La disposición del Low Cost, que este fin de semana celebraba su primera edición en Benidorm a lo grande, sorprendía a locales y asistentes. La organización ha decidido situar el festival en el centro del pueblo, junto al mismísimo ayuntamiento, aprovechando la Plaza de Toros, el Auditorio Julio Iglesias (va en serio, Jota de Los Planetas bromearía sobre el asunto recordando ‘La vida sigue igual’) y un pequeño anfiteatro contiguo, tres instalaciones a lo largo de un kilómetro en línea recta. Como suele suceder, los primeros minutos del festival debutante fueron un tanto caóticos, con largas colas para comprar tickets, problema que por suerte se solucionó en un par de horas.
Napoleón Solo comenzaron con unos veinte minutos de retraso una actuación con la que supieron retener a la gente que pasaba por el Escenario XTI. El público pareció entender su propuesta llena de falsetes desde los primeros instantes con ‘Hola, ¿qué tal?’, más personal todavía debido a la presencia escénica que aporta la gran cabellera rizada del cantante. Un par de conciertos en festivales como este y podrían hacerse famosos.
Boat Beam congregaron a poquito público, pero muy entregado, en el Escenario Budweiser, también conocido como la Plaza de Toros, lo que perjudicó su sonido, que rebotaba de mala manera en las gradas, sobre todo la batería, problema técnico que se repetió siempre que este espacio no estaba lleno hasta las trancas. Sin embargo, sus canciones sonaron tan bonitas como siempre y es maravilloso que entretengan en directo a pesar de no contar con los típicos recursos efectistas llenaestadios del rock ‘n’ roll.
Mala decisión la de abandonar los conciertos de Napoleón Solo o Boat Beam para ver a Memory Tapes. En su lugar en el Escenario Jack Daniel’s había una persona pinchando pop y la desinformación sobre lo que había sucedido era absoluta. Finalmente nos enteramos en la zona de prensa de que su vuelo se había retrasado y no habían podido actuar. Se estudió reubicar a la banda el mismo viernes o el sábado, pero finalmente no pudo ser. Una pena porque era una de las propuestas más diferentes que iban a pasar por el festival.
La otra era These New Puritans, que congregaron a no mucha gente mientras hordas y hordas y más hordas de personas se dirigían a ver a Love of Lesbian en la Plaza de Toros, donde seguramente arrasaron, como ya hicieran en el Vigo Transforma. El cantante de These New Puritans lo pasó bastante mal por el deficiente sonido de su voz y juraríamos que llegó a llamar «incompetente» a alguien al respecto. No le sirvió de nada quejarse. Durante la quinta canción se cortó el sonido por completo. Algo que también pasaría un par de horas después a Editors, que suponemos realizaron un concierto similar al del mes pasado en Madrid como teloneros de Muse. Curiosamente otro show de Editors anterior presentando este mismo disco en España contó también con otro corte de sonido total.
En el caso de These New Puritans al menos no llegó la sangre al río y aunque probablemente ellos se fueran a casa muy disgustados, lo cierto es que su concierto fue notable. Enriquecidas por dos instrumentos de viento, canciones como ‘Attack Music’ o ‘We Want War’ sonaron interesantes en una atmósfera oscura y densa en el buen sentido de la palabra, que puede resultar familiar a los fans de Massive Attack, Primal Scream o TV On The Radio. Su líder, de rodillas frente al público, parece contar también con bastante carisma.
Los Planetas hicieron un show con una primera mitad algo caprichosa para «hardcore fans», ni siquiera centrada especialmente en ‘Una ópera egipcia’, ya que en todo el set no llegó a sonar el single ‘No sé cómo te atreves’ ni por supuesto ‘La veleta’. Sí comenzaron con ‘La llave de oro’, ‘Una corona de estrellas’ y ‘Soy un pobre granaíno’, pero después se pasaron a algunos de los temas favoritos de cada disco, que no los singles principales, tipo ‘Ya no me asomo a la reja’ o ‘Corrientes circulares en el tiempo’. ‘Santos que yo te pinté’ fue la primera diana de verdad y antes del bis llegaron ‘Reunión en la cumbre’, la siempre genial ‘Segundo premio’, ‘Alegrías del incendio’ y en el bis, la locura colectiva con ‘Un buen día’ y ‘Pesadilla en el parque de atracciones’. Show entretenido aderezado con unas tímidas proyecciones que podría haber sido algo mejor si el repertorio hubiera estado algo mejor dispuesto.
The Phenomenal Handclap Band salieron al Escenario XTI a lo grande, interpretando uno de sus mejores y más conocidos temas, ‘You’ll Disappear’. El punto prog-rock setentero, por momentos disco, se constató en cortes instrumentales, en canciones como ‘Baby’ o en su actitud y vestimenta hippie-cool. A pesar de que probablemente fueran uno de los grupos que menos copias han vendido en España de los invitados al festival, parece que gustaron mucho y esperamos verlos pronto de vuelta.
Raveonettes fueron la última banda en tocar el viernes en la Plaza de Toros. El grupo realizó su concierto habitual que tantas veces hemos visto pasear por nuestro país durante los últimos meses. En Benidorm también triunfaron sus canciones retro con el puntito justo de noise, el liderazgo alternado del dúo y singles tan redondos como ‘Last Dance’, ‘Love In A Trashcan’ o ‘That Great Love Sound’.
Niños Mutantes arrasaron en el Escenario XTI, constatando que el público que acude al Low Cost se interesa profundamente por el pop independiente español. ‘Quiéreme como soy’ destacó entre las más coreadas por el público. Finalmente, uno de los mayores aciertos del Low Cost ha sido contar con tres escenarios cerrando con pop. Antes de que Gato terminara la jornada con ‘Tus amigos’ de Los Punsetes y de que The Leadings presentaran un bootleg entre ‘In Your Eyes’ de Kylie y ‘Relax’, Late of The Pier DJ’s batieron un récord histórico de gañanismo sobre el Escenario Budweiser.
Hasta ahora habíamos visto a artistas beber vino, cerveza, alcohol de alta graduación a morro, etcétera, sobre el escenario, pero nunca habíamos visto a nadie provisto con una buena bolsa de hielo junto a las correspondientes botellas y a la mesa de mezclas. Vinieron dos componentes de la banda. El moreno se tiró del escenario y se cayó al suelo de culo, intentó saltar la valla para unirse a la gente para bailar su propia sesión, el equipo de seguridad se lo impidió a pesar de que el chico señalaba su pulsera, el tipo encontró una rampa para subirse de nuevo al escenario, pero se largó al backstage un rato y finalmente volvió junto a su compañero para terminar un set bastante techno, en el que también sonaron cosas más pop como Daft Punk, de nuevo tirándose al público y compartiendo con las chicas de la primera fila el alcohol restante, que suponemos sería poco. Sebas, iko.