Música

Foo Fighters / Concrete & Gold

Foo Fighters son uno de los grupos de rock más grandes de las dos últimas décadas. Es incontestable. Por supuesto, hablamos de ventas, de capacidad de convocatoria (abarcando un público que va del indie-alternativo al heavy pasando por el generalista) y también de buenas canciones, aunque no tantas como podrían caber en 8 álbumes de estudio. Los 00s fueron desiguales en resultados artísticos, y aunque esta nueva década no empezó mal (‘Wasting Light‘), ha seguido siendo desigual (‘Sonic Highways‘). Dave Grohl y sus compañeros debían ser conscientes de que el crédito de sus primeros discos comenzaba a gastarse y para este ‘Concrete & Gold’ han hecho una apuesta por un cambio notable. Tras tres discos producidos por nombres habitualmente asociados al rock como Butch Vig y Gil Norton, han confiado en alguien tan alejado de su órbita habitual como Greg Kurstin.

El productor de Adele, Sia, Shakira o Taylor Swift (también de Beck, Foster The People, Lily Allen o Lana del Rey) es una elección sorprendente, aunque los fans de Foo Fighters pueden estar tranquilos: no ha cambiado su sonido tanto como parece. Al contrario, en buena parte de ‘Concrete & Gold’ suenan más fieros y rockosos que nunca, crepitando y sonando incluso sexys y embrutecidos, bastante próximos a Queens of the Stone Age. Su mano, no invasiva pero sí perceptible, no se traduce en una –solo teórica– orientación al pop sino en pequeños detalles que enriquecen la grabación: coros soul (con Justin Timberlake, Alison Mosshart y Shawn Stockman –¡de Boyz II Men!– implicados, aunque no tengan un papel protagonista), guiños funky en los ritmos, arreglos de sintetizadores, cuerdas y vientos sutiles pero palpables…

Aunque si queremos saber por qué Grohl pensó que él era la persona correcta

al escuchar las canciones de su proyecto The Bird and The Bee, la razón se llama ‘Happy Ever After (Zero Hour)’, un cuco guiño a los Beatles más acústicos. Un saqueo préstamo que, sorprendentemente, prosigue en ‘Sunday Rain’, aunque acabe sonando más a Oasis que al cuarteto de Liverpool. Sin ser un horror, son los momentos más desconcertantes de un disco que destaca cuando suena más desbocado y contundente, incluso cuando no pasa de resultón émulo del trabajo de su amigo Josh Homme (‘La Dee Da’, ‘Make It Right’, ‘Arrows’). Solo que la ironía de un personaje, un disfraz, ayuda a digerir mucho mejor los excesos de testosterona.

Al final y al margen de esos detalles sonoros que parece que aporta Kurstin pero que son solo accesorios, ‘Concrete & Gold’ no deja de ser el disco-tipo que Foo Fighters: cuatro o cinco grandes canciones rodeadas de un relleno más o menos apañado o resultón. Las primeras, en este caso, coinciden con las presentadas como adelantos (‘Run’, ‘The Sky Is A Neighborhood’, ‘The Line’) más la mezcla de delicadeza, intensidad y de ‘Dirty Water’ y ‘Concrete & Gold’, las dos en las que el trabajo de Kurstin parece lucir más. Habida cuenta de que estamos ante un grupo que va camino de sus 25 años de existencia, tampoco es un mal rédito, ¿no?

Foo Fighters presentan’Concrete & Gold’ hoy en Barcelona, con un concierto exclusivo en una ubicación aún secreta.

Calificación: 6,8/10

Lo mejor: ‘The Sky Is A Neighborhood’, ‘Run’, ‘Dirty Water’, ‘The Line’
Te gustará si te gustan: Queens of the Stone Age, The Raconteurs, Eagles of Death Metal
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén