El periodismo en España está podridísimo, y desde hace mucho tiempo plegado a los intereses de diversos partidos políticos. Si a esto sumamos la carestía generalizada (salvo honrosas excepciones) de buenos periodistas, la mala costumbre de las entrevistas pactadas, el sucio hábito de las ruedas de prensa sin preguntas o (y aquí viene lo peor) las inmundas comparecencias políticas vía plasma a las que nos tiene habituados nuestro Presidente del Gobierno, la cosa se pone más fea todavía. Con todo esto, el ciudadano de a pie no sabe valorar a un buen entrevistador: cada vez que oigo lo de «es que Ana Pastor no deja a hablar a los invitados, repite constantemente las mismas preguntas», pienso qué sería de estas personas si vivieran en el Reino Unido. Les daría un parraque.
Es por eso que, imagino, muchos de mis colegas de profesión envidiarán a Risto Mejide en silencio. Tras su éxito en Mediaset gracias a ‘Viajando con Chester’, el publicitario, escritor, jurado de Operación Triunfo y a la postre entrevistador, se ha mudado a Antena 3, no sin cierta polémica de por medio.
¿Y qué hay de nuevo en su flamante ‘Al rincón de pensar’? Pues poca cosa, porque quizá lo más relevante sea que el sillón Chester ha desaparecido, como también lo han hecho las gafas oscuras de Risto, al que por fin se le ven los ojos. Pero en esencia, hablamos casi del mismo programa: un programa de entrevistas aceptable, con un Risto más agresivo e inquisidor (con Borja Sémper, su primerísimo invitado, especialmente) que nunca. Un programa que, como su hermano mayor -ahora a cargo de la grandísima Pepa Bueno-, hacía mucha falta en la televisión patria, que tenía como máximo exponente de programa de entrevistas a ‘El Hormiguero’.
¿Le ha salido el cambio a cuenta a Risto? El programa se jacta expresamente de carecer de guión y pactar preguntas o temas. Risto sigue insistiendo en que el cambio de chaqueta no tiene nada que ver con el dinero, y lo ha hecho incluso en su híper filosófico y moralizante discurso de bienvenida; pero la realidad es que la emisión ha pinchado en hueso, con un exiguo 11% de audiencia. También es cierto que, qué demonios, ha cambiado el domingo por el martes y el prime time por el late night. Se veía venir.
Calificación: 6/10
Destacamos: lo variado de sus primeros invitados: Borja Sémper y… ¡Hombres G!
Te gustará si te gusta: Risto en estado puro.
Predictor: más le vale mejorar ese 11% de share.