A pesar de que las listas de éxitos de los EE UU no se resisten a Katy Perry, otra cosa son las taquillas de los cines. El documental ‘Katy Perry: A Part Of Me’ que narra en 3D el recorrido de la cantante desde que no era famosa hasta su última gira, matrimonio con Russell Brand incluido, ha sido todo un fracaso en su fin de semana de estreno, amén de las pésimas críticas que ha recibido.
Los cinco millones que ha recaudado no han sido suficientes para aguantar las comparaciones con otros filmes de semejante factura. ‘Never Say Never’ de Justin Bieber, recaudó 24 millones en su primer fin de semana el año pasado, y ‘Hanna Montana: Best Of Both Worlds Concert Tour’ hizo 25 millones en su debut en pantallas americanas en 2008. A Perry siempre le quedará la música, y por eso ya está trabajando en la continuación de ‘Teenage Dream’, que la propia cantante se ha encargado de avisar de que será un disco “jodidamente oscuro”.