Triste fin de semana para el cine español. Si ayer nos enterábamos de la muerte de Luis Borau, director de entre otras la magnífica ‘Furtivos’ y posiblemente más conocido por el público general por haber sido aquel director de la Academia de Cine que levantó las manos en blanco contra el terrorismo durante su discurso en una gala de los Goya; hoy nos toca lamentar la muerte de Tony Leblanc.
El actor ha fallecido en su domicilio de Madrid a los 90 años de edad, y con él se va una de las caras más reconocibles del cine español de los 50, 60 y 70. Tres décadas a las que en lo cinematográfico siempre se ha mirado por encima del hombro y que ahora, en la distancia, deberíamos reconocer, ya que aquellas españoladas en las que él participó como ‘Las chicas de la Cruz Roja’, ‘Días de radio’ o ‘El día de los enamorados’ mantuvieron viva una industria de la que hoy muchos disfrutamos.
Hay muchas maneras de recordar a Leblanc, aunque ninguna de ellas puede pasar por alto la labor de recuperación que tuvo con el actor Santiago Segura, capaz de sacarle de un retiro de 15 años para darle un papel en ‘Torrente, el brazo tonto de la ley’. Una película que devolvió a Tony a una profesión a lo grande gracias al Goya al mejor actor de reparto en 1998, cuatro años después de haber recibido precisamente ese Goya de Honor que al resto solo le ha servido para escuchar sus últimos aplausos en directo sobre un escenario. Digna prórroga.