Pop. Así, sin más. Los suecos Peter Bjorn and John de cara a su último largo, ‘Breakin’ Point‘, han dejado las experimentaciones de lado y han firmado un disco sin pretensiones que mama de la tradición clásica del género. Su vocalista, Peter Morén, días después de actuar en España, nos cuenta algunos de los secretos que guardan estas nuevas canciones y, además, abordamos con él otras cuestiones como qué piensa realmente de ‘Young Folks’, el mayor éxito de su carrera. Un avance de esta entrevista se publicó en nuestra web con motivo de sus actuaciones en nuestro país.
¿Cómo fueron los días antes de la publicación de ‘Breakin’ Point’? ¿Estabais nerviosos ante la futura recepción del público?
Hemos estado mucho tiempo trabajando en este disco, cuatro años en realidad. Así que, diga lo que diga la gente, estamos muy contentos y satisfechos de haberlo acabado y de cómo ha quedado. Antes de que el disco viera la luz hicimos un par de conciertos en Estados Unidos y tocamos seis de los nuevos temas para comprobar la reacción del público. ¡Gustaron mucho!
«(En ‘Breakin’ Point’) queríamos incorporar un toque de color, algo mucho más pop y que sonase inmediato desde la primera escucha»
Os habéis tomado con más calma de la cuenta la gestación de este álbum. ¿A qué se ha debido?
La demora ha venido porque hemos tenido problemas a la hora de encontrar el sonido adecuado. Anteriormente teníamos algo así como un dogma en la producción, una idea clara acerca de cómo queríamos que sonara el disco en sí. No obstante, esta vez lo único que teníamos claro era que queríamos grabar «canciones pop clásicas». En términos de producción hemos estado abiertos a absolutamente todo y, además de involucrar a mucha gente, poco a poco hemos encontrado el sonido que mejor se ajustaba a nuestro propósito. Para el próximo álbum prometo que no tardaremos tanto en editarlo. En ‘Gimme Some‘ volvimos en parte a las raíces de guitarra, batería y bajo. Sin embargo, ahora queríamos incorporar un toque de color, algo mucho más pop y que sonase inmediato desde la primera escucha.
Asimismo, habéis creado vuestro propio sello, INGRID, el cual podría decirse que funciona como un colectivo artístico (en él hay artistas como Lykke Li o Andrew Wyatt y Pontus Winnberg de Miike Snow). ¿Queréis de esta forma preservar la autenticidad de la creatividad sueca?
La verdad es que todo surgió de una forma muy natural. Hay un estudio de grabación en Estocolmo llamado Ingrid por el que prácticamente todos hemos pasado. Pero no es un sello solamente, sino algo más ambicioso porque bajo esa etiqueta también organizamos conciertos y trabajamos conjuntamente en los diseños de los discos, por ejemplo. En un principio queríamos tener una plataforma para lanzar los álbumes a nuestro antojo, pero finalmente ha abarcado muchas más cosas.
Aprovechando que estoy hablando contigo, personalmente me sorprende la cantidad de artistas suecos que hacéis música pop. ¿Consideras que estáis en el top mundial?
Tenemos una larga historia detrás. Más allá de pioneros como ABBA, en Suecia siempre nos dejamos llevar por la actitud del hazlo tú mismo. Por mucho que en Estados Unidos o en el Reino Unido tengan su industria muy definida, nosotros, a nuestra manera, también hemos creado una propia. A veces pienso que los suecos no estamos orgullosos de nuestra tradición musical y por ello en las últimas décadas nos hemos querido reinventar. Aunque tengamos una tradición folk, en realidad lo que nos gusta es el pop.
Si no voy errado, queríais titular este disco como ‘Thriller 2’ en homenaje a Michael Jackson. Un poco pretencioso, ¿no?
Totalmente. Íbamos a titular el disco así porque realmente hay muchos singles potenciales en él. No obstante, al final nos decantamos por ‘Breakin’ Point’ porque supone una ruptura con lo que editamos hace cinco años.
¿Qué os ha llevado a volver al pop a diferencia de ‘Gimme Some’?
Empezamos sentados en el estudio con una guitarra y papel y lápiz a la expectativa de ver qué saldría. Lo único que teníamos claro desde el principio es que queríamos hacer algo que sonara clásico, atemporal. Muchos artistas prefieren ponerse a grabar de inmediato y después con el productor pulir el sonido, pero nosotros somos más de construir las canciones poco a poco, componerlas de una forma más tradicional y, cuando ya están encauzadas, entonces grabarlas.
«Antes sí que uno se encargaba casi en exclusiva de las letras, pero con el tiempo esa función ha pasado a ser más colectiva. (Ahora) las letras son más personales, más honestas»
¿Cómo consideras que han cambiado las letras de vuestras canciones a lo largo de estos años?
Diría que con el tiempo nos hemos obsesionado más con las letras. Es más, en cada canción cada uno ha puesto su granito de arena en ese sentido. Antes sí que uno se encargaba casi en exclusiva de las letras, pero con el tiempo esa función ha pasado a ser más colectiva. Al habernos involucrado todos más en ese proceso podría decirse que las letras son más personales, más honestas.
Sois conscientes de que este disco está plagado de singles potenciales pero, ¿cómo los vais a escoger?
Si te soy honesto, siempre pedimos la opinión a otros. No sé muy bien qué es lo que suena en las radios ahora mismo, así que preferimos que haya gente externa que nos guie en ese sentido. Aunque eso sí, cuando hablo con la prensa o tocamos en directo cada uno tiene sus favoritas, y eso es lo que más me gusta. Cada uno hace suyas las canciones a su manera.
Otra cosa no, pero esta vez habéis trabajado con un auténtico “dream team” de productores: Paul Epworth, Greg Kurstin, Emile Haynie y Pontus Winnberg. ¿Cuál ha sido realmente su contribución?
Empezamos a trabajar en estas canciones en Suecia con la idea de contar con uno o dos productores como máximo. Grabamos algunos temas con Patrick Berger, quien anteriormente ha trabajado por ejemplo para Icona Pop o Robyn. Pero al tener esas canciones ya acabadas decidimos darnos un respiro y encerrarnos los tres nuevamente para escribir aún más temas. Fue nuestro mánager el que nos recomendó que para que este disco fuera todavía mejor podríamos llamar a algunos de los productores más grandes que actualmente hay en la industria. Muchos de ellos dijeron sí, por lo que empezamos a enviarles canciones que ya teníamos acabadas para que las mejoraran.
Si escuchara las primeras demos, ¿han cambiado mucho de su versión definitiva?
Algunas canciones concretas sí que han cambiado mucho. Por ejemplo, de ‘What You Talking About?’ grabamos unas cinco versiones diferentes con diferentes arreglos. A veces buscas algo que no sabes realmente qué es y, en el momento más inesperado, simplemente surge. Al final de todo, con todas las versiones sobre la mesa, decides cuál te gusta más. Para nosotros lo difícil es mantener el nivel en todo el disco: cuando tienes una gran canción entre manos la presión está en que el resto de las canciones deben ser igual o aún mejores.
Como buen sueco que eres, ¿te interesa Eurovisión?
Este año no lo he visto. Bueno, lo único que vi fue la actuación de Justin Timberlake, que me gustó mucho.
«Me ofrecieron participar un par de veces (en Eurovisión) representando a Suecia, pero al final acabé declinando la oferta»
Si te propusieran participar, ¿aceptarías?
De hecho, me ofrecieron participar un par de veces representando a Suecia, pero al final acabé declinando la oferta. Tenía la idea de hacer un baladón eurovisivo pero con base r&b. Hubiera sido curioso interpretarla en la gala.
¿No cansa que una década después aún haya mucha gente que os recuerda solo por haber sido los autores de ‘Young Folks’?
Ahora no, incluso te diría que me gusta tocarla en vivo, es como un viejo amigo con el que te reencuentras. Eso sí, hubo un momento en el que ‘Young Folks’ me irritaba porque literalmente la gente únicamente prestó atención a esa canción y se olvidó del resto de nuestro repertorio. Al haber pasado diez años, de alguna manera, nos hemos reconciliado con ella.