Es vox populi: ‘Lo nuestro‘ es un disco diferente y difícil en la carrera de Christina Rosenvinge. Lo que todavía no he escuchado decir a nadie es que sea peor que los celebrados ‘Tu labio superior’ y ‘La joven Dolores’, aquellos que auparon definitivamente a la artista a la cima de mejores autores de canciones del país. El «sold out» en el Teatro Lara de Madrid en víspera de festivo era la oportunidad perfecta para demostrar que este álbum mira cara a cara a los anteriores.
Y así lo hizo. Rosenvinge, acompañada de tres músicos entre los que no pudo estar el co-productor Refree (seguro que el pelotazo comercial de ‘granada’ tiene algo que ver en esto), comenzó y terminó su set con temas de este nuevo disco. Los primeros fueron ‘Alguien tendrá la culpa‘ y ‘Romeo y los demás’. No decepcionaron ‘Lo que te falta’ o ‘Pobre Nicolás’, pero fue cuando Rosenvinge interpretó las canciones aparentemente más débiles de ‘Lo nuestro’ cuando terminó de conquistarnos: incluso ‘La absoluta nada’ y ‘Balada obscena’ confirmaron la solidez de este largo.
Por supuesto, aunque sólo sea porque el nuevo álbum tiene diez canciones -de las que diría que sonaron todas excepto ‘Líquen’- no faltó una mitad revival. Han caído del setlist cosas como ‘Alguien que cuide de mí’ y ‘Tú por mí’, pero no ‘A Liar to Love’. Destacaron, entre ‘Anoche’ y ‘Mi vida bajo el agua’, nuevas versiones de ‘La distancia adecuada’, ahora en clave pop-rock y con final casi tropical, y ‘Eclipse’, impresionante seguida inmediatamente de ‘Tok Tok’. Parece que ahora Christina prefiere recuperar números fieros de su repertorio antiguo aunque tampoco sean los más populares: no suenan ‘Animales vertebrados’, ‘Nadie como tú’, ‘Weekend’, ‘Jorge y yo’ ni ‘Tu boca’ y en cambio sí lo hacen ‘Las horas’ y ‘Debut’, ambas conducidas a un final ruidoso, rockero y medio desbocado.
Es la nueva Christina Rosenvinge, la que se deshizo de guitarras y piano para deambular por el escenario mientras cerraba la primera parte del set con una ‘La muy puta‘ que aún agradecerá algo más de rodaje y una ‘Tejedora’ que ya suena perfecta en sus aullidos finales. Si dijo que esta gira haría más ruido y sería más para grandes escenarios de festivales, es cierto. Un gran cierre al que sucedió un necesario bis con ‘Canción del Eco’ y otro extra con la mencionada ‘Balada obscena’. Esta última fue introducida como una canción sobre sexo y no sobre política, «aunque últimamente todo está muy confuso», mientras ella excusaba su falta de comunicación durante el show porque las nuevas letras la obligan a permanecer totalmente concentrada. Fue en verdad lo mejor de la noche: lo del artista como Club de la Comedia está muy bien, pero nada como una canción que hable por sí misma para convencer al público. 8.