En la Facultad de periodismo insisten tanto con que no se titulen noticias con frases hechas ni títulos de películas o libros, que cada vez que tienes que titular algo, la verdad, dan ganas. Me encantaría titular este artículo «crónica de una muerte anunciada», pero la verdad es que en este caso la muerte, más que anunciada, se produjo hace mucho tiempo.
El CD-single es un formato en vías de extinción. En España y Estados Unidos pinta poco desde hace años y por eso para entrar en la lista de ventas de CD-singles más vendidos sólo hay que vender unas decenas de copias (unos cientos en el caso de la lista americana). Sin embargo, en algunos países europeos, este formato sigue vigente… o seguía hasta hace un par de semanas. El estandarte del CD single siempre ha sido Reino Unido, pero según informa Popjustice, ha comenzado a desaparecer ahora incluso de las míticas tiendas londinenses donde muchos hemos ido alguna vez a comprar alguno, como HMV.
Ya hace tiempo que el CD single desapareció de la cesta de la compra británica, un sistema para medir la evolución de la economía donde se incluían productos consumidos habitualmente por los británicos. En los últimos meses, la triunfada total de iTunes en Reino Unido y el vicio de los habitantes de este país con eso de comprar canciones sueltas a 0,79 libras, ha ido produciendo una bajada en la venta de CD singles, normalmente a 1,99 libras, que está a punto de provocar su extinción definitiva. Y una vez que se produzca en Reino Unido, podemos olvidarnos definitivamente de él, lógicamente, puesto que no se exportará.
No es que para los españoles sea un drama, porque comprarnos los últimos CD-singles de Last Shadow Puppets, por un par de pistas nuevas, a 5 euros, que es a lo que se venden en la Fnac, no es muy tentador. Pero en Reino Unido sí hay muchas personas que por un precio casi exactamente igual prefieren tener el CD-single de su canción favorita del momento junto a su remix, su cara B o su interpretación en vivo, que una carpeta conjunta de mp3. Es una tradición de años.
Los más perjudicados serán lógicamente los coleccionistas: aquellos que tenían todos los singles de Oasis, Madonna, R.E.M. o Fangoria, quizá sus siguientes no los podrán tener. Y adiós por supuesto a cajas de singles tan chulas como las que se han vendido de Massive Attack (esa que cambiaba de color dependiendo de si es invierno o verano es mi favorita), Blondie o Morrissey.