Brian Eno / Reflection

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Brian Eno / Reflection

enoreflectionsCon lo duro que ha sido 2016 no deja de ser bonito que uno de los primeros discos del año -editado el pasado 1 de enero- invite a la meditación. ‘Reflection’, el nuevo álbum de Brian Eno, es el último en su influyente serie de trabajos ambientales iniciada en los 70 y es una única pista de 54 minutos (en su versión «cerrada») que evoca en su autor un «espacio psicológico [para] la conversación interna». La versión «abierta» es generativa -la música se «genera» sola a través de algoritmos y nunca de la misma manera, pues la manipula el oyente- y está disponible en una app.

Eno ha demostrado ser un autor prolífico en los últimos tiempos. A ‘Reflection’ le precede otro álbum ambiental -aunque este con voces-, ‘The Ship’, editado por Warp el año pasado y que Eno presentaba en la última edición de Sónar en Barcelona el pasado año (por cierto, ‘The Ship’ otorgaba a Eno la mejor posición comercial de su carrera en Reino Unido desde 1984, cuando publicó ‘My Life in the Bush of Ghost’ junto a David Byrne). Además, en los últimos tiempos, Eno ha colaborado con Karl Hyde de Underworld no en uno sino en dos discos, ‘Someday World’ y ‘High Life’, ambos editados en 2014.

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Aunque la experiencia de la música ambiental es subjetiva para cada oyente, la descripción de Eno de ‘Reflection’ es acertada porque es una obra puramente meditativa que estimula el pensamiento tanto como incita a la relajación. ‘Reflection’ podría ser música de fondo para una sesión de tanque de flotación y se compone del repetido zumbido de unas delicadas campanillas, las ondas sinusoidales típicas de las obras ambientales más minimalistas y contemplativas y de un paisaje de tonos líquidos y aletargados que varían en tensión, profundidad y vigor a medida que se desarrollan.

En ese sentido, ‘Reflection’ es más parecido a ‘Neroli’ (el disco de «música para pensar» de Eno) que a ‘Lux’ o incluso ‘Thursday Afternoon’, tanto por concepto como por su sonido paciente, tenue y aséptico, aunque sus texturas acuáticas recuerdan más bien al trabajo de William Basinski en ‘Watermusic’, que era más denso pero igual de envolvente. No es el disco de Eno más logrado, pero sí reposa dignamente en su colección de obras ambientales y supone una forma hermosa de empezar el año con un poco de calma, pues 2017 se presume de todo menos tranquilo.

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Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ¡las campanillas!
Te gustará si te gusta: William Basinski, Grouper, Lawrence English, Christina Vantzou
Escúchalo: Spotify
Cómpralo: web oficial

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