Pocas veces he tenido claro tan pronto que iba a presenciar un gran concierto como el viernes pasado en el Shepherd Bush Empire de Londres. Desde que suenan los primeros acordes de ‘Drip drop teardrop’, Nina entra en escena y suena la primera frase de la canción, sabes que lo que vas a vivir en este majestuoso teatro va a ser grande. Qué nitidez y qué contundencia de sonido. Voz, coros, guitarra, bajo, batería y teclado se oyen con una claridad más cerca del sonido de unos buenos cascos que del batiburrillo de ruiditos al que nos tienen acostumbrados las salas de Madrid. Los Cardigans además, y para mi sorpresa, son grandes músicos, en especial su guitarrista, Peter Svensson, cuyo virtuosismo, no obstante, queda muy acertadamente comedido en todas las canciones excepto en la vibrante ‘Hanging around’. Nina no tiene un chorro de voz pero sus carencias las resuelven los dos chicos que hacen coros, Peter y el sustituto del teclista, que está enfermo. El batería sigue tan guapote y elegante como siempre (aunque no tanto como Peter, obviamente) y Magnus… es un freak encantador.
En dos cosas me equivoqué. Ni el grupo está en plan estirado y maduro (una jovencísima Nina con coleta bromea sobre el cumpleaños de la reina y la tristeza de sus canciones) ni el público es meramente adolescente (hay gente de 20 a 60 años, japoneses, pakis, personas solas, mucha pareja hetero, escandinavos, españoles y gente, en general, de todo tipo). Centrándonos en el repertorio, aunque el público inglés no canta y permanece sentado cuando hay sillas (carteles prohíben expresamente a los que quedan de pie «hacer surf» porque es una cosa «muy peligrosa»), canciones como ‘For what it’s worth’, ‘You’re the storm’, ‘Live and learn’ y ‘I need some fine wine’ son recibidas con los vítores que merecen, mientras que ‘Holy love’ y ‘Good Morning Joan’ demuestran que también tienen madera de clásicos. Los singles de ‘Gran Turismo’ y ‘Paralyzed’ suenan atronadores hasta en el último rincón de la sala. Se nota que los odian pero bien. ‘My favourite game’ cierra el primer bis y es la única que la gente canta, y porque el grupo lo pide. Los ingleses dan patadas en el suelo para pedir un segundo bis, el teatro parece que está a punto de caerse. Nina vuelve y dice que se les ha olvidado tocar una canción. No ha sonado nada previo al ‘Gran Turismo’. Un despistado pide ‘Lovefool’, que la verdad, no pega ni con cola, y suenan los primeros acordes de ‘Communication’, una favorita de los fans. Dos japoneses se arrancan a cantar a grito pelado y el grupo se despide abrazado y emocionado. Hordas de fans se lanzan a comprar la camiseta de moda: «You need to be nicer». A mí me falta un pelo. Y hace 5 años que no me pongo ninguna camiseta de ningún grupo. 9,5