Fotos de Iron & Wine, Mourn y Of Montreal cedidas por Vida Festival.
La tranquilidad volvió a hacer acto de presencia después de un viernes algo más concurrido de lo habitual. Y en gran medida eso ocurrió porque el festival en su tercera jornada tampoco contó con ningún cabeza de cartel que fuera realmente un gancho para atraer masivamente al público. Nada más poner el pie sobre el escenario Sam Beam, el cerebro detrás de Iron & Wine, ya dijo que disponía de poco tiempo y que iba a aprovecharlo para tocar el máximo de temas posibles. Su concierto fue toda una preciosidad perfecta para presenciar cómo caía el sol. Con su último ‘Beast Epic’ el estadounidense ha vuelto a sus raíces y a minimizar los arreglos, lo cual se notó con esa escueta banda de batería, contrabajo y chelo que le acompañó (y que hizo que de principio a fin todo sonara de lo más cristalino). Hubo números como ‘Last Night’ en los que parecía que estábamos viendo a una banda de jazz, y no faltaron ‘Muddy Hymnal’, ‘Call It Dreaming’, ‘Fever Dream’ o ‘Woman King’. Una pareja a escasos metros de donde me encontraba vieron todo el show fundidos en un abrazo: no se me ocurre mejor imagen para resumir lo vivido, no.
They Might Be Giants, por su parte, no acabaron de convencer del todo atendiendo a la espantada del público. Por mucho que la veterana banda se valga del sentido del humor nerd para su power pop, la mayoría de los ahí presentes no conectaron con la propuesta. Y tampoco ayudó demasiado que ejercieran de cabezas de cartel atendiendo a los nombres propios que en días anteriores se habían paseado por el festival. Hubo coñas por ejemplo al ‘Chandelier’ de Sia en ‘Particle Men’, pero se notaba mucho que su último ‘I Like Fun
’, ni de lejos, puede competir con lo mejor de su extensa discografía. Los que decidieron irse a ver La Plata, que fueron muchísimos, acertaron sin duda.Por su parte, Hookworms sí supieron aprovechar como se merece la presentación oficial en nuestro país de su gran ‘Microshift‘, demostrando que su giro sonoro ha sido todo un acierto. Ya sólo por la retahíla inicial de ‘Negative Space’, ‘Static Resistance’ y ‘Ullswater’ valió la pena, aunque después la banda no olvidó reverenciar temas pretéritos como ‘On Leaving’ o ‘Beginners’ con una fuerza arrolladora. Muchos curiosos que desconocían quienes eran quedaron gratamente sorprendidos, por lo que eso sólo puede valorarse como todo un triunfo.
Lo de Mourn siempre es sorprendente. La banda del Maresme sabe muy bien lo que se hace y, pese a su juventud, lucen una seguridad y una actitud sobre el escenario que parece que lleven décadas en esto. Siempre es un placer ver cómo Antonio aporrea la batería y cómo Jazz y Carla le ponen tanta pasión ante el micro. Venían a presentar su reciente ‘Sorpresa Familia’, y podemos afirmar que estos nuevos temas funcionan a las mil maravillas en vivo. ‘Barcelona City Tour’, sin lugar a dudas, ya es un hit con todas las de la ley tras la increíble reacción del público.
Ante una jornada tan dominada por el folk y las guitarras se agradeció, y mucho, que of Montreal pusieran el tono festivo las últimas horas. Siendo conocedores de que su reciente ‘White Is Relic/Irrealis Mood’ (que prácticamente tocaron de cabo a rabo) no puede considerarse lo mejor de su discografía, la banda solventó eso con toda una clase de carisma por parte de Kevin Barnes, quien apareció bajo los focos travestido a lo Lady Bunny con varios cambios de vestuario incluso. Divertidísimos y más que necesarios, siempre son una apuesta segura.