Es curioso cómo un disco te resulta especial casi desde el primer instante por circunstancias no estrictamente técnicas ni musicales, sino afectivas y personales o vaya-usted-a-saber-cuáles. Es lo que a mí me sucedió con ‘Los excesos de los niños’ de Alborotador Gomasio, un disco que me sonaba (y me sigue sonando, que quede claro) arrebatado y excitante. Supongo que es lo mismo que a muchos les puede suceder con ‘Luz y resistencia’, el tercer disco del grupo madrileño, aunque para mí haya perdido ese valor extra que supone el efecto de lo inesperado, la sorpresa.
Eso, que quede claro, es bueno si implica, como es el caso, que nos regalen otro buen puñado de canciones fantásticas, inapelables reinterpretaciones del power rock de Hüsker Dü/The Replacements con un filtro, como ellos mismos reconocen en su nota de prensa, de esa cosa tan indefinible que llamamos “pop madrileño” y que puede englobar tanto a Los Secretos u Hombres G como a Cosmen Adelaida o Rusos Blancos. Los “singles” ‘La reacción impotente’ y ‘Hacia el vacío’, junto con unos brutales ‘Parece que no pasa el tiempo’ y ‘Detrás de ti’ ejercen de ariete imparable con el que ‘Luz y resistencia’ entra en nuestras vidas, de nuevo, como un huracán.
Su título parece evocar su filosofía como banda: tras una década, su apuesta ha sido siempre la misma, tirar por las canciones y la melodía indefectiblemente. Sin embargo, apoyados en la producción rocosa e imaginativa –es una delicia escuchar el trabajo de las múltiples capas de voz con auriculares– de Carlos Hernández (Los Planetas, Triángulo de amor bizarro), en esta ocasión el cuarteto ha demostrado inquietudes por agitar la creatividad, no relajarse en patrones ya dominados. Más allá de la simpática trompeta de ‘Vendaval’ y la interesante coda al piano tras ella (‘Gritan sus nombres’), destacan, por un lado, las armonías vocales entre Koldo y Marco, con los coros de Miguel, que están cuidadas al máximo y se miran en Juan y Junior (‘El sitio donde empezó todo’) a lo largo de todo el álbum. Nunca sobra esforzarse por cantar lo mejor posible. Y por otro, el arrebato punkarra que en su anterior obra emergía en un par de ocasiones desaparece aquí y deja paso a coqueteos con la electrónica, en los que son capaces de lo mejor (‘Agosto, bailando el caos’ no solo es LA canción del disco, para mí, sino también una de las grandes canciones en español que escucharemos este año, también en el plano poético) y lo peor (‘Errores’ no es de sus mejores canciones y se nota más con el tratamiento sintético).
Apostaría a que ni ellos mismos lo ven así pero, desde fuera, ‘Luz y resistencia’ se percibe como un muy buen disco de transición entre los modos que manejan con sobrada soltura y otros nuevos con los que se atreven, valientes, y que pueden marcar su futuro. Aunque no me cabe duda que también habrá quien vea en él una inesperada revelación, y ‘Luz y libertad’ se tornará mágico. Qué grande es el pop.
Alborotador Gomasio presentan ‘Luz y resistencia’ este sábado, 3 de febrero, en el Café La Palma de Madrid.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Agosto, bailando el caos’, ‘Hacia el vacío’, ‘La reacción impotente’, ‘Detrás de mí’
Te gustará si te gustan: Puzzles y Dragones, Cosmen Adelaida, Hüsker Dü
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