Antes de que Russian Red anunciara un disco dedicado a figuras masculinas que han sido importantes en su vida, Maria Coma editaba uno también muy personal. En él cada una de sus canciones excepto una va destinada a alguien, interpretada cada cual en el idioma en el que Maria se dirige a esa persona, y alternando por tanto el catalán con el castellano, el inglés o incluso el alemán como consecuencia de su vinculación con Berlín (incluso hay un tema llamado como esta ciudad).
‘Celesta’ es también, aparte de un disco intimista, un álbum en el que la pianista suma a su encantador trastero el calvi-nimbus, un instrumento construido ad hoc gracias al premio Puig-Porret del MMVVʼ12 recibido, cercano a la celesta que titula el disco, pero sonando a partir de diapasones y un globo como caja de resonancia. Para la grabación de esta continuación del celebrado ‘Magnòlia‘, ella y su productor Pau Vallvé se encerraron en una masía del Berguedà, por supuesto en compañía de un piano de cola y una batería, y todo ello ha marcado la sonoridad de este álbum que, entre los momentos de tensión y los absolutamente preciosistas, de nuevo encuentra cosas en común con el trabajo de Jónsi en solitario o Yann Tiersen.
El álbum se abre con una ‘Orió’ que crece y crece, como esa ‘Després de l’hiver’ de potentes baterías y voces corales. La percusión del largo se mueve entre lo vibrante y lo casero, emparentando en este último caso con gente como Psäpp en ‘El silenci érem Nosaltres’, una canción que sirve casi como interludio entre la mencionada ‘Després de l’hiver’ y ‘Abismes’, introduciéndote en la grandeza de esta última, de arranque intenso, perfecto para un momento de nervio cinematográfico… que luego expira de nuevo.
Y es que ‘Celesta’ es un disco en el que predominan la creación de ambientes -incluso casi bélicos, como en la retro ‘Forever and a Day’- y el paso de unas emociones a otras, por encima de las canciones individuales. ‘Schöne Stille’ contiene alguno de los pianos más bonitos del disco, pero en su desarrollo incorpora sonido ambiente, momentos delicadísimos muy pequeños, otros más experimentales y agobiantes… para dar lugar a otro corte introspectivo y timburtoniano, inspirado en una calle de Neukölln, ‘Uthmannstraße’. A través de las diferentes pistas, unas de menos de un minuto, otras de más seis, Maria Coma parece haber desarrollado la banda sonora de una película, la suya, como demostraría que el último tema del «guión», el que le da nombre, no se lo haya dedicado sino a sí misma.
Maria Coma presenta esta noche (20 de febrero) su nuevo disco en Madrid (Fotomatón). El sábado 22 estará en Bérriz (Kultur Etxea).
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘L’últim cercle polar’, ‘Després de l’hivern’, ‘Schönne Stille’, ‘Abismes’
Te gustará si te gusta: Jónsi, Yann Tiersen, el anterior
Escúchalo: Bandcamp