Se hacen portadas de discos con animales que son verdaderas maravillas. A la mente vienen rápidamente cubiertas de discos de Bill Callahan, Toundra, Los Lagos de Hinault, Ty Segall, Rustie o Maga. Incluso la portada del primer disco de Slaves, por rabiosamente punk, molaba. Estas son algunas portadas con animales recientes que no molan absolutamente nada.
El bonito nuevo disco de Algora habla sobre homofobia, la soledad elegida, la urbe moderna o el amor en sus varias formas y significados y contiene ecos a Blondie, Radio Futura, Kraftwerk o The Cure. El pensativo mono tallado en madera de su portada, en su lugar, no termina de reflejar su contenido y parece decir «no me compres».
Tampoco estaba mal ‘As If’, el último disco de !!!, pero su portada es un atentado atroz contra el buen gusto merecedor de aparecer en listas futuras de las peores portadas de todos los tiempos. Este retrataba a un mono embriagado de orgullo (y probablemente de otras cosas) encima de unos plátanos. Lo que inspira la imagen, sin embargo, es terror.
El álbum debut de Pan Total es notable. Además, incluye una canción titulada ‘Gatos’ dedicada a los gatos, pero eso no era excusa para poner en su portada un gato blanco gigante sentado con las piernas cruzadas que observa a caballos pastar. La fuente tipo Paint remata el horror. Pan Fatal.
La banda de garage de San Francisco es conocida por sus delirantes portadas de discos, algunas de ellas, tan fabulosas como las de ‘Castlemania’ o ‘Help’, que ilustraba un murciélago púrpura abierto de alas frente un arcoiris. El híbrido canino de ‘Putrifiers II’, sin embargo, da cosica.
Era de esperar que la portada del primer disco de una persona cuyo nombre artístico es un compuesto entre su nombre real y la palabra «elefante» contuviera un animal. Lo que no era de esperar es que este animal fuera un furby gigante con cara de “grumpy cat”… pero sin ojos y dientes. ¿Cómo se iba a comprar la gente esto?
‘Locked Up in Heaven’ o ‘Treasure’ forman parte de la historia del pop reciente y consiguieron vender el segundo disco de Bruno Mars a seis millones de personas en todo el mundo, personas a las que, sin embargo, no pareció inquietarles lo más mínimo su espantosa cubierta, que presentaba un gorila usando una gramola… o a punto de comérsela.
Los portugueses Sofi Tukkerhan debutado con un EP divertido, bailable, lleno de temazos house-pop pseudo-tribales como ‘Drinkee’ o ‘Hey Lion’… inspirada en el Rey León. El disco tiene muchos aciertos, pero su portada no es uno de ellos. Con lo hermosas que son las jirafas, estas se merecían un homenaje un poco más atractivo a la vista.
Que la portada con polilla de Chairlift fuera más atractiva que la portada con mariposa de Roxette deja muy mal al dúo sueco. Roxette siempre ha tenido un gusto peculiar, pero esa paleta cromática y ese micrófono abdominal duelen a la vista. Quien se comprara este disco no sería por su cubierta. Hasta The Rasmus lo hizo mejor.
Cuando tu disco se titula ‘Animal’ puedes o meter un animal en su portada o no. Pink Floyd usó un paisaje industrial por el que aparecía un cerdo casi imperceptible y Kesha prefirió poner su cara. El tercer trabajo de Grises fue menos original y optó por el animal antropomórfico, un lobo con una cazadora de plástico. Si la idea es mala, el resultado es peor.
Si el séptimo disco de Dover hubiera salido en 2017, las redes sociales -y el sentido común- se lo habrían comido vivo. El disco era un terrible ejercicio de pop pseudo-africanista, pero lo peor era su portada, que presentaba un tigre, cuando en África no hay tigres, pues proceden del continente asiático.