El futuro de Lady Gaga tras su éxito en los Oscar

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El futuro de Lady Gaga tras su éxito en los Oscar

lady gagaDe primeras, que Lady Gaga, que viene de ganar un Grammy con su disco de versiones de estándares del jazz junto a Tony Bennett, interpretara en la gala de los Oscar un popurrí de ‘Sonrisas y lágrimas’ no se antojaba una idea demasiado interesante. La de Germanotta, sin embargo, fue la actuación más compartida de la noche en las redes sociales y a día de hoy sigue generando conversación tanto dentro como fuera de las mismas.

El principal motivo es claro: la de Gaga fue una actuación espectacular. Al sentimiento general ayudó la sencilla pero memorable puesta en escena, con una Gaga de icónico blanco impoluto con el que la recordaremos por mucho tiempo, pero sobre todo una interpretación magistral de las melodías de ‘Sonrisas y lágrimas’ ante la que Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II habrían caído rendidos. Sonará a hipérbole, pero aunque todo el mundo sabe que Gaga es una artista de formación clásica, la de los Oscar posiblemente fuera la mejor actuación vocal de su carrera.

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No pocos sienten frustración ante el revuelo generado por la «performance» de Germanotta en la entrega de premios de la academia. No es noticia que la autora de ‘Born This Way‘ sepa cantar ni es la primera vez que la cantante explota su talento para la canción pop clásica encima o fuera del escenario, pero la de los Oscar fue una actuación especialmente memorable, aparte de por su excelencia técnica e interpretativa, porque le sirvió a la cantante para recuperar una gran parte del respeto perdido en los últimos dos años tras la edición de su último largo, ‘ARTPOP‘.

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Un lustro después de vender 10 millones de copias de su primer disco, ‘The Fame‘, Gaga se encuentra en una posición única en la industria de la música popular. Nadie en su sano juicio habría adivinado nunca que Gaga terminaría reformulando su identidad en la industria hacia un híbrido clásico y moderno que le permite tan pronto ser Madonna como Barbra Streisand dependiendo del vestido que se ponga. Parece que en ese conflicto existe la carrera de Lady Gaga: en el aplaudido convencionalismo de sus duetos con Bennett y el denostado resultado de sus verdaderas inquietudes.

Tras la catástrofe tanto comercial como de imagen que supuso para Gaga la campaña de ‘ARTPOP’, pues, quizás sea momento de considerar una reinvención total. Las saludables ventas de ‘Cheek to Cheek’ (cercanas a un millón de unidades en todo el mundo), Grammy incluido, y su memorable actuación en los Oscar, deberían impulsarla a ello para volver a saborear la gloria que disfrutó el pasado domingo. Esto no significa por supuesto que Gaga haya de cantar jazz hasta el fin de sus días. Pero su trabajo inminente con «clásicos» como Nile Rodgers de Chic, Diane Warren y Giorgio Moroder, junto a la recuperación de su hombre de confianza RedOne, sugiere que, con la visión necesaria, lo próximo de Gaga podría constituir su trabajo más representativo como artista hasta la fecha, convenciendo a fans y a público general por igual. Está en sus manos y es perfectamente capaz de lograrlo: ahí está la espléndida actuación de los Oscar de la que todo el mundo habla, defendida por la mismísima Julie Andrews, para corroborarlo.

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