La desaparición de ‘El Ambigú’ de Radio 3 ha seguido generando noticias esta semana. RNE decidió cesar a Diego Manrique como asesor de dirección dejando, en teoría, que continuara presentando El Ambigú, pero según comunicó el periodista «volviendo al cabo de unas semanas con un contrato nuevo en el que perdía todos los derechos adquiridos».
Desde entonces se ha formado una plataforma de apoyo a Diego Manrique y a El Ambigú, la Coordinadora DAM (en Defensa del Ambigú de Manrique). Son muchos los que a instancia suya han escrito a Radio 3 para protestar por esta circunstancia, el director general de RNE Benigno Moreno ha comenzado a mandar una carta tipo reproducida en Efe Eme y la Coordinadora DAM ha decidido contestar. Según Radio Nacional, se ofreció a Diego Manrique un contrato con mejor sueldo que tenía antes de ser director adjunto. Según la Coordinadora, la carta está llena de «medidas verdades». Parece que el próximo episodio tendrá lugar el 30 de agosto en una charla con los lectores de El País. Os dejamos con las cartitas.
Carta tipo de Benigno Moreno, director de RNE:
“En primer lugar tengo que decir que nunca he tenido la intención de quitar el programa el Ambigú de la parrilla de Radio 3.
El señor Manrique, al que reconozco como un gran profesional, además de hacer su programa diario el Ambigú, ha estado contratado los dos últimos años como directivo de RNE, con el cargo de asesor del director.
Ante las restricciones económicas planteadas en las empresas públicas, he reajustado los costes del organigrama de Radio Nacional, lo cual ha afectado a más profesionales, además del señor Manrique.
En el caso del señor Manrique, jamás me he planteado eliminar su espacio de la programación. Se le pidió que dejara las funciones de directivo como asesor y siguiera haciendo el espacio de radio. La cifra económica que se le ofreció era la más alta de Radio 3 para un programa de 5 horas a la semana, que se emite grabado, y superior a la que cobraba hace dos años con un contrato similar.
Gestionar dinero público implica ser muy cuidadoso en todo momento y especialmente en tiempos de crisis.
Cuando se le comunicaron los cambios al señor Manrique, le dejé clara mi intención de mantener el programa en antena y él me dijo que aceptaba las condiciones. Sin embargo, cuando se le citó para firmar el contrato, envió a sus abogados y comenzó una campaña contra Radio Nacional, que desgraciadamente creo que tiene un fin puramente económico.
Es una falacia total especular con enfrentamientos personales e incluso apuntar posibles desmantelamientos en Radio 3. Tras el acuerdo verbal, el señor Manrique no ha querido firmar un contrato que tenía sobre la mesa, porque consideró que quería más dinero, a pesar que tras la oferta económica inicial, se hizo un nuevo esfuerzo que se acercara más a la reivindicación del señor Manrique. Es legítima su pretensión, pero esta empresa no le puede ofrecer más. Está en su derecho de plantear una demanda, pero no de mentir diciendo que se le ha echado de Radio 3 y dejar en entredicho la imagen de esta emisora, donde sigue siendo posible tener programas como el que él ha venido haciendo.
Agradezco su atención y espero haberle aclarado las informaciones que vienen apareciendo y que no se ajustan a la verdad. Por lo menos, le pido considere esta como la versión de la otra parte.
Espero que siga disfrutando de la programación de Radio 3, que intentamos mejorar cada día, con coherencia, honestidad y responsabilidad.
Benigno Moreno.”
Respuesta de la Coordinadora DAM:
«Benigno Moreno, director de Radio Nacional de España, está respondiendo a los correos de los oyentes indignados con una carta-tipo, que también envía a los nombres conocidos que se han implicado en la defensa de EL AMBIGÚ y a los trabajadores de Radio 3.
Por la información que manejamos, y tras hablar con el damnificado, lamentamos tener que decir que su misiva está repleta de lugares comunes, medias verdades y falsedades enteras. Habla de que Diego A. Manrique trabajaba como asesor de la dirección de RNE (es decir, que incluso fue asesor ¡del propio Benigno!) durante dos años, cuando la realidad es que su función fue ejercer de Director Adjunto de R3 durante TRES AÑOS, como bien saben los oyentes. En ese tiempo, bajo la dirección de Lara López, se reconstruyó una emisora que se había quedado en cuadro por el ERE y se desarrolló una programación que ha sido reconocida en el EGM. Vista la hostilidad de Benigno, Manrique aceptaba el final de dicho cargo; lo que no podía imaginar es que eso llevara implícito el final de El Ambigú.
Asombra que la explicación de Moreno se sostenga sobre una supuesta codicia de Diego A. Manrique y en la necesidad de recortar gastos, cuando RNE mantiene contratos mucho más cuantiosos en la misma Radio 3. Se trata de abrir brechas entre unos colaboradores y otros, entre empleados fijos y eventuales, una táctica particularmente peligrosa para una empresa que no sabe cómo cuidar a sus trabajadores (y de ahí ese constante desgaste que supone la marcha o la desmotivación de gente talentosa). Curiosamente, el director de RNE no da ejemplo de frugalidad en otros rincones de la programación. Tememos que sigue confundiendo “coste” y “valor”: los programas más caros son los que gozan de sus bendiciones.
Más allá de las incoherencias, algunos trabajadores de RNE sugieren que deberíamos conceder el beneficio de la duda a Benigno Moreno: cabe la posibilidad de que, ocupado en los asuntos de la alta dirección, realmente ignore lo que hace su equipo a sus espaldas.
Por ejemplo, no menciona que en junio, Marta Bretos –responsable de Recursos Humanos– le negó a Diego A. Manrique su finiquito y liquidación, que podía exigir como cualquier otro trabajador. O que su jefa de programas, Pilar Martín, aconsejara al locutor que se acogiera a la jubilación anticipada de la S.S., implicando que no tenía futuro en RNE. Sin olvidar que el contrato que se le ofrecía tenía fecha de septiembre, lo que suponía mes y medio de ausencia, para que perdiera sus derechos de 18 años haciendo El Ambigú.
Si no tenía intención de despedirle, lo disimuló muy bien. Los hechos son testarudos: Benigno Moreno se largó dejando el asunto en el aire y sin instrucciones para arreglarlo. No estaba en RNE el 22 de julio, cuando Manrique fue cesado como Director Adjunto, lo que suponía –iba unido en el contrato– que se interrumpía el compromiso para realizar El Ambigú (por una cantidad de 500 euros al mes). Gravina 13, el bufete que aconsejaba a Manrique sobre el futuro contrato, nos confirma que el departamento de Recursos Humanos de RTVE nunca llamó ni se interesó por su propuesta. Qué más les daba: ni sabían lo que representaba El Ambigú ni les importaba nada su locutor.
Desde nuestro punto de vista, y siendo bondadosos, Benigno Moreno se esforzó más bien poco en evitar que El Ambigú desapareciera de la parrilla. Por el contrario, astutamente esperó a que media España estuviera de vacaciones para lanzar su jaque mate. Desde luego, su “timing” no parece una muestra de buena voluntad. Para arreglar una supuesta anomalía en el organigrama, no le importó defenestrar uno de los programas más queridos de la radiodifusión musical. Tampoco se nota deseo de enmendarlo cuando RNE no comparece en el acto de conciliación del pasado 16 de agosto, al que sí asistió Manrique. Esa fue una nueva oportunidad desaprovechada por Moreno para alcanzar un acuerdo. En realidad, desde mediados de julio, nadie de la dirección de RNE ha intentado ni siquiera telefonear al afectado.
Ahora, asombrado por la movilización de los oyentes, intenta reescribir los hechos para aparecer como un jefe prudente en lo económico y admirador de la trayectoria profesional de Manrique. Demasiado tarde: tecleen su nombre en Google y verán que está encaminado a pasar a la historia como el director de RNE que se cargó El Ambigú. Y si ha hecho eso con un buque insignia de la emisora (y el único miembro del equipo fundador que seguía allí en activo), nos aterra pensar el estropicio que podría causar en Radio 3 en los próximos meses. Eso sí, siempre con “las mejores intenciones”».