Melendi / Ahora

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Melendi / Ahora

Melendi es ‘El principito’ en la portada de su nuevo disco, ‘Ahora’, el más vendido esta semana en España (como era de prever). ¿Nos quiere decir que ha encontrado la madurez en cuanto ha vuelto a conectar con su niño interior? De hecho, ’Ahora’ trata de reflejar a un Ramón Melendi Espina más maduro que hace ejercicios de autocrítica e introspección (‘Como el agua y el aceite’) y está atento a los cambios sociales (‘Déjala que baile’) y políticos (‘Tiempos de re-evolución’), aunque en otras pistas vuelva a ser el hombre orgulloso de siempre que no entiende por qué una mujer le ha dejado, como en ‘Lo nuestro fue muy top’ (alguien debería decirle a Melendi que los emojis no son tan complicados, son literalmente jeroglíficos del siglo XXI).

En este disco que se mueve entre los ritmos caribeños (‘El arrepentido’ con Carlos Vives), tropi-pop (‘Déjala que baile’ con Alejandro Sanz) y las baladas dramáticas (‘Mírame’), la producción vuelve a ser terrorífica (ese tecladillo de ‘Negro sin ti’) y la profundidad poética de los textos a reducirse a menciones a las promesas, el amor, las estrellas, “tu mirada”, “tu piel” o a estaciones de tren o metro para expresar metafóricamente una situación emocional, es decir, a lo de siempre. Pero por lo menos el sucesor de ‘Quítate las gafas’ deja alguna que otra frase capaz de tocar mínimamente la patata (“puedes amarme sin más, o conformarte con menos, lo que decidas será lo que nos merecemos” ) y ni de lejos las cursiladas aquí contenidas son peores que las presentes en discos de Antonio Orozco o Malú, por no hablar de que la peor rima del disco de calle pertenece a Alejandro Sanz en ‘Déjala que baile’ (“si pensamos diferente, ya no huele a disputa, los filósofos no brindan con cicuta”).

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Aunque en ‘Ahora’ hay momentos realmente inquietantes (“si a la luna la llamamos luna y a la muerte muerte, ¿cómo puede ser que al mirarme en el espejo no sepa quién es?” es un caso Iker Jiménez) y completamente absurdos (“no soy un discurso político”), no todo es malo-malísimo: el vallenato de ‘El arrepentido’ no es ‘La bicicleta’ pero no está mal, en algún lugar de ‘Déjala que baile’ hay una buena canción frustrada por una letra pseudo-feminista más simple que el mecanismo de un botijo y ‘Para que no te escapen las mariposas’ es una divertida salsa (¡esos coros!). La peor canción del disco, por suerte, aparece hacia el final: ‘Habitantes de un mismo planeta’ alberga tanto drama en una composición tan pueril que la canción termina rozando la autoparodia. Y ese exactamente es el límite que Melendi no ha cruzado, aunque se ha quedado cerca, en su nuevo disco.

Calificación: 3/10
Lo mejor: ‘El arrepentido’, ‘Déjala que baile’, ‘Para que no te escapen las mariposas’
Te gustará si te gusta: Alejandro Sanz, Malú, Antonio Orozco
Escúchalo: Spotify

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