Afortunadamente no he tenido que vivir los últimos meses con la culpa de no haber reseñado el nuevo disco de Stereo Total -publicado en algunos países en 2012, en otros en 2013, y en otros aún está por ver-, porque desconocía por completo su existencia (cosa que -ejem- no puedo decir del último de Go-Kart Mozart). Sin embargo, su descubrimiento tardío no deja de tener un encanto especial que recuerda a la era pre-internet, cuando los álbumes llegaban a nuestro país con meses e incluso años de retraso. Como si estuviéramos aún en la era fanzine, los que no hemos tenido la idea de entrar en su web en los últimos tiempos, abrumados por el inabarcable flujo de novedades, podemos pasar el día descubriendo que ‘Qu’est-ce que tu veux‘ fue un single, que cuando empezaba la primavera hubo en Berlín una fiesta para presentar el vídeo de ‘We Don’t Wanna Dance‘ o que el correspondiente a ‘Die Frau in der Musik‘ era nominado a los German Music Awards. Y es que esa es otra: mientras nosotros nos aburríamos leyendo el desenfocadísimo artículo sobre el machismo gafapasta de Diagonal Periódico, Françoise ya tenía en el mercado una canción que comenzaba diciendo: «La mujer en la música es molesta / la mujer en la música crea problemas / la mujer en la música es caótica / la mujer en la música es histérica», antes de ponerse a hablar sobre la obligatoriedad de llevar ropa interior sexy y entonar el imposible estribillo «I love you über alles, my Führer».
La visita del dúo franco-alemán afincado en Kreuzberg sirve, en cualquier caso, para dar a conocer este ‘Cactus versus Brezel’ que presentaban como una producción analógica grabada en Los Ángeles, «careciendo de toque profesional en la producción y empaquetada con errores humanos que normalmente serían editados por nuestros ordenadores». Más allá de coartadas conceptuales, el álbum presenta a los Stereo Total de siempre, cuyo sonido se intuye desde los propios títulos de canciones como ‘J’aime Le Synthetique’, la gamberra ‘Nympho-Maniaque’ o ‘LA, CA, USA’, un claro homenaje a las tierras donde se grabó el disco. Continúan también las referencias sesenteras en ‘Pixelize Me’ o ‘Qu’est-ce que tu veux’, los toques electro a lo Moroder en ‘Die Frau in der Musik’ o el rock en ‘Le ridicule ne tue plus’.
Entre las sorpresas, el thriller con cuerdas de ‘Cafeteria Ideale’ (‘Ich will Blut sehen’ también suena inquietante, y no sólo por su letra sangrienta y sedienta de venganza), en contraste con ‘Ein Lied für Vegetarier’, que se queda a las puertas de ser un tema infantil educativo presentando las verduras. ‘Cactus versus Brezel’ no es un antes y un después en la carrera del grupo ni un álbum tan certero como ‘Musique automatique’, pero desde que arranca con ‘Jaloux de mon succés’, con todos esos «Oscar alineados en la chimenea» y todos esos «discos de oro», hasta que se cierra con un tema tan épico y contradictorio como ‘We Don’t Wanna Dance’, podemos ir comprobando que el grupo mantiene intactos su frescura, su acidez, su poder para el entretenimiento y su originalidad. Por lo visto nos habíamos olvidado: un hurra para ellos y un cero para nosotros.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘We Don’t Wanna Dance’, ‘Diese Musik Hört Sich An’, ‘Pixelize Me’
Te gustará si: te gustan los anteriores, una mezcla de chanson, con electro y rock
Escúchalo: Deezer