George Michael, 40 músicos y un karaoke

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George Michael, 40 músicos y un karaoke

George Michael dijo un buen día que no giraría más. Sin embargo, estos días su nuevo tour pasa por tres ciudades de nuestro país. Una serie de conciertos necesaria si recordamos que el cantante últimamente ya sólo aparecía en la prensa cuando era detenido por conducir colocado (recordemos que ha estado en la cárcel) y cosas así. El George Michael que vimos anoche en Madrid está muy lejos de esa imagen decadente, de estrella del pop acabada, que hemos podido ver en los tabloides y en la prensa rosa online. En buen estado de forma, con una voz excelente, el cantante presentó su ‘Symphonica Tour’.


Otra cosa es que este formato sea el idóneo. La puesta en escena es espectacular: una orquesta de unos 40 músicos divididos en dos grupos se sitúa sobre un escenario más o menos ovoide mientras en el fondo aparecen proyecciones. También lo es el sonido, ofreciendo al público todos los matices que se escaparon a Arcade Fire hace unos meses en el mismo recinto. George Michael saluda, sonríe y mima al público sin agobiarlo ni jalearlo en exceso, dirigiéndose a él sólo cuando toca. Sin embargo, el concierto falla en lo más tonto: en el repertorio.

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El formato «adulto» de esta gira deja fuera del setlist algunas de las mejores canciones de su discografía, como ‘Fastlove’, ‘Faith’ o ‘I Want Your Sex’. Ningún problema. Michael se caracteriza también por contar con enormes baladas. Pero el problema viene precisamente cuando se prescinde incluso de ‘One More Try’, ‘Jesus To A Child’ o ‘Father Figure’, que habrían encajado a la perfección en cualquier momento de las más de dos horas de show (con descanso a la mitad). George prefiere dedicarse a hacer versiones, desde una anodina ‘My Baby Just Cares For Me’ a una petardísima reivindicación de Rihanna (‘Russian Roulette) pasando por una correctilla ‘Roxanne’, ‘Going To A Town’ de Rufus (de lo mejor de la noche) o una ‘Love Is A Losing Game’ que acabó demasiado pronto. Ya sabemos que a George le gustan los discos de versiones. Es sólo que no se deja caer tanto por el mundo como para que, cuando se anime, sea para verle protagonizar un karaoke.

En los últimos minutos, el set se acelera con un popurrí de ‘Amazing’, ‘I’m Your Man’ y ‘Freedom’ y es entonces cuando el karaoke se invierte y canta el público. El Palacio de Deportes se viene arriba y Michael se despide con ‘I Remember You’ entre gritos de «guapo, guapo». George ha triunfado y con «sold-out», pero no es normal que, con tal cantidad de hits en la manga, el concierto sufra tantos altibajos. 6.

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