Hayley Kiyoko / Expectations

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Hayley Kiyoko / Expectations

«El que no ama siempre tiene razón: es lo único que tiene» dijo Antonio Gala. Si no habéis escuchado la preciosa versión que hizo Antonio Vega de uno de sus poemas, hacedlo. Pero no es es esa la razón por la que mencionamos al genio de Ciudad Real en una reseña musical, sino por lo que esconde esa frase. Porque hay gente que siente con demasiada intensidad, y hay que amar con la intensidad justita. Hay que emocionarse pero sin fliparse. Hay que ocultar los sentimientos bajo una máscara de sarcasmo si no quieres hacerte daño, como Brenda Chenowith. Y hay que fingir desinterés para ganar interés. Y hay que ser auténtica pero sin pasarse, que incomodas. ¿Hay que hacer todo eso? Puede que sí.

O puede que todo esto sea pura mierda de la que gente como Hayley Kiyoko está un poco harta. ‘Feelings‘, el tema que sucede a una magnética intro, sirve también como presentación de ella misma: la «Lesbian Jesus» -como la llaman sus fans– se prepara/nos prepara, porque a lo largo del álbum va a abrirse y a dejar claro que, cuando siente, siente mucho (y es, sí, muy intensa: «why can’t I relax?») y que no piensa que deba avergonzarse por ello: «quería escribir un himno celebrando estos sentimientos, en oposición a suprimirlos, como ocurre cuando la sociedad presiona para que ocultes tus sentimientos cuando estás soltera y empiezas a quedar con alguien», contó a Flaunt. Por tanto, los «sorry that I care, care, care» suenan como un lamento pero también como un cierto desafío, como una postura irónica a esa convención social. Y también funcionan estupendamente como ganchos.

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No es por hacer el chiste fácil, pero está claro que las expectativas estaban altas en cuanto al debut en un largo -tras varios EPs- de Hayley Kiyoko, como os comentamos cuando os hablamos de ella. Cada vez menos en el underground y más en el estrellato, en el disco también se deja ver este camino entre ambos lugares: hay ambiciones en cuanto a conseguir nuevo público, pero también en cuanto a concepto y sonidos (‘Mercy/Gatekeeper’ y sus pausas nada radiofriendly son solo una muestra), y es que los productores de los que se ha rodeado también entran dentro de este doble objetivo: Jack & Coke han trabajado con Tove Lo y 4e con The Neighbourhood, pero The Futuristics con Camila Cabello o Selena Gómez.

Lo que es seguro es que Kiyoko demuestra muchas habilidades como artista pop, como cuando transforma una situación trágica en ‘Molecules’ -canción con los dejes épicos de unos Bastille/Imagine Dragons o una Ellie Goulding-. Algo que hará también en el tema que cierra el disco, el post-ruptura ‘Let it Be’ que se centra en lo aprendido tras esa experiencia, y en las oportunidades que pueden venir de ahora en adelante. Del toque funky en la disfrutona ‘Palm Dreams’ a lo asfixiante de ‘Wanna Be Missed’ («want you tired every day / cause I run through your brain»), pasando por la cuidada ‘Under the Blue / Take Me‘ (cuya segunda parte recuerda en su inicio al ‘All Around The World’ de Lisa Stansfield), Hayley va mostrando propuestas distintas, de forma que, al final, casi no nos acordamos del que fue el primer single, el más simple ‘Sleepover’ (que también tiene sus momentos inspirados en la letra, sobre un crush hetero: «always there to brush your hair / help you pick what to wear / I just feel alone, feel alone»).

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Pero si ‘Sleepover’ peca de ser un poco obvio, Kiyoko te coloca después dos temas dobles (casi seis minutos cada uno) seguidos, para que tengas que pensártelo antes de decir que está haciendo pop facilón. Y, después de esos temas, llega, con un aire a ‘Hands to Myself’ (curiosamente no es una de las producidas por The Futuristics) ‘Curious‘, cuya inmediatez e ironía le hacen ser otro de los puntos fuertes del disco. Esta última forma, junto a ‘He’ll Never Love You (HNLY)’ y ‘What I Need’, un tríptico sobre la misma situación, con algunas variantes: una chica con la que estaba Hayley no terminaba de aceptar que le gustaban las tías y ahora sale con un chico. Así, en esta última, que supone un ligero acercamiento al bubblegum bass de PC Music y Charli XCX, Hayley se lamenta junto a Kehlani de ese armario («when we’re all alone, girl, you wanna own it / when we’re with your fam, you don’t wanna show it»), pero a la vez se muestra decidida a no querer pasar por todo lo que una relación así supone («I only want a girl who ain’t afraid to love me / not a metaphor of what we really could be»… como el «fearless love» que cantaba Melissa Etheridge).

El contenido lésbico y bi está, por tanto, muy presente tanto en su música como en sus vídeos, en tanto que su propia sexualidad y sentimientos lo están, y eso es algo que en la industria le ha supuesto algún que otro escollo, como comentaba hace poco en una entrevista: «No estoy hipersexualizando mi música: me lío con mujeres porque me gustan las mujeres, no para ser sexy. No es que sea para provocar, es que es mi vida.» En esa misma entrevista se preguntó si los «¿otra vez una canción sobre una chica?» los recibía Taylor Swift cuando escribía sobre chicos y, lejos de iniciar cualquier beef, la propia Taylor la apoyó, recordando lo que ella misma decía cuando se comparaba con Bruno Mars o Ed Sheeran. Todo esto contribuye a crear una conversación necesaria en la industria musical sobre la presión para mantener a cantantes en el armario, y la falta de referentes no heteros… no heteros abiertamente, claro. Lo cierto es que la Lesbian Jesus tiene merecido el estatus que está adquiriendo, y no solo por lo importantísimo de su visibilidad para las chicas de su generación (y de no-tanto-su-generación), sino por la mezcla de sus habilidades, ideas e inteligencia, que pueden dar muchas alegrías en el mundo del pop. Este notable debut es solo la primera de ellas.

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Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Feelings’, ‘What I Need’, ‘Under the Blue / Take Me In’, ‘Curious’, ‘Let it be’
Te gustará si te gusta: Halsey, Carly Rae Jepsen, Tegan and Sara, Melanie Martínez, Troye Sivan, Selena Gomez, Billie Eilish, Ellie Goulding
Escúchalo: Spotify

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