Ariel Pink protagonizó la polémica de la semana pasada cuando dijo que Interscope le había llamado para escribir algo para Madonna, insinuando que la cantante le necesitaba para hacer un disco mejor. Grimes le llamó misógino.
Ahora el artista ha contestado lo siguiente hablando con The New Yorker, cuando le preguntan por esta cuestión: «Todo el mundo es una víctima, excepto los pequeños chicos blancos y majos que sólo quieren hacer que sus madres estén orgullosas y tocar algunas tetitas».
Ridiculizando las reacciones en las redes sociales, Pink indicó: «¿qué pasaría si me suicidara y twitteara “gracias, troncos. Teníais razón”. Esto es lo que pasó en Ruanda».
Ariel publica nuevo álbum este otoño y de él acaba de dar a conocer otra canción más aparte del single principal, ‘Black Ballerina‘.