Anni B Sweet ha evolucionado más de lo que parece desde que debutara con ‘Start, Restart, Undo‘. En realidad, aquella obra ya resultaba variada gracias a la inclusión de guiños jazzies (‘Second Hand’) o circenses (‘Lalala’), pero lo cierto es que las cuerdas que acentuaban el folk de ‘Let’s Have a Picnic’ han dejado paso a otras cosas. La Anni B Sweet de hoy sigue remitiendo a los años sesenta, pero ahora incorpora una influencia más decidida de las guitarras indie-pop de los ochenta, sin renunciar a sus principios.
Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en la pista ‘Knives’. Ese ambiente luminoso y playero de -literalmente- «cometas volando por el cielo» podríamos asociarlo al gran clásico de The Free Design, mientras la segunda parte de la composición se va acercando a las «girl groups» (atentos al maquillaje a lo Amy Winehouse de la sensual portada), como esa sencilla pero irresistible letra que dice que las melodías son «para bailar o llorar / bailemos o lloremos / al final elegí bailar». Sin embargo, el fondo aportado por las guitarras es mucho más oscuro, mucho más próximo a Cocteau Twins o a los Smiths.
También tenebrosa, casi propia de The Cure, es la desembocadura de ‘Dare to Love’; y también llena de contrastes está ‘Watch Me Shoot You’, en la que se alterna una melodía easy-listening propia de los Cardigans (en un momento ‘Carnival’ parece una referencia bastante clara) con unas guitarras acuosas propias de Stone Roses. Su agresiva letra en torno al deseo de deshacerse de alguien de manera violenta tiene su aquel. Distintas influencias igualmente se dan la mano en ‘Everyone Talks’, en la que al ritmo Motown del estribillo hay que sumar unos efectos electrónicos que le sientan mejor que a la banda de uno de los productores del disco, Noni Meyers (los otros son Javier Doria y la propia Ana López); mientras que el single ‘Chasing Illusions’ destaca gracias a sus resplandecientes influencias sixties.
Menos suculento es el resto del álbum, cayendo en lo olvidable más a menudo de lo que nos gustaría: la batería a lo Phil Spector no salva ‘Onyx Stars’ ni los teclados a lo Killers ‘Beginner’ después de que Russian Red nos haya contado algo muy parecido en ‘Agent Cooper‘. A ‘Drive’, con su momento rockero hablando sobre alguien que no es una estrella y recordando a Chris Isaak, y al final ‘Doctor’ («check this mind / I think I’m kind of mad») puedes encontrarles cierta gracia, aunque en este caso sí resultan números algo predecibles seis años después de haber conocido a Anni B Sweet.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Chasing Illusions’, ‘Everyone Talks’, ‘Watch Me Shoot You’, ‘Knives’
Te gustará si te gustan: ¿Texas, The Cure, Chris Isaak? Básicamente los anteriores
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