Por un lado, es cierto que no sirve absolutamente para nada, pero no se puede negar que ayuda a satisfacer ese espíritu voyeurista que todos -me atrevería a decir que casi sin excepción- tenemos. Saber qué hacen los demás y cuándo puede ayudar a muchos a crear ciertas relaciones de amistad.
No he usado mucho Twitter y la verdad es que no le he terminado de pillar el truquillo. De hecho, me sorprende mucho cómo una web que apenas promueve el hacer amigos conocidos (muy al contrario que Myspace, que parece que su cometido es conseguir que tengas más amigos que nadie) tenga ya tantísimos seguidores que no paran de actualizar sus Twitters. De todos modos, qué miedo da una web en la que pones a cada momento lo que haces, ¿no? ¿No nos estaremos volviendo locos?