¿Tienes ganas de escuchar 16 canciones -22 en la edición deluxe- de Taylor Swift, rebautizada por nuestros usuarios como Taylor Zzzzz? Nosotros tampoco, pero nos puede la curiosidad cuando hablamos del que será uno de los discos más vendidos del año, sobre todo gracias a la fuerza con que ha irrumpido en Estados Unidos, donde se esperan más de 1 millón de copias despachadas sólo en los primeros siete días.
El excelente single ‘We Are Never Ever Getting Back Together‘, en mi opinión uno de los clásicos más claros de este 2012 (me encanta el «what??»), anticipaba un giro hacia el pop para la artista que se popularizara en ciertos sectores del mundo tras ser humillada por Kanye West en unos premios MTV (antes era más que nada pasto para adolescentes y habitantes de la América profunda). Sin duda, este ‘Red’ abre puertas en muchas direcciones. Una de ellas -lo habéis adivinado- es el dubstep (suspiro), que hace un simpático «featuring» en ‘I Knew You Were Trouble’, una de las dos pistas producidas por Max Martin y Shellaback, conocidos por sus labores junto a Britney Spears, por ejemplo. La otra es ’22’. ¿Recordáis que el sencillo -nos referimos al principal, porque en realidad van cinco o seis ya- incluía la simpática frase «encontraste la paz con un disco indie que mola mucho más que el mío»? Pues esta moderneta canción, casi propia de Ke$ha, arranca diciendo: «es la noche perfecta para que nos vistamos de modernos».
No hay más pistas en ‘Red’ en las que la belleza más aburrida del pop se disfrace de hipster, pero sí hay un par de momentos destacables más. Mientras el dúo con el siempre emocionado Ed Sheeran (‘Everything Has Changed’) es más predecible, destaca la aparición de Gary Lightbody de Snow Patrol en ‘The Last Time’, acompañado de su productor Jacknife Lee. El estribillo cantado a dos voces «esta es la última vez que te pido que me pongas al principio de tu lista» conformaría una de las mejores canciones del disco si al final la coda no resultara algo excesiva y larga. Más redondas son las aspiraciones de estadio a lo Coldplay (¿los llegará a llenar alguna vez en España?) de la inicial ‘State of Grace’ o la mandolina de la estupenda ‘Stay, Stay, Stay’.
En sus baladas clásicas, como ‘I Almost Do’, Taylor emociona lo mismo que una merluza, aburriendo hasta a las vacas del estado de Texas. Sin embargo, que celebremos que su éxito no llegue a nuestro país no significa que no podamos apreciar algunos de sus aciertos, como ‘The Lucky One’ o el corte titular. Lo primero que se ve al abrir el libreto del CD es un texto de Swift en el que se pone a hablar de Pablo Neruda y de cómo cree que el color «rojo» es el que se asocia mejor con sus emociones y -añadiríamos- rupturas varias, la última de ellas esta misma semana (no, ‘Red’ no tenía nada que ver con los Communards ni con la URSS). Cuando creíamos que esta canción estaría hecha para un anuncio de compresas, se revela en realidad como un single excelente que asocia emociones a diferentes colores (como Linda Guilala) en los estribillos sí, pero en las estrofas no. Un juego tonto que habría encantado a Katy Perry, sólo que mejor cantado.
Aunque carne de Grammy, ‘Red’ no es la obra maestra que venderán los medios más generalistas. Tampoco es el disco a ignorar como (no) dirán los independientes. En algún lugar en medio, como mínimo es la demostración de que todo funciona mejor cuando se cambian las cosas porque apetece, yendo bien; que como maniobra por desesperación, cuando las cosas van mal.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘We Are Never Ever Getting Back Together’, ‘Stay Stay Stay’, ‘Red’
No te gustará si: buscas a la nueva Joni Mitchell o a la nueva Suzanne Vega
Escúchalo: de momento sólo el single en Spotify