Posiblemente, el 95% de vosotros sepa que, el día que Alberto Contador ganó el Tour de Francia de este año, un p*to gabacho decidió j*der a los españoles y poner el himno danés en lugar del español, que ya se sabe el asco que nos tienen nuestros vecinos de arriba. Aunque igual fue una simple confusión o culpa del típico becario que tienen todas las empresas en verano y no merecería la pena darle más importancia ni gastar más energías hablando de esta idiotez, con la de cosas importantes de las que podríamos hablar… No creemos: con la cancha que están dando al temita de marras en todas las secciones de deportes de todos los medios de comunicación, esto tiene que significar algo. Es una noticia importantísima, nos han hecho un feo increíble y deberíamos dirigirnos con antorchas a quemarles el chiringuito a los franceses esos, que no hacen más que intentar reírse de los pobres españoles.
A lo que íbamos, que ayer Esperanza Aguirre, la insigne presidenta de todos y cada uno de los madrileños, decidió arrancarse por bulerías. Ejerciendo de maestra de ceremonias, y con un envidiable sentido del ritmo que ya ha demostrado en otras ocasiones, se marcó este pedazo de hit en forma de himno de España vociferando ‘La-la-la’, que ya sabéis que no tiene letra. ¿O sí? ¿O no?
De todos modos, ¿hacía falta tanto revuelo por esta cosa? ¡Si ya nos desquitamos cuando James Morrison se marcó el himno de Riego tan ricamente!