Los devotos de los 80, tan en boga últimamente, estamos viviendo un febrero intenso de emociones. Si Depeche Mode deleitaban a unos incondicionales fans dos días consecutivos en un abarrotado Palacio de los Deportes (bájate el concierto del día 7 aquí), la mítica banda Bauhaus dejaba claro en La Riviera que aún les queda cuerda para rato.
Lo mejor del concierto de DM:
1. La pasión desatada de los fans. Por momentos creía estar en Buenos Aires…
2. El sonido y la puesta en escena corbijniana en forma de nave espacial, juego de pantallas y mensajes subliminales (‘The beast inside’, ‘Pain’, ‘Never Enough’, ‘Absolution’, ‘Love’…).
3. Un descocado Dave Gahan en plena forma vocal y la inspiración creativa (que no siempre sabe aplicar en su vestuario) de Martin L. Gore.
4. Los hits de siempre: ‘I Feel You’, ‘Behind the Wheel’, ‘Personal Jesus’, ‘Enjoy the silence’, ‘Everything Counts’, ‘Never Let Me Down Again’, ‘Just Can’t Get Enough’…
5. El cierre de una noche mágica con Gahan y Gore entregados a su público con el tema ‘Goodnight Lovers’.
Lo peor:
1. La poca variedad y elevado precio de los bocadillos. ¿Chorizo o queso?
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Lo mejor del concierto de Bauhaus:
1. Enrique Bunbury esquivando obras e intentando convencer a un empleado rumano para que nos dejase acercarnos a la lista de puerta sin hacer una interminable cola.
2. La escenografía teatral de un concierto realmente casi insuperable.
3. Las versiones de ‘Transmission’ de Joy Division, ‘Severance’ de Dead Can Dance, ‘Telegram Sam’ de Marc Bolan y ‘Ziggy Stardust’ de David Bowie.
4. El regreso a los escenarios de la formación original y los tres bises que brindaron al público.
5. La interpretación final del ‘Bela Lugosi’s Dead’ con un Peter Murphy disfrazado de vampiro abandonando el escenario bajo su capa.
Lo peor:
1. La Riviera, por sus palmeras que impiden ver el escenario y porque su única salida hizo que me sintiera parte de un siniestro rebaño humano.
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