Lil Dicky es David Andrew Burd, un rapero de Pensilvania que se está haciendo conocido en Estados Unidos por sus raps cómicos en los que ridiculiza los estereotipos del hip-hop y también en los que se ríe de sí mismo. Tiene temas titulados ‘White Dude’ y ‘Professional Rapper’ (él mismo se hace llamar “pequeña pollita”) y su último single, ‘Freaky Friday’, es una colaboración con Chris Brown que ahora mismo es número uno en virales de Spotify. Esto se debe sobre todo a su cómico videoclip, estrenado el pasado 15 de marzo, que se acerca a las 40 millones de visualizaciones y en el que Lil Dicky hace un homenaje a ‘Ponte en mi lugar’, la famosa película de Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis en la que ambas se intercambian los cuerpos por error, y que en inglés se titula, de hecho, ‘Freaky Friday’.
El vídeo de Lil Dicky empieza con el rapero comiendo en un restaurante chino. Después de pedir una recomendación de menú al camarero, que responde con un “sí”, como si no hablara inglés y no hubiera entendido la pregunta de Lil Dicky, el rapero es interrumpido por un fan que explica a su pareja que Lil Dicky no es exactamente un rapero, sino un rapero de broma, “de los que rapean sobre su pequeña polla y esas cosas”. Desilusionado, Lil Dicky observa en el televisor un videoclip de Chris Brown, y desea en voz alta poder ser un rapero tan “cool” como él, capaz de “bailar” y de llenar su cuerpo de tatuajes. Es entonces cuando el camarero chino, que hasta hace un minuto no había entendido a Lil Dicky, le concede el deseo de ser Chris Brown con la ayuda de sus poderes mágicos. Lil Dicky y Chris Brown han intercambiado sus cuerpos.
‘Freaky Friday’ transcurre de “gracia” en “gracia”. En primer lugar, Lil Dicky se despierta, en su mansión, en el cuerpo de Chris Brown y celebra su nueva fama, su nueva agenda de “putillas” y el hecho de poder decir “nigga” sin parar al ser negro. Hay un momento en que una horda de fans hacen fotos al pene de “Chris Brown” (que él define como la “polla de sus sueños”) y otro en el que el cantante agarra una pistola guardada en una estantería. Por su parte, Chris Brown se encuentra que, en el cuerpo de Lil Dicky, ya no es famoso, por lo que puede ir por la calle sin que nadie le critique por “ser negro” o por su “pasado controvertido”, y además sigue teniendo problemas de ira, ya que en una escena, recibe una llamada telefónica de su madre y este le cuelga lanzando el móvil al suelo y gritando “déjame en paz, zorra”. Al final, el intercambio de cuerpos va tan mal que Lil Dicky y Chris Brown terminan convirtiéndose en otras personas famosas, que de hecho aparecen en el vídeo, dando la sorpresa.
El vídeo de ‘Freaky Friday’ es la glorificación del humor más zafio e infantil posible (¿tendría tanto éxito un vídeo parecido hecho por mujeres?), pero además su representación estereotipada del camarero chino que no entiende inglés y tiene poderes mágicos es racista. Sin embargo, lo peor del vídeo es que, como producto irónico, es un absoluto fracaso. Lil Dicky trata de reírse de los estereotipos racistas y, sin embargo, termina reforzándolos debido a la carencia total de inteligencia presente en su humor, dando a entender que la ironía justifica cualquier tipo de broma. Al final, Lil Dicky parece el típico rapero blanco con complejo de rapero negro y Chris Brown da verdadera pena en su intento por reírse de su pasado, mientras todo el mundo se acuerda que es culpable de violencia doméstica por agredir a Rihanna en 2009 y que presuntamente llegó a amenazar a una mujer con una pistola en una fiesta. ¿Qué ha pasado por la cabeza de las estrellas que hacen los cameos finales para participar en un vídeo como este que, sin duda, da sentido máximo a la expresión “don’t make stupid people famous”?