La última jornada del festival sorprendió con sol: tras dos días nublados y con lluvia, nadie se esperaba que el BBK Live volviera a ser un festival de verano de verdad. El gran descubrimiento de esta edición ha sido la del escenario BASOA, dedicado a la electrónica, más nicho y necesario en cada festival que se precie. El madrileño Pional ofreció un dj set correcto para todos sus fans que, aunque no eran muchos, estaban ahí por él. La gran desventaja es que casi la mitad de su show se solapaba con Tame Impala en uno de los escenarios principales.
Juventud Juché en el Carpa Stage ofrecieron uno de los mejores conciertos del día. Sin necesidad de una parafernalia extrema -lógicamente no tenían ningún tipo de visuales-, su rock patrio en castellano deleitó a sus fans. Del último disco, ‘Movimientos’, tocaron canciones como ‘Miedo’, ‘Fuera’, ‘En Tu Casa’, ‘Carne’ y ‘Niebla’. Mucha energía, mucha fuerza y mucha actitud fue lo que desprendió este trío español.
Los australianos Jagwar Ma no defraudaron. A pesar de sólo haber publicado ‘Howlin’, su primer y único disco, allá por el 2013, consiguieron que el escenario Carpa Stage estuviera a rebosar. El mejor momento de un enérgico concierto fue cuando Jay Watson, teclista de Tame Impala, batería de Pond y, en solitario, GUM, se subió con ellos a tocar. No faltaron canciones como ‘Come Save Me’, ‘The Throw’ y ‘Man I Need’.
De nuevo en el BASOA, CPI, dúo de electrónica formado por Marc Piñol y Hugo Capablanca, llegó con una sesión DJ Set, donde pincharon un techno narcótico y música muy rave de los 90. No faltaron tracks como ‘Maenad’ de Psychick Warriors, ‘No Word Of Truth’ de Virgo Four o ‘Vena Cava ‘de Fango. ¿La gran pega? Que se cortó la luz como cuatro o cinco veces durante su sesión.
Para terminar la jornada, los londinenses Wolf Alice, que también estuvieron en el escenario Carpa Stage, consiguieron que no cupiera ni un alma en ese espacio triangular/invernadero. ‘Blush’ y ‘Giant Peach’, entre otras, hicieron a un público ya bastante desenfrenado –cosa normal a esas horas de la noche un sábado de festival- bailar, saltar y chillar.
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Foto: Óscar L. Tejeda.