Jukebox Babe: ‘I’m In Love With A German Film Star’ de The Passions

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Jukebox Babe: ‘I’m In Love With A German Film Star’ de The Passions

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Jukebox Babe: ‘I’m In Love With A German Film Star’ de The Passions (1981, Polydor)

The Passions duraron poco, y en muchos aspectos encajan en el arquetipo de «one hit wonders». Este single llegó al número 25 de las listas británicas en 1981, en pleno auge del sonido New Romantic, y es uno de sus ejemplos más brillantes. La hoja de promoción que lo acompañaba describía con gran acierto el tema principal -‘I’m in Love with a German Film Star’- como “a dream in sound and words». Es desde luego un sueño de sonido: una canción que queda en la memoria en formato panorámico, como un inmenso espacio mágico construido por docenas de instrumentos y sintetizadores, y que sin embargo cuesta creer al reescucharlo que esté armado con tan sólo una guitarra, un bajo, una batería y la voz. Es la alquimia de la producción: la guitarra está pasada por un delay Echoplex, inspirado por las grabaciones del gran John Martyn de principios de los 70. El bombo, de peculiar sonido, se filtró a través de un vocoder. Y la voz es el placer hecho eco, cortesía todo ello del productor Pete Wilson, que había trabajado con The Jam y sobre todo produciendo el ‘Waiting for a Miracle’ de los muy olvidados Comsat Angels.

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Una base idílica sobre la que la voz etérea de Barbara Gogan canta acerca de esa enigmática estrella de cine que no era ni Klaus Kinski ni Marlene Dietrich, a pesar de lo que algunas críticas afirmaban. Se trataba de Steve Connelly, un roadie que había trabajado con los Sex Pistols y que había hecho sus pinitos como actor en algunas películas de serie B alemanas.

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“Estoy enamorada de una estrella de cine alemana a la que vi una vez en un bar / Sentada en un rincón vestida imperfectamente / Tratando de no posar para las cámaras ni las chicas / Este es un mundo glamouroso”.

En la web del grupo el guitarrista Dave Agar explica cómo se escribió la canción: «Casi se escribió sola. Estábamos ensayando en los estudios Clink de Southwark (…). Clive y yo estábamos improvisando una progresión de tres acordes que a Barbara le gustó. Garabateó algunas palabras en un papel. Nos detuvimos. “I’m in love with a German film star”, dijo Barbara. Richard apagó el cigarrillo, cogió las baquetas, y dijo “Es un hit”…»

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Y efectivamente lo fue, con 130.000 copias vendidas en las primeras semanas, y la consiguiente aparición en Top Of The Pops. El grupo sostiene que si el sello hubiese prensado más copias habrían llegado más alto todavía en las listas, pero es algo que por supuesto nunca sabremos. Con todo, nos queda esta maravilla de pop perfecto para seguir disfrutándola sin marchitar más de treinta años después. Una de las pruebas de su inmortalidad es la cantidad de versiones que se han grabado desde entonces, desde los Foo Fighters a los Pet Shop Boys con Sam Taylor-Wood.

Y si la cara A, con esos ecos de artistas contemporáneos como Siouxsie o los Cocteau Twins, representa el lado más envolvente y atmosférico de los Nuevos Románticos, la B, si bien inferior, es un buen ejemplo de la angulosidad rítmica propia del post-punk: una especie de ska de ritmo retorcido titulado ‘(Don’t Talk to me) I’m Shy”.

Por desgracia la calidad media del álbum ‘Thirty Thousand Feet Over China’ estaba más cerca de esta cara B que de ‘I’m in love with a German film star’, y el grupo sólo grabó un LP más, sin conseguir repetir el éxito con su ninguno de sus siguientes sencillos.

Una mención final al magnífico diseño del single, con contraportada estilo póster cinematográfico y una extraordinaria ilustración de corte constructivista en la portada a cargo de Rosemary Harrison. Fue uno de los primeros trabajos del equipo de diseñadores Stylorouge, que después crearían portadas tan emblemáticas como ‘Leisure’ o ‘The Great Escape’ de Blur, y trabajos más recientes como el último disco de Imelda May.

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