Le Parody, la voz

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Le Parody, la voz

Le Parody actuó la semana pasada en el Siroco Lounge de Madrid, como telonera de los interesantes El Cuerpo del Ritmo, a los que no tuve la suerte de poder quedarme a ver en esta ocasión. Sole Parody presentaba las canciones del recomendado ‘Cásala’, pero lo hizo en un formato acústico al que no estaba acostumbrada. Desde antes de empezar se molestó en explicar que no sabía cómo iba a funcionar el experimento de desnudar sus canciones de su vestido electrónico, pero finalmente reconoció que le había gustado más de lo que esperaba.

No es de extrañar. Canciones como ‘Pity Party’ o ‘Pain Killer’ contienen un carisma que va muchísimo más allá de sus samples, dejando a su vez que su voz se convirtiera en la verdadera revelación de la noche, al sostener perfectamente casi en solitario las virtudes de sus composiciones. Desde siempre, no es muy habitual que alguien cante tan bien en la escena underground, dando lugar hasta a pensar que un proyecto de estas características vaya a interesar más en aquella multinacional que terminó por fichar a Marlango o a sellos tan eclécticos como El Volcán que al alternativo medio, muy ocupado en atender al nuevo descubrimiento noise, soft-pop o indie-rock.

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Una de las muchas razones por las que me gusta Le Parody es porque, como Maria Rodés, Maria Coma o Bebe, parece ir completamente a su bola, resultando 100% natural y ajena a cualquier escena. De esta forma, sus canciones parecen perfectamente válidas para conquistar a cualquiera, esté habituado a escuchar a artistas como Juana Molina, Dent May… o no. Tímida, pero serena, contó lo que le incomoda ser considerada «chica con ukelele» por sus ideas feministas, o contradijo una crítica perdida por internet -juraría que mía-, aclarando que no dar con el destino de uno no tiene por qué ser malo (aparece en la letra de ‘Family Trip’).

‘Amum Andadad’, ‘Love Me’ y ‘Tip Toe’ destacaron también en un repertorio que enseguida será consistente, mientras entre canción y canción Sole se molestaba en contar alguna cosa sobre ellas, buscar a un periodista que acudía a hacerle fotos o reivindicar la figura de Karen Dalton. El banjolele pudo sonar algo mejor, pero son ganas de buscar defectos en un muy buen concierto, plagado de encanto por todas partes, que encontrará su versión extendida el próximo mes de febrero en Madrid. 8.

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