El título de ‘The Sun Rises in the Sky and I Wake Up’, cuarto trabajo de Marina Gallardo –el primero en cinco años–, hace referencia a ese momento inaugural del día en el que el sol baña de luz nuestro despertar, pero el álbum en sí parece reflejar más bien las horas previas: las madrugadas insomnes y solitarias que han de preceder a cualquier buen renacer. En una novedosa pero en absoluto impostada clave dream pop, describe un tránsito irregular de la noche al día, del frío al calor, de la oscuridad a la luz, de dentro a fuera, superando claramente un tipo de composición que hasta ahora veníamos definiendo y simplificando como folk.
Alejada de sus propios cánones y como flotando en territorios ignotos que ella misma parece explorar por primera vez, la artista gaditana resuelve la mayoría de las nueve canciones que componen este disco envolviendo sus notas en brumas de muy diversas formas, colores y densidades. Así, las sombras proyectadas nos recuerdan a Warpaint (‘White Glare’), a Slowdive y Cocteau Twins (‘Vanishing Fears’), a Still Corners y Zola Jesus (‘Moonphases’) e incluso a Björk (‘Sparkle Eyes’): nuevas referencias para la Marina Gallardo más intrépida hasta la fecha.
Todo el álbum parece existir en cierto estado de duermevela. No tanto en temas más encrespados o semi crudos como ‘White Glare’ y ‘Touch’, pero sí en piezas claramente noctámbulas y oníricas como las ya mencionadas ‘Moonphases’, seguramente el mejor corte del álbum, la muy dreampop-shoegaze-primigenio ‘Vanishing Fears’ y ‘Sparkle Eyes’, en un sugerente y sedoso tono triphopero. Pero también en la dilatada y espacial ‘Beach Sand’, ya bañada por esa luz salvadora matutina –“Once I found the faith / It was all like a dream / I could see it so clear / There were flowers in the ache”–, y en la liberada y culminante ‘Climbing the World’, donde el esfuerzo tantas veces repetido –“I’ve laid all my best” (‘White Glare’), “I’m trying to do my best” (‘Moonphases’)– ofrece su recompensa.
Aunque tal vez un poco caricaturizada, la mejor metáfora de la evolución de Marina Gallardo de sus trabajos anteriores a ‘The Sun Rises in the Sky and I Wake Up’ es ‘Bright Lights’. Como un extraño déjà vu onírico de americana, con un trote casi de country, podría ser una vieja canción de la antigua Gallardo invadida por el mismo aliento dreampopero que recorre todo el disco. Unos aires que, en cualquier caso, no esconden ni maquillan en exceso el universo personal creativo de la artista gaditana, que sigue siendo uno de los elementos más imprescindibles para valorar la aportación del sello Foehn Records al panorama nacional.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Vanishing Fears’, ‘Moonphases’, ‘Sparkle Eyes’ y el extraño déjà vu onírico de americana que es ‘Bright Lights’.
Te gustará si te gustan: Cocteau Twins, Still Corners, Bat For Lashes, Slowdive y el dreampop en general.
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