Música

Las 40 mejores canciones de The Cranberries y Dolores O’Riordan

La muerte de Dolores O’Riordan ha impactado a toda una generación que creció con su música. La impresión que su desaparición ha producido en muchos de nosotros se debe por supuesto a su juventud, pero también al tratamiento reiterado de la muerte y la depresión en las letras de su carrera, que a día de hoy es imposible que no nos afecten de manera diferente, «de todas las formas posibles». En sus momentos más pesimistas, la vulnerabilidad mostrada por su voz, que ya «volaba como un pájaro asustado» como se dijo en cierta ocasión, tiene hoy un tinte más trágico; y al mismo tiempo es duro escuchar sus constantes llamamientos al optimismo, a los que no nos queda más remedio que aferrarnos porque «mañana puede ser demasiado tarde».

La carrera de Cranberries es irregular y dejó algún momento desastroso, como la terrible ‘New New York’ o el segundo disco de Dolores en solitario, cuya promoción no en vano fue interrumpida por una reunión de la banda. No, no venimos a decir que el grupo fuera el mejor o el que mejor evolucionara de su generación, pero ahora que Pitchfork, que jamás reseñó al grupo sino para situar la de ‘Bury the Hatchet’ como una de las peores portadas de la historia, dice que ‘How’ estaba subestimada, o El País que ‘Tomorrow’ estaba infravalorada, es el momento de recordar que… ¡Claro! Por algo se han editado recopilatorios de 50 canciones de la banda y por algo el grupo seguía actuando en estadios de 10.000 personas cada vez que se reunía. Había melodías, himnos, sentimiento, canciones. Estas son sus 40 mejores canciones junto a una playlist con 38 de ellas. Actualización: A petición del público la playlist se ha completado con 2 pistas más: ‘Conduct’, el tema que abría ‘Roses’ (2012) y ‘Stars’, uno de los temas inéditos de su recopilatorio de 2002.

40
I Still Do
1993

«No estoy preparada para esto / aunque pensé que sí / No puedo ver el futuro / aunque pensé que podría». De manera tan ilustrativa se abría el primer disco de Cranberries, para después continuar: «Necesito encontrar tiempo para mí misma / vivir en mi interior / ¿Podré seguir mi propio camino? ¿Podré rezar por mí misma?». Esa disyuntiva entre la timidez y la inseguridad extremas y la seguridad en uno mismo (sobre el escenario y fuera de él) será protagonista de casi todas las letras del grupo, y es en ‘I Still Do’ muy visible mientras la maraña de sonido creada por el productor Stephen Street se desenvuelve espectacular entre punteos, guitarras rasgadas a lo shoegaze y efectos de fondo. Johnny Marr, que tanto influyó en canciones pequeñas de Cranberries pero inolvidables como ‘Twenty One’, había rechazado producir al grupo, lo cual fue una suerte para banda y productor también: Street los entendió a la perfección y esta semana ha enviado una carta a Rolling Stone en la que habla sobre cómo Dolores cambió profundamente en 9 meses, pasando de la timidez extrema a comerse el escenario. Termina diciendo que tanto él como los tres chicos del grupo se beneficiaron de conocer a Dolores. Ni Blur, ni Suede, ni Morrissey: Stephen Street jamás ha producido ni de cerca a una banda tan vendedora.

39
Angels Go to Heaven (Dolores con Badalamenti)
2004

En los inicios de Cranberries, mucho antes de la perversión rockera de ‘Zombie’ y ‘Salvation’, la fragilidad de la voz de Dolores O’Riordan en las primeras maquetas fue comparada con la de Elizabeth Fraser. No se pudo alcanzar un acuerdo para que Cocteau Twins hicieran la banda sonora de ‘Twin Peaks’, pero la idea del genio autor de la misma Angelo Badalamenti fue emular su sonido dream pop. Así que no fue nada marciano que Angelo terminara trabajando con Dolores en un par de cortes. El mejor fue editado para la banda sonora de ‘Evilenko’ y es un número dream pop de sonido celestial pero letra claustrofóbica («no hay salida, no hay forma de salir de aquí»), que explica por qué Badalamenti consideraba que Dolores estaba «desperdiciada» en The Cranberries. Titulado «Los ángeles van al cielo», y enmarcado en la depresión («este dolor es eterno»), es el primero de los muchos temas de esta lista que ya no podremos ver con los mismos ojos. También mención aparte, por demostrar su capacidad vocal en otro género, como es el trip hop, merece ‘Mirror Lover‘ con Jam & Spoon (Spoon falleció en 2006).

38
Do You Know
2001

Los clichés optimistas titularon los discos ‘Bury the Hatchet’ (1999) y ‘Wake Up And Smell the Coffee’ (2001). Este, más desconocido, estaba mejor en sus «no singles» que en sus singles ‘This Is The Day’ y el ecologista ‘Time Is Ticking Out’. ‘Every Morning’ era una sencilla pero efectiva canción sobre renacer y ‘I Really Hope’ podría haber sido un mini hit de no ser por esos anacrónicos teclados aportados por Dolores: tengo la sensación de que se veía obligada a mear sobre toda sucesión de acordes aportada por Noel Hogan, aunque no hiciera falta. La más infravalorada de todas sigue siendo ‘Do You Know’, jamás tocada en directo. Una canción en la que se combinaban con maestría decepción y fuerza interior, con bastante potencial en su estribillo, y también en su post-estribillo instrumental. Por primera vez se parecían a los Sundays de verdad, con quienes fueron muy comparados en sus inicios.

37
Uncertain
1991

Antes de ‘Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t We?’, Cranberries publicaron un EP que espantó a la prensa después de que esta se hubiera rendido a sus primeras maquetas. ¿La razón? El EP no incluía ‘Dreams’ y ‘Linger’, cuando ambas habían empezado a circular, y la producción era fallida, pues aún no habían dado con Stephen Street. ‘Pathetic Senses’, por ejemplo, tenía un extraño punto bailable que no les terminaba de pegar, quizá en relación a la moda Madchester. Pero ‘Them’ es la canción más Cocteau Twins que tienen y la titular ‘Uncertain’, desde su inocencia, es una verdadera monada. El EP, editado por Xeric Records y limitado a 5000 copias, jamás fue reeditado y ha tenido un coste medio de 100 euros a lo largo de estas décadas, con varias copias echando un considerable pestazo a fake. El vídeo nunca se ha filtrado en su totalidad.

36
Curvy (D.A.R.K.)
2016

En 2015 se repetía la historia: Dolores se sumaba a un grupo ya existente, para cambiar su curso para siempre. De la misma manera que los primigenios The Cranberry Saw Us funcionaron sin ella, Olé Koretsky, su novio hasta el momento de su muerte, había formado una banda con Andy Rourke de los Smiths, a la que se añadía O’Riordan como co-vocalista, obviamente merendándose en dos segundos toda aportación de él por mucho que ya tuvieran sus canciones. D.A.R.K., que no llegaron a cumplir su programada gira debido a problemas de visado de uno de sus miembros, publicaron un disco curioso, electrónico, bastante setentero, cuya cumbre era el primer single ‘Curvy’. Nunca había sonado Dolores tan Madchester por la vía de Stone Roses y New Order, y la canción contaba con varios ganchos: los teclados, el estribillo, los «ooooh, ooooh, oooooh, oh-oh», el post-estribillo en «Must have been a dream» y el viaje final de «let’s take a ride». ¿Habrá algún tema grabado a la altura? Y lo peor: ¿ahora sí, triunfará?

35
Put Me Down
1993

Los abusos han ocupado parte de la temática de Cranberries, psicológicos en gran parte del primer disco, e incluso físicos: ahora sabemos que ‘Fee Fi Fo’ (1999) habla de los abusos sexuales que Dolores sufrió de pequeña. En ‘Put Me Down’ habla la voz de alguien a quien siempre hacen de menos, mientras el fondo musical está cargado de decadencia y misterio, entre referencias al indie británico de la época pero también a la América cincuentera adoptada por Chris Isaak o David Lynch.

34
Loser (Dolores O’Riordan)
2007

¿Qué canción de Dolores sola habría vendido millones de haber sido editada en los 90? ¿’When We Were Young’? Meh. ‘Loser’ era el triunfo absoluto en sus explosivos golpes de guitarra rockeros y sobre todo en su letra, destinada a hundir a un «hater» o a un «bully». Frases como «una bombilla de 2 vatios brilla más que tú» nos llevan hasta el glorioso final, muy Morrissey, como toda la canción: «loser, die!!!».

33
The Sun Does Rise (Dolores con Jah Wobble)
1994

Aunque poca gente lo recuerde, Dolores sacó un single con Jah Wobble de Public Image Ltd y ambos fueron capaces de llevarlo a la tele y al top 41 de Reino Unido, cuando Cranberries eran claramente un grupo de álbumes. ‘The Sun Does Rise’ es una composición optimista y radiante, que muestra lo bien que le sienta la world music y los toques orientales a su voz. Mucho mejor que ‘The Journey’ (2009), es especialmente emocionante en su puente: «Este viaje ha sido una epopeya / a veces me he sentido tan mal / abandonada en un bar solitario al otro lado de la ciudad… / Sí, viajamos día y noche, para avanzar solo una milla / pero al fin tiene sentido porque empiezo a ver la luz».

32
Ordinary Day (Dolores O’Riordan)
2007

Para su debut en solitario, Dolores O’Riordan contó contra todo pronóstico con una pizca de efectos vocales. Son ligeramente perceptibles sobre todo en la parte clave de la canción («What in the world? What in the world could ever come between us?»), quizá por la influencia del productor Youth (The Fireman, The Verve, Dido). ‘Ordinary Day’ era una canción tranquila, de buen desarrollo, que suponía un gran grower, como lo era casi todo aquel ‘Are You Listening?’, que contenía un tema sobre el cáncer de su padre (‘Stay With Me’) o de su suegra (‘Black Widow’), así como un corte probablemente dedicado al resto de los Cranberries (‘October’). Una obra con defectos que revisitar sin lugar a dudas, pues la desproporción en ventas y atención mediática fue totalmente injusta.

31
Tomorrow
2012

El ignorado sexto disco de Cranberries no estaba mal, presentando una bonita canción sobre la muerte de su padre llamada como el álbum, ‘Roses’; un pseudosingle llamado ‘Schizophrenic Playboy’; alguna rareza como ‘Astral Projection’ y sobre todo un gran tema de presentación. Hace daño escuchar esta alegre canción un tanto jangle que dice que «mañana puede ser demasiado tarde» y que se lamenta de lo «demasiado jóvenes, orgullosos y tontos» que somos a veces perdiendo el tiempo. Ay…

30
The Sweetest Thing
1999

En nuestro siglo Cranberries tuvieron dificultades para localizar caras A, así que se quedaron por supuesto sin caras B destacables, como habían sido ‘Away’, ‘I Don’t Need’ o ‘So Cold In Ireland’. La última interesante de verdad data, pues, de 1999, venía con ‘Promises’ y era un perfecto contraste para ella. La letra es una bobada supina, alguien arreglándose para recibir a su amante, una nueva muestra de amor a este y también a la propia familia, pero se trata de la canción más jazzy de su carrera, con un imperante saxo -algo totalmente ajeno al sonido Cranberries- y un trepidante ritmo, que contribuyeron a que el mencionado single fuera número 1 de ventas en España durante dos semanas.

29
Free to Decide
1996

La controvertida relación de Dolores con la prensa, con la que el odio en general era mutuo, quedó plasmada en este canto a la libertad, y también en su vídeo, en el que aparecía enjaulada o huyendo al desierto. Su reivindicación de esa libertad en contraste a la cohibición («soy libre de decidir lo que quiera / y no tan suicida después de todo»), tuvo que lidiar a la postre con lo poco que terminó cuidando su propia salud, durante aquella misma gira de presentación, y después.

28
You and Me
1999

Cranberries hicieron muy dignas versiones de Carpenters, Elvis Presley, Fleetwood Mac o los Smiths, pero nunca se percibió que los Beatles fueran una influencia para ellos, como sí pasaba con muchos de los coetáneos del Brit pop. Sin embargo, hay una canción a la que sí llegó la influencia de los de Liverpool. Los vientos reales y los sampleados de ‘You and Me’ nos llevan a la euforia de un ‘All You Need Is Love’ o de un ‘Hey Jude’, en esta canción en la que Dolores habla sobre el placer de quedarse en casa en lugar de salir. El mencionado una y otra vez «Taylor» no era otro que su primer hijo.

27
Apple of My Eye (Dolores O’Riordan)
2007

La mejor canción de Dolores O’Riordan en solitario no fue single, aunque hubo cierta intención de que lo fuera. Se trata de un tema dedicado a su «debilidad» -bien puede ser un hijo o una pareja-, en celebración de que nada entre ellos podrá interponerse jamás. La acritud de ‘Ordinary Day’ no aparece por ningún sitio en esta canción feliz que va añadiendo elementos: guitarra acústica, pianos, coros y teclados se van sumando hasta perfeccionar el final extático que The Cranberries habían ensayado sin que nadie se diera cuenta en ‘Pretty Eyes’ (2001). Los coros de Dolores y las cuerdas se funden en un pequeño muro de sonido que resulta una de sus mejores producciones. Misteriosamente, O’Riordan no quedó satisfecha con ella y volvió a grabarla en su segundo disco sola, con peores resultados.

26
Pretty
1993

Entre el posible feminismo («eres tan guapa siendo simplemente como eres…»), el relato irónico de un micromachismo («…que no tienes razón para ser tan insolente conmigo») y ambas opciones («tienes que decir lo que quieras, pero no me cambiarás»), ‘Pretty’ tenía una de las letras más cortas y a la vez abiertas a posibilidades de Cranberries. Seguro que contribuyó a convertir a Dolores en un icono lésbico ayudada por su andrógina imagen: en algún lugar tenemos que buscar la causa de que sus conciertos estuvieran llenos de público gay, lésbico y bisexual. Queda para la historia su función fundamental en el clímax de la película ‘Prêt à porter’ y por supuesto su misterioso punteo de guitarra y sus arreglos electrónicos.

25
Analyse
2001

‘Analyse’ era un claro intento de repetir el éxito de ‘Dreams’. Al fin y al cabo, ¿cuántas canciones suenan a ‘Dreams’? La diferencia es que ‘Analyse’ sí tenía estribillo, reivindicando aquí tener consigo disponible «el amor más grande jamás visto», presto a ser disfrutado en el idílico mundo de fantasía al que alude la canción. Aunque poco sorprendente, era tan buen «opener» para sus conciertos como ‘Dreams’ perfecto cierre: al final se le ha cogido cariño.

24
Never Grow Old
2001

Dolores no solía escuchar mucha música, pero sí le gustaban Coldplay, al menos al principio. Su primer disco post-Coldplay, que le comieron la merienda a lo grande como sucesores de U2, se abría con un tema acústico y sencillo que parecía emular un pelín a ‘Don’t Panic’, con un crescendo igual de sutil. Aunque la canción de apertura de «Wake Up» no les quedó mejor que la canción de apertura de ‘Parachutes’, ‘Never Grow Old’ es una modesta, bonita y agridulce composición «espero que seas joven para siempre» dedicada a la primera hija de Dolores, que también funciona dedicada a uno mismo en el espejo.

23
How
1993

El primer aviso de que en Cranberries se encerraba también una banda de rock fue la rabiosa ‘How’, con una original sucesión de acordes repetidos en bucle durante las estrofas y una percusión que iba pasando de lo tribal a lo metálico. Muy recurrente en sus directos, es quizá la única canción con coros (al menos audibles) del co-autor Noel Hogan.

22
What’s On My Mind
1999

Una de las cosas que se echaban en cara a Cranberries era la falta de sentido del humor o sentido de la ironía. En ese sentido su disco más «divertido» es sin duda el cuarto, gracias a la parodia de un «loser» de ‘Desperate Andy’, la revancha sacudida de celos de ‘Delilah’, la amenaza de la vengativa ‘Loud and Clear’ o la parodia de la industria de ‘Copycat’. Pero ‘Bury the Hatchet’ también tenía un lado trágico (ahí estaba ‘Dying in the Sun’) y esta bellísima canción de country pop ejerce de puente entre las dos vertientes: funciona en serio como canción de amor y también como parodia de ciertos parámetros de la música tradicional. De ahí posiblemente las dos voces hacia su final: la exaltada, abusando de gorgoritos, y la tranquila, que recita la letra pacíficamente hasta el final y más allá. A destacar las carcajadas que se oyen en ese emocionante tramo final. ¿Nos tomamos el amor en serio o ha de ser una broma?, parece preguntarse. Jamás fue interpretada en vivo, si eso aclara algo.

21
Liar
1992

Esta semana han salido fans de esta cara B de debajo de las piedras. La razón es su inclusión en una popular banda sonora en Estados Unidos, la de ‘Empire Records’. Sin embargo, la canción que acompañaba a ‘Dreams’, primer single del grupo, si por algo es conocida entre sus seguidores es por haber aparecido de vez en cuando en su repertorio hasta el final… acompañada de una simpática danza irlandesa en una outro instrumental, bastante punki, que no aparecía en la versión de estudio. Toda una respuesta para el odioso destinatario al que se dirige la letra.

20
Not Sorry
1993

Hay letras de O’Riordan que se perciben vagas y repetitivas, pero esta… no. La repetición de su estrofa funciona perfectamente como metáfora del despecho obsesivo de la cantante en esta canción que simplemente no puede salir de su bucle de mentiras y engaños. Stephen Street realiza aquí una de sus mejores labores, con ese elemento de percusión que avasalla a destiempo en segundo plano y esas tristonas notas de piano que abren y cierran esta canción circular. Casi se percibe la bruma irlandesa en la producción, procedente del corazón de la artista, aquí tan negro como el artwork del disco.

19
Salvation
1996

Paradigma de la canción que horroriza a la crítica por su letra tan subyugante como obvia contra las drogas («no lo hagáis porque no es lo que parece», «atad a vuestros hijos a sus camas, limpiad sus cabezas»), ‘Salvation’ tenía al menos un estribillo icónico: «Salvarse es gratis». Las drogas, no. La canción era toda una rareza para ellos gracias a su trepidante ritmo punk, acompañado en un puente por unos inesperados vientos del tipo ska. Pasando a toda pastilla en sus escuetos 2 minutos 20 segundos de duración, solía ser el momento más salvaje de sus directos y forma también parte de la historia por su vídeo dirigido por Olivier Dahan, el que después dirigiría la imprescindible ‘La vie en rose’, sobre la vida de Édith Piaf.

18
Forever Yellow Skies
1996

Con U2 en horas bajas, The Cranberries fueron el grupo más vendedor del mítico sello Island durante 1994 y 1995. Después, comenzaron los desencuentros, siendo el primero conocido el deseo del grupo de lanzar este tema como single, no correspondido por la compañía. ‘Zombie’ fue emulada con torpeza en ‘Hollywood’ (1996) y ‘This Is The Day’ (2001), pero esta canción sería la mejor réplica de su energía: como aquella está llevada por la batería y el bajo, con una muy puntual explosión de guitarras, pero aquí siendo estas muy diferentes, más post-punkies y un tanto glam y menos post-grunge. El tema es un absoluto tiro bajo la producción del también fallecido Bruce Fairbairn, que termina en batucada (!), y además tiene la gracia de dar color al disco en que se incluía: carcasa del CD y vinilo eran amarillos, como los cielos del título. ¡El físico importa!

17
Shattered
1999

El exceso de arreglos de ‘To the Faithful Departed’ da paso a un uso mucho más mesurado de cuerdas y arreglos en el disco siguiente. Esta desgarrada canción, no en vano llamada ‘Shattered’, es la canción más otoñal de su carrera, no solo en lo musical: «Todos los niños han vuelto al cole / ha acabado el verano / es la regla de oro / Y yo también voy a salir a jugar / así que apártate de mi vista». Un deseo de regresar a la inocencia frente a la decepción del amor («no soy muy aficionada ni a ti ni a tus mentiras») cargado también de superación y despecho («no me gustas / no te comprometas»). Sublime y cortante final, ya sin arreglos de cuerdas, en «Please, don’t stand in my way».

16
No Need to Argue
1994

‘No Need to Argue’ se cerraba con la canción que le daba nombre, válida por su título como propuesta pacífica en respuesta a la beligerante ‘Zombie’. Pero al margen de lo apropiado del nombre, esta es claramente una canción de desamor, costumbrista, que recuerda «los días en que nos quedábamos viendo pelis en el sofá del salón», para dejarlos para siempre atrás, puesto que «ya no hay necesidad de discutir más / di todo lo que pude y lo único que me he hecho es daño». Inicialmente llamada ‘Special’ (hay un guiño en la carta que Stephen Street ha mandado a Rolling Stone esta semana), se acompaña únicamente de un órgano de iglesia, en sintonía con la temática religiosa y familiar de ‘Ode to My Family’, haciendo que misteriosamente todos los extremos del segundo disco tuvieran sentido unidos. Como curiosidad freak, escuchada con cascos de primera calidad, presenta una lejanísima guitarra acústica marcando el ritmo, elevando un grado más su sensación de intimismo e introspección.

15
When You’re Gone
1996

La por algunos considerada segunda parte de ‘Ode to My Family’, por su fuerte influencia del doo-wop y presentar acordes muy similares, es esta canción de amor estilo años 50, chasqueos de dedos incluidos, que simplemente habla de echar de menos a alguien «cuando no está». Esta semana ha sido una de las canciones más recuperadas de Cranberries porque, obviamente, Dolores ya «no está»: inmersa en un disco sobre la muerte llamado precisamente ‘To The Faithful Departed’, siempre tuvo ese doble sentido, el de «echar de menos» a alguien sin más, y el de la muerte. Mención especial al piano que entra en la segunda estrofa, desenredando unos sencillos acordes en caída hacia el final, en contraste con los redobles de la batería, algo bastante raro en una canción de este estilo. Esa fue una de las claves del sonido Cranberries: la conjugación de clasicismo y rock.

14
Daffodil Lament
1994

Para la edición de su primer recopilatorio ‘Stars (1992-2002)’, esta semana arrasado en las tiendas (al fin entrará al Billboard 200 tras vender 400.000 copias fuera de lista, y ahora directo al top 20), Cranberries hicieron una encuesta entre sus fans a través de su web para elegir el mejor «no single» de su carrera. El elegido fue este corte de 6 minutos, sin estribillo, y en varias fases, a través de las cuales Dolores va intentando superar el dolor de una relación dañina y algo abusiva. Hay parte de superación, posiblemente con algún tinte feminista («he decidido dejarte para siempre / he decidido empezar de cero / ni rayos ni truenos lograrán cambiar lo que siento»), aunque quizá culmina un «lamento», quizá cierto remanso de paz y asunción. Su segunda parte musical podría considerarse la religiosa ‘Electric Blue’ (1996) y el experimento desestructural volvería a tener lugar en ‘Wake Up and Smell the Coffee’ (2001) y ‘Black Widow’ (2007), pero ya con resultados menos genuinos.

13
Sunday
1993

Cranberries tienen una canción llamada Sunday aunque Dolores no supiera quiénes eran los Sundays, e iba a ser el tercer single de su debut (existe un «radio edit» sin la icónica intro orquestada), aunque se abortó porque ‘Zombie’ ya estaba compuesta desde 1993 y aguardaba como hit mundial desde hacía meses en un cajón. ‘Sunday’ habla claramente de lo que te hace sentir el primer amor («mis pies no tocan el suelo / no sé ni dónde estoy / ¿de verdad tienes que cogerme de la mano?»), aunque el chico idolatrado es una figura aquí desconcertante, inasible y manipuladora: «¿Sabes dónde podemos ir? / Algo dentro de ti quiere dejarme a un lado». La canción es una de las más indie pop que tienen -muy obviamente las guitarras y punteos son de Noel Hogan en este caso y no de Dolores- pero está redondeada por los reposados arreglos de cuerda mencionados, siempre ideados por la cabeza de Dolores.

12
I’m Still Remembering
1996

Otra de las canciones maravillosas que Dolores O’Riordan escribió completamente en solitario, reflexionando sobre sus dificultades para asumir la fama, preguntándose «¿Ha cambiado el mundo o lo he hecho yo?» y afirmando a duras penas «Intento seguir adelante / sin volverme loca». El puente recordaba a famosos que murieron antes de tiempo, como Kurt Cobain o JFK, asegurando que «los mejores son los primeros en dejarse caer», e ignorando -o quizá no– que ella misma engrosaría esa lista. Pero ante todo, ‘I’m Still Remembering’ es una preciosa canción de amor sobre la necesidad de apoyarse en el hombro de una pareja, en la que los «I need your affection all the way» del final, fundidos con un punteo muy The Cure en «fade out», están entre los momentos más hermosos de su discografía.

11
Just My Imagination
1999

‘Just My Imagination’ no conquistó las listas de ningún país, pero sí sirvió para devolver ‘Bury the Hatchet’ al top 10 de ventas en España meses después de su edición. Se trata de una alegre composición sobre «mantener la fe en el amor», «salir el viernes y quedarte en la cama hasta el domingo» y «vivir por el amor, y no por la realidad», decorada con un arreglo un tanto irlandés y por unos «la-ah-ah» finales que no pueden ser más Morrissey, exactamente circa ‘The Boy With the Thorn In His Side’. Significativo cambio de tiempo verbal en la tercera estrofa respecto a la primera, transformando el pasado en futuro, y la posibilidad -«la imaginación»- en «realidad».

10
Ridiculous Thoughts
1994

Si hay un single extraño en la carrera de Cranberries es este ‘Ridiculous Thoughts’, dada su intro de un minuto con Dolores cantando sin letra en particular, en plan mezzosoprano. Siempre presente en sus directos en la última parte del set, ha sido una de las favoritas de sus fans de toda la vida, gracias a la feroz energía que O’Riordan desprende durante toda la canción, pero muy especialmente en los insistentes, desesperados «you’re gonna have to hold on to me» del final, que no pueden sonar más a autoengaño. En una de las versiones de su videoclip salía un pequeñísimo Elijah Wood.

9
Dreaming My Dreams
1994

Las baladas acústicas o electro-acústicas han sido abundantes en la carrera de Cranberries, desde ‘I Will Always’ (favorita del bajista Mike Hogan) hasta ‘Saving Grace’, pasando por la cara B ‘Away’ que apareció en alguna banda sonora. Pero pocas han recibido tanto cariño como ‘Dreaming My Dreams’: recuerdo que en la facultad a una compañera periodista musical le horrorizaba el grupo y «solo le gustaba ‘Dreaming My Dreams'» y lo mismo se ha podido leer más o menos esta semana a algún forero de Popjustice. Estamos ante una balada realmente «onírica», de recreación en el amor, que Dolores escribió para su marido y mánager Don Burton durante el día de Navidad de 1993, tras conocerle en la gira con Duran Duran (era su tour manager). La propuesta de amor se va repitiendo sobre capas y más capas de autocoros y violín, hasta llegar al bonito punteo final.

8
Promises
1999

Benedict Fenner figura como co-productor de ‘Bury the Hatchet’, junto al propio grupo, pero siempre he tenido la impresión de que ellos metieron bastante mano y por eso hay algunas cosas a mejorar en ese plano. Una de ellas es el hecho de que ‘Promises’ rugiera mucho más en su versión en directo, y en su versión «radio-edit», cuya energía incuestionable sí se prestaba a ser escuchada en bucle. Se trata de una canción que celebra la llegada del divorcio a Irlanda, y que por tanto aparece llena de pullas ante las «promesas rotas», tamaño «porque apostaste, ahora tendrás tu merecido». La canción, con el mejor pre-estribillo de su carrera («why can’t you stay here a while?»), tuvo buenas críticas en NME (¡¡NOTICIÓN!!), pues a una de sus redactoras le dio por elogiar la fuerza de la voz de Dolores en contraste con la de Andrea Corr ; y un vídeo kitsch a cargo de Olivier Dahan que parece haber influido en el trabajo de Bayona para Camela.

7
Empty
1994

Apareciendo en ‘No Need to Argue’ inmediatamente después de la antibélica ‘Zombie’, casi sin ni un segundo de separación entre ambas cuando no se parecen en nada, ‘Empty’ siempre sonó como si estuviera dedicada a un soldado muerto en plena batalla: «Algo se ha ido de mi vida / y no sé adónde ha ido / algo me hizo luchar / sin que fuera lo que yo estaba buscando». Después, la narración se pregunta por los sueños robados, pide una oración y habla de «identidad robada»: sin duda está al habla una persona que ha fallecido, al menos de una manera metafórica; de sentir un insoportable «vacío». Al margen de su inspiración, ‘Empty’ es otra composición muy, muy particular, que se permite el lujo de contar con una larguísima intro, una insistente outro y un recitado precipitado en medio, contenido en el mismo disco en el que Dolores se atreve a recitar un poema de Yeats después de que la llamaran reiteradamente «paleta». La sección de cuerda de nuevo ideada por Dolores termina de dar un acabado épico a esta gran obra maestra que también escribió sola.

6
Animal Instinct
1999

Aunque desconocida en los países anglosajones, ‘Animal Instinct’ es uno de los grandes clásicos del grupo en países como el nuestro, siempre de las más celebradas en vivo, y a la postre más exitosa en las plataformas de streaming que el primer single de ‘Bury the Hatchet’, ‘Promises’. Desde que sus cuatro acordes resuenan a través de varias guitarras acústicas tocadas a la vez (o quizá la misma pista autodoblada), la canción se reconoce y narra la historia de cómo Dolores, mientras toma una taza de té, de repente empieza a sentirse «totalmente estresada y deprimida».

La letra, de nuevo ridiculizada por su boba cotidianidad, tomaba un nuevo cariz cuando se descubría que la cantante era una persona acechada por la depresión y un desorden bipolar, si bien su letra narra con orgullo cómo hacer frente a la vida desde la inestabilidad («lo que me vuelve loca es que siempre estaré en duda»), aunque se tomen decisiones poco correctas o éticas, algo muy reflejado en su vídeo, donde vemos a una madre secuestrar a sus hijos aunque no puede hacerse cargo de su manutención.

Pero muy por encima de la letra la melodía se alza sobresaliente, presentando una buena colección de momentos totalmente inolvidables: desde los «do you know you made me cry?» hasta la repetición del título final pasando por su falso estribillo, las cuerdas sintetizadas y la labor escueta pero fundamental de la guitarra eléctrica durante toda la segunda mitad, no solo en el punteo final.

5
Ode to My Family
1994

Conocida indudablemente por sus «doop-doo-roop-doop» iniciales, que hasta vimos replicados tristemente en un anuncio de yogures, ‘Ode to My Family’ era el single «conservador» que menos podíamos esperar de un grupo después de ‘Zombie’. ¿Dónde quedaba su vocación grunge? Y sin embargo, había relación: como en una campaña de márketing perfecta, la palabra «family» aparecía mencionada en ‘Zombie’ y ambas composiciones, las dos tan diferentes al primer disco, defendían el valor del hogar por encima de cualquier cosa.

‘Ode to My Family’ es la primera de muchas canciones escritas por Dolores sobre sus padres (a él lo adoraba en resumen, su madre ha ejercido incluso de portavoz en años recientes), pero en este caso también sobre el paso del tiempo. Inequívocamente, aunque Dolores empieza a escribir con 18 años y tiene 23 años en su segundo disco, su vida de estrella de rock le hace sentirse vieja, y no puede evitar mirar al pasado con nostalgia: «Tristeza, ¿dónde ha quedado el momento en que éramos jóvenes y nos importaba todo una mierda?», se pregunta en medio de cuerdas y preciosos arpegios, aquí sí que sí, aportados por Noel. Cierra un frustrado y repetido «¿A alguien le importa?».

El espíritu de ‘Ode to My Family’ volvería por ejemplo en ‘The Rebels’ (cuánto amor cabe en su suspiro final) y no me resisto a mencionar la cara B de la propia ‘Ode to My Family’: ‘So Cold In Ireland’ se preguntaba sobre una melodía siniestra si, al volver a casa tras arrasar Estados Unidos, Dolores encontraría su lugar: «Tengo miedo de volver a Irlanda / ¿queda algo para mí?».

4
Zombie
1994

Dolores O’Riordan escribió ‘Zombie’ en solitario, conmovida por la muerte de dos niños en un atentado del IRA a principios de 1993. Se trataba de Tim Parry y Johnathan Ball, el primero de 12 años y el segundo de 3. Durante años la letra fue cuestionada por su carácter naíf para un tema tan serio («con sus tanques y sus bombas / y sus bombas y sus armas» conforma el raro pre-estribillo), pero esta semana el padre de Tim acaba de descubrir que ‘Zombie’ trata sobre el atentado en que falleció su hijo y ha declarado este martes en Good Morning Ulster (minuto 116 de este podcast) que la letra se ajustaba totalmente a su visión de lo que estaba pasando en Irlanda.

La presentadora le lee el principio de la letra, en referencia a la vida de un niño que es tomada («y verás, no es mi culpa, ni la de mi familia, es en tu cabeza donde siguen luchando») y le pregunta si realmente nunca había oído que esta canción tan popular iba sobre su hijo. El padre de Tim Parry responde que se acaba de enterar por su mujer, que se la ha puesto en su portátil. Explica que ha estado atendiendo a la letra y que le parece muy «noble» y «real». “Los atentados de Warrington, como muchos otros que pasaron en Irlanda y Gran Bretaña, afectaron a familias de un modo muy real, pero mucha gente se había vuelto inmune al dolor y al sufrimiento que mucha gente experimentó en aquella campaña armada. Leer las palabras escritas por una banda irlandesa, por ella misma de hecho, de manera tan convincente, me ha dado mucha, mucha fuerza».

Inspirada en Nirvana en progresión (la presencia del bajo, la explosión de guitarras en el estribillo), se convirtió en un himno generacional sin ser número 1 más que en un par de territorios clave, llevando a la gente más bien a comprarse el álbum, que vendió 17 millones de unidades. El vídeo icónico de Samuel Bayer, que de hecho había dirigido el de ‘Smells Like Teen Spirit’, y después haría los de Garbage, entre otras decenas, jugó su parte, y por supuesto la voz de Dolores. Y sin embargo, por mucho que la admires, lo mejor de la canción sucede cuando calla: el sencillo pero fiero solo de guitarra, la fuerte batería y el suave platillo en contraste como metáfora de la desproporción entre víctima y agresor, y el siniestro bajo saben retratar perfectamente el asco y el sinsentido de la violencia física.

3
I Can’t Be With You
1994

Misteriosamente infravalorada por el público, ‘I Can’t Be With You’ es la canción pop perfecta y la producción más ambiciosa ejercida con el grupo por Stephen Street: cuesta mucho dilucidar cuántas capas de voces, guitarras eléctricas que suben y bajan, percusiones y qué tipo de efectos tuvo a bien meter en su minuto final. Simplemente imposible por tanto de emular en directo, la canción funciona igualmente sin su indeterminada parafernalia: estamos ante una canción de amor escrita desde la distancia de tu ser querido, y escrita también desde un deseo de madurez que no se ha producido («quería tener un hijo contigo y ahora solo nos queda un adiós»). El estribillo, que idolatra con sencillez la idea de «estar contigo» (x1000), es uno de los más contundentes de su carrera, y lo podrían haber cantado a distintos ritmos tanto The Cure como Karen Carpenter.

2
Dreams
1992

Tras toda esta colección de depresión, atentados, crisis nerviosas, repudio a la fama, etcétera, sería una pena que el grupo fuera recordado por sus canciones tristes. Porque lo difícil en esta vida es hacer canciones alegres, y Dolores sabía hacerlas muy bien, como muestran ‘The Sweetest Thing’, ‘Apple of my Eye’, ‘You and Me’, ‘Dreaming My Dreams’ y muy especialmente ‘Dreams’. El cristalino punteo, la toma vocal, la melodía y la batería vital son puro amor en esta canción sobre la que hay pocas anécdotas que contar, pero habla por sí sola. Si es que es poca anécdota que los coros masculinos tan característicos del orgásmico final estén acreditados a Mike Mahoney, que no es un desconocido vocalista de world music, sino su novio de la época, y con el que acabó muy mal.

1
Linger
1993

«Éramos terribles cuando empezamos. Creo que solo me sabía 5 acordes, y 4 están en ‘Linger'», bromeaba el autor de esos acordes, el guitarrista Noel Hogan, el año pasado sobre el origen de la canción durante una entrevista con The Guardian. Ese “loop” de acordes sin embargo hipnotizó a Dolores, recién llegada al grupo, y fue capaz de escribir la letra y los arreglos de esta gran composición sobre ellos. Ella, que siempre había dicho en tono jocoso que ‘Linger’ era sobre “besar a un soldado”, detallaba: “estaba en un club llamado Madonna’s y un tío me pidió bailar y pensé que era mono. Hasta entonces los besos con lengua me daban asco, pero cuando me dio mi primer beso de verdad, decidí dejarlo así (“let it linger”, referencia al estribillo de la canción). No podía esperar para verle otra vez, pero la siguiente vez pasó de mí y le pidió bailar a una amiga. Me quedé devastada. Todo el mundo vio cómo me rechazaba, públicamente, en la discoteca. Todo es tan dramático cuando tienes 17 años, que decidí soltarlo en una canción”.

Años después el chico se dio cuenta de que la canción iba sobre él y quiso quedar, pero ella le rechazó, en plan «TÚ ME DEJASTE», pero la gran victoria de Dolores no fue este último desplante sino saber retratar a la perfección lo que se siente al ser rechazado o abandonado. La letra es sencilla pero no puede hacer más pupa, desde que arranca tímida e indecisa: «si tú… si pudieras volver / no lo dejes estar / no dejes que se apague la posibilidad», y continúa muerta de miedo: «estoy segura de que no estoy siendo grosera / es solo que tu actitud / me está destrozando / lo está arruinando todo»; y llena de celos: «¿por qué le cogiste la mano? / ¿me engañaste todo el tiempo? / ¿fue solo un juego para ti?».

El mayor drama adolescente, la primera decepción del amor, no pudo conocer mejor fondo: la sección de cuerda repetida, la guitarra tipo «steel guitar» del puente que Natalie Imbruglia copiaría en ‘Torn’ y los efectos fantasmagóricos de Stephen Street eran estupendos, como la gloriosa irrupción de la segunda estrofa con una melodía vocal diferente («ooooh, IIIII thought the world of you / I thought nothing could go wrong / but I was wrong»), pero nada tan marciano como el obsesivo repicar de la batería durante toda la canción. ¿Alguien se imagina esa batería sobre una balada de Adele? Mi compañero Jaime Cristóbal la relacionaba con cierto influjo de la moda de Manchester en la época, hablando de ‘These Are Days’ de 10,000 Maniacs, ‘Sleeping Satellite’ de Tasmin Archer o varios años más tarde, ‘Wonderwall’ de Oasis. Entre todas, ‘Linger’ suena como la canción más singular y extraña, quizá por los agudísimos autocoros de Dolores, quizá por la suma de elementos. De nuevo, la mezcla entre elementos clásicos y alternativos, bucólicos e indies, era fundamental para que la composición gustase a público generalista y parte del público underground. Seguramente, y ahora más que nunca, jamás morirá.

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Publicado por
Sebas E. Alonso