Manos de Topo se han superado recientemente con el videoclip de su nuevo single, ‘Un último esfuerzo’, uno de los cortes incluidos en el último álbum del grupo, ‘Caminitos del deseo‘. La pieza, dirigida por el propio integrante Alejandro Marzoa, adopta la fórmula de las «snuff movies» para narrar la tortura de un grupo de «haters» al polémico vocalista de la banda, Miguel Ángel Blanco. El vídeo presenta una intro de entrevistas a gente anónima sobre su odio a Blanco y un final que hemos descrito, sin ningún reparo, como «absolutamente histórico». Hablamos con su creador sobre este vídeo que todo el mundo debería ver, mientras la banda promociona su participación en la plataforma Cooncert para poder tocar donde sus seguidores quieran.
El vídeo se divide en dos partes: las entrevistas con transeúntes y la tortura. ¿Surgieron las dos juntas o en algún momento el vídeo era sólo entrevistas con espontáneos hablando de Manos de Topo o sólo la tortura? ¿Cómo surgió la idea?
La idea siempre funcionó como una. Incluso diría que si hay que dividir el clip, habría que hacerlo en tres partes. La tortura no tendría sentido ni gracia si no la llevan a cabo «anti fans» de Manos de Topo y el giro final es lo que debería compensar, descubriendo que todo era parte de un plan.
Como bien sabéis, nos encanta reírnos de nosotros mismos y jugar con nuestro propio imaginario. Somos muy conscientes de que la forma de cantar de Miguel Ángel siempre ha despertado amores y odios a partes iguales. No somos ajenos a esos comentarios y siempre nos han parecido igual de lícitos tanto unos como otros. ¿Por qué no sacarle partido y jugar con ello? Se nos ocurrió una mini historia en la que el punto de partida podría ser éste, cumplir el sueño de los «anti fans» pero siempre con humor.
Nuestros personajes favoritos son los chicos que alucinan con la letra “todos los secretos de tu vagina están en internet”, los que preguntan si eso es una canción en serio. ¿Qué podéis contarnos sobre ellos? ¿Quiénes son?
[Ríe] Poco te puedo contar porque estos personajes nos los encontramos en la calle y los abordamos. La intro de las entrevistas callejeras se compone de gente que nos fuimos encontrando al azar y de gente compinchada con nosotros, «ganchos» con los que previamente ya habíamos pactado su participación en el clip. Imagínate que llevamos desconocidos a torturar a Miguel Ángel. No me lo hubiera perdonado. La que le podrían haber liado.
Realmente, con estos chicos fue tal lo que se ve en el vídeo. Los vimos y dijimos: «¿qué pensarán de un grupo como nosotros?». Y la única manera de averiguarlo en ese momento era que Miguel Ángel les cantara un trozo de una canción. Aún recuerdo la frase de uno de ellos después de oírle cantar: «me ha entrado sida por la oreja».
¿Cuándo tuvisteis conciencia de la existencia del grupo de Facebook de odio hacia las cuerdas vocales del cantante de Manos de Topo?
Ese grupo hace mucho que existe. De hecho, llegamos a conocer a los creadores. La gente es libre de manifestarse y emitir las opiniones que crean oportunas. Tenían cosas muy simpáticas. Ahora ya no los sigo tanto. No se qué cosas ponen.
Escobillas de váter, depilación, patadas, huevos tirados… ¿Qué parte de la tortura fue más dura de grabar para Miguel Ángel?
La verdad que Miguel Ángel se dejó hacer y lo puso muy fácil, pero hubo cosas muy desagradables. Muchas de ellas fueron reales, como la depilación, los huevos, la pasta de dientes por el pelo… Y otras evidentemente fueron ficticias y trabajo de efectos, como la escobilla váter, el destornillador o la grapadora. Para mí lo más desagradable fue la parte de los huevos, la pasta de dientes y la bolsa de plástico asfixiándolo. Esta parte se la brindamos al bueno de Xavi Sánchez Pons, periodista al que conocimos en su etapa en la Mondosonoro por odiar la propuesta de Manos de Topo y manifestarlo sin ningún pudor. Cuando le llamamos para participar le encantó la idea. Nos reímos mucho. La anécdota de esta parte es que en la localización donde rodamos, el baño estaba averiado y no había agua corriente. Miguel Ángel a duras penas se pudo lavar después de recibir los huevos y la pasta de dientes por la cabeza. No sabéis lo mal que huelen los huevos crudos sobre un ser humano. El camino a casa fue duro. Miguel Ángel en el fondo es un Santo.
¿Por qué se escogió ‘Un último esfuerzo’ para este vídeo? ¿Crees que valdría para otras canciones de Manos de Topo?
Aunque no me creas, la canción fue lo último que decidí. Yo sabía que la parte de la tortura iría acompañada de una canción y siempre dudé entre tres. Aparte, la forma de dar salida a esta historia era realizando un «videoclip», con lo que había que meter una canción. En la sala de montaje fue donde la decidimos. Y creo que ‘Un último esfuerzo» le queda muy bien, por temática nos encaja y a la vez nos ayudó a generar ritmo por montaje: los parones nos ayudan a introducir diálogos y sonido directo de los protagonistas, las partes instrumentales ayudan a reavivar la acción… Era difícil meter una canción con la de cosas que pasan a lo largo de los 7 minutos.
Pero en verdad, nunca tuve la sensación de estar haciendo un videoclip al uso, sino una especie de cortometraje o algo más narrativo.
«Una idea que se barajó fue la de cortarle la lengua (a Miguel Ángel), pero por falta de presupuesto tuve que renunciar y acabamos grapándole la misma para que no pudiera cantar más»
¿Os habéis inspirado en alguna película snuff en concreto para la realización de este vídeo? ¿Hay guiños más concretos de lo que parece o es más bien genérico?
No, yo diría que más bien genéricos. Jugamos con el imaginario popular de este tipo de películas. También es cierto que durante la preproducción yo me repasé pelis como ‘Hostel’ o ‘Reservoir Dogs’. Me hacía mucha gracia que los personajes se cebaran con el instrumento de la discordia de Miguel Ángel, su voz, la boca. Una idea que se barajó fue la de cortarle la lengua, pero por falta de presupuesto tuve que renunciar y acabamos grapándole la misma para que no pudiera cantar más.
¿Qué famoso invitado creéis que ha disfrutado más de esta idea de videoclip, del rodaje o de su papel? ¿Quién se mostró más entusiasmado?
Pues esto fue de lo mejor del proceso, porque pudimos comprobar el buen humor que impera en el gremio. Todos desde que les presentamos la idea quisieron participar y nos lo pusieron muy fácil. Estamos muy agradecidos a todos por querer ser parte del clip.
¿Hay algún famoso invitado que no haya podido participar porque no le cuadraba por agenda, etcétera?
Sí, unos cuantos. De los más complicado fue cuadrar agendas. Amigos como Ramón Rodríguez «The New Raemon» y David Carabén de Mishima… nos hubiera encantado contar con ellos pero al final no pudo ser. También amigos de fuera de Barcelona, pero el presupuesto manda en estos casos.
En las horas en que viralizasteis la paliza, ¿sabéis de alguien que realmente lo pasara mal porque pensara que habíais sufrido una agresión? ¿Avisasteis a vuestros amigos, familiares… de lo que ibais a hacer?
Esta fue la parte más polémica. Sinceramente no esperábamos que la gente se lo llegara a creer con tanta fuerza como sucedió. Nuestro texto decía: «esto le han hecho a Miguel Ángel por CANTAR TAN MAL». El motivo de la paliza ya era un chiste en sí mismo y más escrito por el propio grupo. La foto también dejaba dudas. Mucha sangre en la cara y la camisa sin ni siquiera una sola arruga. Trabajo de un profesional. No creímos oportuno avisar a nadie porque no pensamos que se fuera a formar tanto revuelo. Mi análisis o lo preocupante de la situación es que la gente da por hecho con excesiva facilidad que una cosa como esta pueda pasar. Eso es lo que me sorprende. La gente se dividió entre los que no se lo creían, los que lo celebraban y los que sufrieron por nosotros.
Al día siguiente las reacciones también dieron mucho de que hablar: muchos cuestionaban nuestro uso gratuito y de mal gusto de la violencia, recurriendo a que estas cosas son demasiado graves para jugar con ellas, pero a la vez apelaban a que «ahora sí que se merecía una paliza de verdad». Muy surrealista. Cuestionar el uso de la violencia con más violencia.
Nuestra intención no era molestar a nadie, sino más bien todo lo contrario, mostrar que los primeros que sabemos reírnos de Manos de Topo somos nosotros mismos (o viceversa). Lo que es cierto es que las reacciones al clip fueron muy positivas y eso nos alegra enormemente.