De haber aparecido hace dos años o tres, en plena efervescencia del revival ochentero en el pop, la competencia con nombres como La Roux o Ladyhawke podría haber convertido a Catcall en referencia. Buenas canciones, desde luego, no le faltan, pero de ‘The Warmest Place’ no se puede decir que haya llegado en el mejor momento precisamente, sobre todo cuando ahora lo que se lleva son los noventa. ¿Acaso no es la primera vez que lees el nombre de esta chica?
Catcall es la australiana Catherine Kelleher, anteriormente miembro de la banda de punk Kiosk, a la que, dice, debe el espíritu imperfecto de sus canciones, pero oficialmente solista a partir de 2008, año en el que publica el EP ‘Anniversary’. Por entonces ya hace dos años que ha empezado a trabajar en este ‘The Warmest Place’, cuando se entera de la muerte de su padre tras un concierto con Kiosk, recibiendo un mensaje de texto en el que lee que su padre está ahora “en un lugar más cálido”. La frase cala profundamente en Catherine hasta el punto de que decide basar en esa idea el concepto de su primer disco, que al final no es tanto un trabajo sobre los misterios de la muerte tal y como sugieren las dos primeras pistas, como otra colección más de temas pop empapados de hedonismo.
‘The Warmest Place’ presenta un repertorio sólido para los conciertos de Catcall, esos con los que se han abierto shows de Gossip, YACHT, CSS o Phoenix. El tono místico del tema titular, que abre y nos recuerda los orígenes de su autora, sirve de introducción para un ‘August’ de tono eclesiástico con el que Catcall expresa el dolor por el fallecimiento de su padre. “Agosto me rompe el corazón” es una frase con la que millones de personas se sentirán identificadas. A partir de aquí el disco tira más para otras cosas, como el aire filosófico de ‘Satellites’, la sensualidad poco sutil (“mis pezones se han endurecido”) de ‘Swimming Pool’, desde luego mejor expresada en lo musical; o la naturaleza llenaestadios de temas como ‘On My Own’ o ‘The World Is Ours’.
Entre teclados graciosísimos (‘Shoulda Been’), melodías irresistibles (‘That Star’) o recuerdos a los nunca suficientemente valorados B-52s (‘Art Star’), ‘The Warmest Place’ no termina siendo el excelente álbum de revisión ochentera que podría haber sido, pero sí una colección más que entretenida de buenas canciones. La versión de The Passions que cierra el disco da buena cuenta de que Catherine no solo tiene buen gusto para la producción y las melodías, sino también para escoger sus referencias, pero quizás el mayor triunfo de Catcall es que, aun sin tener la voz más destacable ni el más llamativo de los estilos, ‘The Warmest Place’ aburre menos de lo esperado incluso cuando lo único que hace es reiterarse en un sonido como el suyo, que tantas cosas dijo ya hace unas temporadas.
Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘August’, ‘Satellites’, ‘Swimming Pool’, ‘That Girl’
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