Parte de la redacción evalúa el nuevo single de Burial.
«De primeras, obviamente uno siente de inmediato las ganas de bailar este ‘Temple Sleeper’, a lomos de esa acelerada rítmica drum&bass y el riff de teclado descaradamente trance. Así, instantáneamente, Burial se cepilla la imagen de creador oscuro que había venido moldeando en los últimos años, demostrando que la pista de baile no le es ni mucho menos ajena y que sabe crear club bangers. Pero, claro, lo hace a su manera: en los 6:38 minutos que dura el tema, hay un ruido blanco que ejerce de guía por las diferentes fases del tema, en lo que imagino que debe ser un homenaje a las emisoras pirata que poblaban la FM británica en los 90 y que impulsaron el crecimiento del estilo en el que se centra ‘Temple Sleeper’. Como siempre, Burial no da puntada sin hilo». Raúl Guillén.
«La idea en sí misma da miedo: ¿Burial explorando los ritmos más «raveros» del garage de la vieja escuela desde su ángulo de atmósferas lluviosas y nocturnas y con sample de Kate Bush (‘Wow’ en el minuto 2.34) incluido? Suena a locura, sí, pero ‘Temple Sleeper’ desarrolla todas estas ideas en una canción magistral que sorprende por sus ritmos bailables pero que, como siempre ocurre con Burial, llega al alma. Todo un viaje de espíritu distópico y, sin embargo, demasiado bello como para huir de él». JB.
«¿Esto es el single de Burial o el que esperábamos de Giorgio Moroder? ¡Es el single de Burial! A pesar de su engañosa base y de la supuesta primera versión que se quedaba en los dos minutos y medio, la tenebrosidad está ahí emergiendo y engulléndote desde el segundo cero y, junto a sus identificativas tomas vocales, hace que este ‘Temple Sleeper’ sea cada vez más áspero. No estoy seguro de que la dirección tomada en algunos de los actos de la canción sea la mejor posible en ningún sentido, pero el desenlace sí convence». Sebas E. Alonso.
«Es increíble la fuerza con la que arranca este ‘Temple Sleeper’ de Burial. Sin renunciar a su identidad, el británico consigue construir todo un huracán sonoro que no decae en sus casi 7 minutos, comenzando con esa influencia de Kraftwerk en sus primeros minutos y derivando en un extraño e inclasificable final que probablemente necesite de una nueva etiqueta. Lo que está claro es que Burial es uno de los genios indudables de la escena actual, que no necesita promoción ni estar ligado a otros grandes nombres para continuar creando cosas tan maravillosas como esta cuando le parece. Con cada nueva entrega, el británico parece empujar los límites conocidos un poco más y esta vez ha dado varios saltos de golpe». ACM.