Discos de la década: Vive la fête!

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Discos de la década: Vive la fête!

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‘Nuit Blanche’ es el tercer disco de Vive la fête!, uno de los grupos belgas que más alegrías ha dado a JNSP. Y es que este álbum, que directamente puede ser considerado de diez porque todas sus canciones son magníficas, nos ha acompañado durante años y años. E incluso todavía ahora, casi seis años después de su publicación, seguimos teniendo una relación de amor total con el LP, que cada vez que lo ponemos nos sigue pareciendo igual de fascinante.

Doce trallazos como doce soles conforman el repertorio de Danny Mommens (del grupo dEUS) y Els Pynoo, una guapísima y atractivísima belga que se ha conformado como uno de nuestros mitos sexuales por su belleza física, salero, desparpajo y potencia cada vez que la hemos visto en directo. Sí, habéis oído bien. We kissed a girl… and we liked it.

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Pese a todo, lo mejor de esta banda originaria de Gante (a la que es muy fácil encontrarse bailando a tu lado en clubs y bares de la ciudad belga, todo sea dicho) es que llegaron en el momento justo. La electrónica se conformaba entonces como un género a explotar, y cada trabajo que iba en esa dirección obtenía atención por parte de los medios independientes, aunque pese a todo, la crítica española nunca llegó a abrazar del todo a estos dos, y nunca recibieron el reconocimiento merecido -aunque también puede deberse a que sus discos posteriores han sido un poco más flojos, pero eso ya es otra historia-.

‘Nuit Blanche’ está (como todo lo que hacen estos dos) enteramente cantado en francés, pese a que su lengua materna es el neerlandés o -más concretamente- su variante flamenca. Esta situación se debe, como han explicado siempre, a muchas de sus referencias, que provienen de la cultura francófona. La razón es quizá la influencia del francés en la cultura belga, donde todo lo neerlandés ha sido condenado al ostracismo durante años, pero también al gusto que tienen Vive la fête! por cantantes franceses como Gainsbourg, de quien se han declarado fans siempre, como bien nos hicieron ver en una entrevista que nos concedieron en 2005. El hecho de cantar en francés, de todos modos, les ha perjudicado de forma notable frente a las publicaciones inglesas (como el NME, por ejemplo, que deben de considerar que no se hace música en el mundo fuera de la anglófona), pero que ha dado lugar a canciones tan grandiosas como ‘Jaloux’, incluida en ‘Nuit Blanche’, en la que Els dice algo así como (traducción más o menos libre): «La gente está celosa, porque hago lo que hago […] Canto lo que canto y está todo en francés, porque me gusta la lengua aunque no sea perfecta. No es importante, porque sé lo que digo». Evidentemente, es un retrato perfecto de lo que -aun hoy- sucede en un país muchas veces dividido por su lengua dominante.

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Como se puede comprobar en sus vídeos en directo, Els es un torbellino. No para de moverse, de pavonearse sexualmente y de bailar con encantadores espasmos. Por eso es difícil resistirse a sus conciertos, y también es fácil entender a cuento de qué viene el nombre del grupo. Siendo así, no es de extrañar que la primera canción del disco sea ‘Nuit Blanche’, (literalmente «noche en blanco») donde Els relata con detalle las buenas fiestas que se pega, convenientemente seguidas de una buena resaca: «Todos los días de fiesta, sí, somos excéntricos. Digo viva la fiesta y me siento heroica» dice su estribillo.

Pero no son esos los únicos temazos del disco, porque como ya hemos dicho, ‘Nuit Blanche’ es un acierto sin mácula. ‘Touche Pas’, ‘Maquillage’, ‘Maladie D’un Fou’, ‘Mr. Le Président’ o la canción que cierra el disco, ‘Adieu’ son grandiosas. Incluso ‘Noir Désir’, con esos gritos al final, es una canción arrebatadora. Sí, a pesar de los gritos capaces de sacar de quicio al más pintado. Sin embargo, no se puede decir que no lo avisen durante toda la canción: «Es la locura. Déjame que te moleste», repiten durante toda la pista. Y después, Els se quita el estrés a base de pegar berridos como una descosida en el micrófono.

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Según su web, parece que siguen haciendo cosas. Y aunque es posible que ‘Nuit Blanche’ haya ido perdiendo efectividad y carisma a lo largo del tiempo, es innegable que se trata de uno de los discos más notables que hemos escuchado nunca en relación con aquel movimiento, ahora ya bastante olvidado: el electropop. ¿O era electroclash? Pese a todo, siempre será uno de nuestros grupos preferidos, y este uno de nuestros discos de referencia más queridos. Además tienen una canción que se llama ‘Schwarzkopf’ («cabeza negra»). ¿Se puede pedir más?

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