastre se lo toma muy en serio y tiene mucho cuidado en dejar la chaqueta perfecta, esperando así cumplir los deseos de su cliente. Las cosas no funcionan así en la vida, por desgracia. En cuanto a los idiomas, tampoco soy tan buena, mi francés es terrible, aunque mi español es peor aún (risas). Nunca he pensado en cantar un disco enteramente en otro idioma hasta hace poco, porque nunca he escrito mis propias letras en ruso. Por ejemplo, una canción de ‘Begin To Hope’, ‘Après Moi’, tiene una parte en ruso, pero es de un poema de Pasternak. He escrito cositas pequeñas, pero por alguna razón siento que en inglés soy capaz de expresarme mejor. Tengo mi propia voz en lo que escribo, aunque esté influenciado por un libro, un disco o una película y en cambio en ruso sería un collage de cosas. Hace poco he empezado a pensar que podría intentarlo, pero solo lo haré si suena a mi, si no, no tiene sentido. Ya me costó bastante escribir canciones en inglés que no apestaran, porque durante muchos años me salían canciones de mierda, pero es lo que pasa cuando empiezas, que tienes que escribir material malo y si tienes la suerte de rodearte de gente que te apoye y si no eres muy duro contigo mismo, entonces puedes empezar a mejorar. Hay que encontrar ese balance entre no exigirse demasiado y no darle demasiadas vueltas al tema. En ruso creo que le doy demasiadas vueltas.»
Y, hablando de bonus tracks, ¿por qué has relegado la única colaboración externa [NDE: ‘Call Them Brothers’, junto a Only Son] a formar parte de las canciones extra en vez de incluirla entre las principales?
«Vuelve todo un poco a como hago mis álbumes, me cuesta secuenciarlos. Las canciones las grabo según trabajo en ellas y luego viene el problema del orden que van a tener en el disco. Las canciones extra fueron las últimas en ser grabadas y ésta en concreto fue la última que grabamos, así que todo el disco estaba terminado y estaba tan acostumbrada a que las once canciones principales estuviesen juntas que creí que cambiar el orden o incluir otra no tenía sentido. Con el tiempo he pensado que debería haberla incluido, pero entonces sentí que debía estar así. Si se hace una reedición, tal vez la incluya, aunque no se si tiene sentido. Mi mente está todavía estancada en la idea de un álbum, mientras que ahora se escuchan canciones sueltas o en modo aleatorio, así que no se cómo escuchará la gente este disco.»
Tiene gracia escuchar en una canción tan tranquila como ‘Ballad Of A Politician’ letras que hablan de menear el trasero. ¿Cómo pretendías combinar una letra aparentemente política con esta acción?
«¿Sabes? Me cuesta hablar de mis letras, no me gusta hacerlo porque creo que cada vez que hablas de las letras limitas algo que no debería tener límites. Creo que la razón por la que uní estas dos ideas es porque la política a veces es una forma de prostitución, ambas cosas proceden del mismo lugar.»
¿Qué esconde el título del disco? ¿Qué viste desde los asientos baratos?
«Es algo más conceptual que literal y la idea para el título del disco se me ocurrió como un año antes de que saliera el disco o incluso de que supiera qué canciones iban a estar ahí. No hay una explicación exacta de por qué elegí un título así, fue más como un sentimiento, algo misterioso.»
Habrá quien, sin conocer bien tu carrera, piense que ‘Soviet Kitsch’ es tu debut por la simple razón de que tus dos primeros discos no vieron la luz fuera de EEUU. ¿Por qué sucedió esto?
«Lo que pasa es que son autoeditados, los saqué así…»
En los últimos años, con el éxito artistas como Feist, St. Vincent o Florence + The Machine, se ha visto un resurgir de la voz femenina que no se veía desde los años 90. Aunque llevas más años en activo que los ejemplos que te he citado, ¿te sientes parte de este renacer?
«Creo que en general es más difícil que las mujeres tengan éxito, no solo en la música sino en general y así ha sido durante muchos años, desde ‘A Room Of One’s Own’ de Virginia Woolf, por poner un ejemplo. A las mujeres les ha costado más tanto en las artes como en la medicina u otras disciplinas. Sigue sin haber un balance entre lo que consiguen los hombres y las mujeres. No se como estarán las cosas en España, pero al menos en EEUU, la radio siempre ha estado dominada por el hombre, excepto tal vez en la música pop en algunas ocasiones. De todos modos creo que lo que es difícil es el simple hecho de triunfar con algo que no se amolde a las fórmulas establecidas, así que en ese sentido lo veo más como una lucha de los artistas alternativos que algo que dependa de géneros. Es maravilloso que se pueda escuchar a Feist o a Joanna Newsom, pero también me alegro por gente como The Shins o Beck, artistas que se salen de la norma.»