Con su nuevo disco ‘La velocidad del vacío‘, Dorian ha conseguido explorar nuevos registros sin perder su seña de identidad. Seis años después de ‘El futuro no es de nadie’, la banda reconoce que había llegado el momento de probar otras cosas. Hablamos con Marc Gili, voz y guitarra, y Belly Hernández, teclados y pianos, de su nueva apuesta, de su relación con el productor Phil Vinall y de sus ganas de girar con El Columpio Asesino. Dorian hacen hoy 6 de marzo un acústico + firma de discos en la Fnac Callao de Madrid, mañana día 7 en Bilbao y el 9 de marzo en Barcelona.
En ‘La velocidad del vacío’ abrís una puerta a estilos como el folk –especialmente en ‘El sueño eterno’- y el rock. ¿Sentíais que teníais que hacer algo nuevo?
Marc: «Sí, teníamos la necesidad de probar otras sonoridades e instrumentos. Aunque fueron surgiendo estas cuestiones de forma muy natural…»
Belly: «No fue premeditado. Teníamos claro que tenía que haber un cambio en nuestro sonido. En nuestros anteriores discos habíamos luchado hasta encontrarlo. Sí que necesitábamos que ocurriera algo nuevo y para ello nos encerramos en el local de ensayo con la máxima de libertad creativa total. Es decir, crear de la nada».
Y, ¿lo habéis conseguido?
Marc: «Bueno… Lo que nos planteamos cuando empezamos a hacer este disco fue dejarnos llevar, soltarnos».
Belly: «Salir de nuestra zona de confort, del lugar donde nos sentíamos cómodos y sabíamos cómo hacer las cosas».
Marc: «Hemos dejado que la creatividad se desarrollara libremente sin pensar qué tiene que hacer Dorian. Sentimos que ‘La velocidad del vacío’ abre un punto en la trayectoria del grupo porque amplía la paleta de sonidos y muestra otras caras de la banda que vamos a seguir desarrollando».
¿Cómo vais a conseguir trasladarlo a los directos?
Marc: «Curiosamente este disco nos está resultando mucho más fácil de trasladar aunque tiene muchas capas de sonidos y muchas pistas. ‘La velocidad del vacío’ es un disco que se ha gestado en casa y en el local de ensayo con toda la banda. Es mucho más orgánico. Estamos consiguiendo prácticamente en directo el mismo sonido que hay en el disco. Rescatar el disco del estudio de grabación y llevarlo al directo no nos está costando tanto como el anterior».
Hay algunas canciones con tintes rock, como es el caso de ‘Tristeza’. ¿No os da miedo que se pierda ese sonido marca de la casa?
Marc: «No nos daba miedo probar cosas diferentes porque sabíamos que acabarían sonando a Dorian. ‘Tristeza’ es una canción con acento marcadamente rockero pero tiene una combinación de sintes muy marca de la casa. No nos preocupaba meter unas guitarras un poco gruesas».
Además de nuevos sonidos, apreciamos un cambio en las letras. Si los personajes de ‘La ciudad subterránea’ intentaban escapar de los problemas, ahora reaccionan. ¿Os habéis crecido ante las adversidades?
Marc: «Creo que este disco es más vital porque ese desasosiego está buscando una solución. En ‘Arde sobre mojado’, ‘Ningún mar’ o ‘Las palabras’ veo ganas de construir una vida al margen de lo que no te gusta. Si no puedo cambiar el mundo, al menos voy a cambiar mi mundo. En el disco anterior veía un intento por escaparte de lo que no te gustaba mientras que en ‘La velocidad del vacío’ los personajes intentan enfrentarse a ese desasosiego. ‘Los amigos que perdí’ es lo que nosotros llamamos un artefacto antinostalgia. Habla de un tipo al que no le gusta su vida y su rutina. En lugar de quedarse atrapado, decide empezar de nuevo».
Abrís el disco con un tema instrumental, ’Los placeres efímeros’. ¿Por qué lo elegisteis? ¿Era una forma de decir a los oyentes que algo nuevo estaba al caer?
Belly: «Fue mucho menos premeditado. Me apetecía mucho grabar con cuerdas y aprovechando que ‘El temblor’ y ‘Las palabras’ iban a tenerlas, nos apeteció trabajar en esta intro. Tiene mucho que ver con el sonido del disco. Poner unas cuerdas con unos sintes es bastante significativo de lo que vas a escuchar».
‘La ciudad subterránea’ os sirvió para daros a conocer en Latinoamérica y en vuestro nuevo disco abundan las referencias internacionales (Buenos Aires, México, el Mezcal). ¿Estáis muy enfocados en Latinoamérica?
Marc: «Ahora mismo en Latinoamérica hay una escena indie de lo más interesante. Cada vez hay más bandas españolas allí y colombianas o chilenas viniendo aquí. España estaba un poco fuera de ese juego porque quería quedarse en Europa. Estamos creando una red iberoamericana de música indie que tiene por identidad el idioma. Se trata de una escena que no mira tanto a EE UU o a Inglaterra porque se ha dado cuenta que se puede mirar a sí misma. Nos hemos focalizado mucho en América Latina porque desde el principio hemos querido hacer música indie en español y mezclar guitarras con sintes. Cuando empezamos, muchos grupos españoles eran bandas de guitarra y cantaban en inglés. Nos costó mucho que nos hicieran caso porque íbamos a contracorriente. Ahora esta tendencia ha cambiado».
Habéis contado con el productor británico Phil Vinall, responsable del sonido de algunas de las canciones más conocidas de Placebo, Pulp o dEUS. ¿Qué os llevó a contar con él?
Marc: «Lo conocimos en México hace tres años a través de los chicos de Zoé pero no había forma de quedar. Un día me mandó un mail y me dijo: “¿sabes cuál va a ser la forma de vernos? Grabando un disco juntos”».
Belly: «Fue una relación de coqueteo muy larga. Casi sin decirlo, llegamos a la conclusión por ambas partes de que queríamos grabar un disco juntos».
Marc: «Nos gustaban mucho sus trabajos con The Auteurs. Su carrera empezó a crecer en la era dorada de la industria británica por lo que controla perfectamente el mundo analógico. Queríamos un sonido analógico incluso en las partes electrónicas. Aunque viene de ese mundo, está al día de lo que ocurre en la música en estos momentos e iba a ser capaz de inyectar al grupo un sonido clásico y actual».
¿Tenéis algún videoclip ya preparado?
Marc: «Hemos rodado el videoclip de ‘El temblor’ en México. Nos fuimos a rodarlo a las regiones de Toluca y San Luis Potosí, dos lugares muy especiales de allí. El equipo de vídeo ha construido una historia onírica muy bonita».
Con esta apuesta por nuevos sonidos, ¿todavía sois una banda de electropop?
Marc: «Esa etiqueta forma parte de la paleta de sonidos de los Dorian de ahora pero no sirve por sí sola. Hay que añadirle matices. En el directo de salas se ve claramente cómo el grupo lo desarrolla».
Hicisteis una gira conjunta con Love of Lesbian. Dado el cambio de sonidos, ¿con quién os gustaría girar?
Belly: «Me gustaría mucho con El columpio asesino. Nos hemos ido encontrando en Latinoamérica y nos entendemos súper bien. También La Habitación Roja».
Marc, en noviembre decías en Twitter: “Terminada la fase de mezclas. Habemus hits”. Ahora que estáis presentando el disco, ¿cuáles son esos hits?
Marc: «Bueno, para mí… Por los mensajes que recibimos son ‘El temblor’, ‘Los amigos que perdí’ y ‘Tristeza’».
Belly: «Veo que canciones muy diferentes han llamado la atención y se han mencionado casi todos los temas por separado».
Marc: «‘Las palabras’, la última canción del disco, es una de las mejores canciones del grupo. Cierra el disco porque queremos que el oyente que llegue hasta el final reciba la satisfacción de escuchar una canción muy bonita y de la que nos sentimos muy orgullosos».
En el panorama musical hay un cierta manía por parte de las bandas a menospreciar sus hits. ¿Os pasa eso con ‘Cualquier otra parte?
Marc: «Siempre hemos dicho que si algún día nos cansamos de tocar ‘Cualquier otra parte’, la dejaremos de tocar. La tocamos porque la seguimos disfrutando muchísimo».
Belly: «En Latinoamérica la canción que más llama la atención es ‘La tormenta de arena’ y ‘Cualquier otra parte’ es una canción más».
Marc: «Una banda debe estar agradecida de tener canciones que hayan calado en el público».
Belly: «Esto lo he hablado con Cristina de El Columpio Asesino respecto a ’Toro’. Llegamos a la conclusión de que es una bendición porque esa canción que atrae tanto la atención hace que la gente vaya a verte y le preste atención a todas las demás».